Antes de cumplir la mayoría de edad, Yackelin Fuentes ya había descubierto su vocación: comunicar sobre un tema que para muchos sigue siendo tabú y concientizar sobre la importancia del agua y el saneamiento.
Por Andrea Ortega C.
El agua es un recurso vital, y para Yackelin fue también lo que le permitió descubrir su vocación como líder comunitaria. Ella creció en La Guajira, Colombia, al lado del mar Caribe. Como la menor de tres hermanas, las veía lidiar con la gestión de la higiene menstrual y su desarrollo. Y aunque la primera vez que escuchó hablar de la menstruación fue a los 8 años y se impresionó, durante su adolescencia esperaba con ansias su turno: “Yo estaba desesperada, porque escuchaba también a mis amigas y quería experimentarlo. Le preguntaba a mi mamá y ella me decía que cuando el cuerpo me lo pidiera se daría”, comenta.
Obstáculos para la higiene menstrual
Yackelin recuerda el día exacto cuando debió gestionar su higiene menstrual por primera vez. “Tenía 16 años. Fue un 6 de enero y lloraba de felicidad”, cuenta. Sin embargo, esta gestión se complejiza cuando no hay acceso seguro al agua y el saneamiento.
¿De qué hablamos cuando hablamos de higiene menstrual? A que las mujeres y niñas que están menstruando tengan acceso a productos higiénicos seguros durante su periodo, que cuenten con servicios de agua y saneamiento con privacidad cuantas veces fuese necesario, y que cuenten con jabón y agua y, que puedan disponer adecuadamente de los residuos.
En Colombia, pese a que un 95% de los hogares en áreas urbanas cuentan con acceso a agua potable de la red, en zonas rurales el porcentaje es de apenas un 55%, según datos de OLAS. Más aún, la cobertura muchas veces decae según la época del año. “Cuando hay escasez de agua, nos tocaba ir a los ríos o comprar agua y esto no era nada fácil. No teníamos los recursos adecuados para cuidar de nuestros cuerpos”, explica Yackelin.
Cuando los recursos escasean, la higiene menstrual no es tampoco algo en lo que muchas mujeres puedan invertir. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE), cerca de 45.000 mujeres no utilizan productos higiénicos durante su periodo.
Orgullo e higiene
Para Yackelin, aunque sortear las brechas de acceso podía ser complejo, la brecha cultural fue mucho peor.
Rápidamente, Yackelin se dio cuenta que en torno a la higiene menstrual existen muchos tabúes y luego los pudo comprobar en sus círculos más cercanos.
Lo más fuerte fue intentar romper estos tabúes en casa. Pese a que su madre es auxiliar de enfermería, su padre no hablaba de estos temas con la misma naturalidad. “Mi papá es un hombre poco expresivo. Aunque convive con cinco mujeres, era un poco apático a este tema. Me decía que no dejara nada por ahí, que tuviese cuidado. Y yo sentía un rechazo por parte de él. Dentro de mí, sentía ese vacío. No entendía por qué”, cuenta.
La solución llegó desde un lugar inesperado hace dos años. El colegio de Yackelin estaba invitando a mujeres adolescentes a un programa llamado “Período de Orgullo”, coordinado por Water Aid. “Nos invitaron a participar en un taller de higiene menstrual. Yo no sabía lo que era, pero dije que sí y me gustó el tema, porque vi cierto tabú al hablar de menstruación”, explica.
Yackelin aprendió conceptos básicos sobre la higiene menstrual, su relevancia e incluso cómo poder hacer compresas reciclables en el taller. Esta experiencia junto a otras mujeres de comunidades indígenas y afrodescendientes ha permitido que más de mil personas menstruantes tengan acceso a compresas reciclables.
Fue tal el impacto, que Yackelin decidió comenzar a compartir estos conocimientos entre sus círculos más cercanos y convertirse en una vocera de estos talleres.
Su mayor prueba fue hablar con su padre y explicarle por qué era necesario hablar del tema y cómo le hacía sentir el no poder comunicarlo. “Le dije que como hombre no le habían dado la educación sobre higiene menstrual, pero que es algo normal. Y me dijo: es verdad, no tengo por qué rechazarte. Esto mejoró la relación con mi papá”, dice.
Estas charlas no solo ayudaron a que Yackelin se sintiera empoderada, también la llevaron a descubrir su vocación por comunicar y ayudar a las mujeres y hombres de su comunidad a eliminar tabúes. Así, ha dado diversos talleres a otras niñas e incluso mujeres adultas sobre higiene menstrual. Su influencia ha sido tal, que incluso su padre ha participado dando testimonio de su experiencia juntos. “Me siento tan afortunada de poder transformar y ayudar a mi papá, a mis amigas y a muchas otras personas”, comenta.
Hoy, Yackelin enfrenta un nuevo desafío. Con sus estudios superiores terminados, prepara el Examen de Estado de la Educación Media de Colombia (también conocido como IFE), para ingresar a la universidad. “Voy a hacer las pruebas para alcanzar el puntaje que quiero tener, para acceder a mi carrera que es Comunicación Social”, cuenta. Y, aunque aún le quedan sortear otros obstáculos, nada la detiene. “No es fácil, porque mis papás no tienen los recursos, pero tengo la iniciativa y las ganas de hacer más. Quiero poner mi carrera al servicio de la comunidad, por ellos y por mi familia”, dice.
En el BID, estamos trabajando en acciones para impulsar una higiene menstrual adecuada desde la perspectiva del derecho humano al agua y saneamiento. Un ejemplo es un proyecto actualmente en ejecución de agua, saneamiento e higiene en las zonas rurales en Haití. Este proyecto busca mejorar significativamente la infraestructura en áreas seleccionadas del país, incluyendo la construcción y rehabilitación de infraestructura hídrica, como pozos y estaciones de lavado de manos, y la instalación de letrinas separadas en 152 edificios públicos en las secciones comunales del Centro, Sur, Oeste y Norte.
Ejecutado por UNICEF, el componente de higiene del proyecto se centra específicamente en la higiene menstrual en las escuelas. Se llevarán a cabo sesiones de capacitación para líderes comunitarios, docentes y clubes de salud escolar, y se formarán niñas en edad de menstruar como educadoras entre pares para transmitir conocimientos, distribuyendo kits de mejores prácticas para apoyar estas iniciativas.
Esperamos que la experiencia, aprendizaje y liderazgo de Yackelin motive a romper tabúes y reconocer esta importante necesidad de acceso al agua y saneamiento adecuado para todas las personas.
Serie: Mujeres Aguas Arriba
Sigue cada historia para aprender más sobre la vida de mujeres que han trabajado en beneficio de su comunidad con tenacidad, perseverancia y adquiriendo liderazgo en espacios que solían ser solo para hombres.
Esta serie cuenta con el apoyo del BID junto a la AECID que tienen el objetivo común de proveer servicios de calidad en agua y saneamiento en zonas rurales de la región. Conoce más de los proyectos ejecutados hasta el momento con el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) en esta publicación.
Para conocer más sobre “Mujeres aguas arriba” descarga nuestra publicación aquí y suscríbete a nuestro blog aquí.
Equipo de Mujeres aguas arriba:
Coordinación: Anamaría Núñez, María Augusta Olmedo y Leticia Ortega
Especialistas de género BID: Naiara Martínez
Contenido: Andrea Ortega Carreño y Paul Constance
Ilustración: Natalia Lyskina y Carolina Curbelo
Producción audiovisual: Adriana Loeff
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