*Por Grace Menck Figueroa
Gregório, de nueve años, se niega a bañarse. ¡Sí, leyeron bien! Se niega a bañarse no por terquedad infantil, sino porque está comprometido a ayudar a sus 20 millones de vecinos en San Pablo a encontrar formas creativas de preservar el agua durante una sequía jamás vista, que ha azotado a la ciudad el último año.
Gregório se mantiene firme en su “huelga de ducha”. Para poder ahorrar agua le explicó a su madre que ducharse una vez por semana es más que suficiente en una época de escasez como la actual. Su madre está orgullosa de su compromiso con el medioambiente y tiene cerca abundantes toallitas faciales. Sin embargo, esta familia y mucha otra gente de San Pablo enfrentan serios problemas para lograr un equilibrio entre las necesidades del hogar y no perjudicar más el medioambiente.
Una sequía nunca antes vista ha obligado a los residentes de San Pablo a desarrollar alternativas creativas en el uso del agua y su distribución equitativa, tanto en los barrios pudientes como en las comunidades más pobres que los rodean. La escasez de agua ha llevado al gobierno local a adoptar la alternativa del racionamiento del agua, que limita el uso del agua en los barrios residenciales a tan solo unas pocas horas diarias. Sin embargo, al igual que Gregório, los locales han dado un paso más adelante. Los sistemas de ahorro de agua innovadores, como las cisternas, han surgido en toda la ciudad para almacenar agua de lluvia en las diferentes plantas de agua. El agua usada para bañarse también se recicla para descargar los inodoros, así mismo está siendo reciclada para lavar más de una sola tanda de ropa. Además, los residentes de San Pablo han estado controlando el uso del agua de las empresas constructoras y las grandes corporaciones para garantizar que el sector privado cuide el agua durante esta época de escasez. La escasez de agua en San Pablo enseña lecciones especialmente interesantes acerca del uso sostenible de los recursos naturales y el compromiso de la sociedad para conservar los recursos compartidos. La gente de San Pablo está creando técnicas para un uso inteligente del agua y se toman mejores decisiones empresariales a partir del mayor interés en la conservación, como las cisternas.
La empresa de agua pública/privada que opera en el estado de San Pablo, Sabesp, dio cuenta en su Informe de Sostenibilidad de 2014 que el 80% de la población afectada ya está completamente comprometida a reducir el consumo del agua. El compromiso de la población para desarrollar soluciones creativas para reducir el uso del agua ha causado una reducción del 30% en el consumo del agua en San Pablo hasta ahora. Lo más importante es que la escasez de agua y la crisis generaron un compromiso público sin precedentes en relación al problema medioambiental en uno de los estados brasileños más poblados.
Además, el ciudadano brasileño promedio consume aproximadamente 166 litros de agua por día, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda usar aproximadamente 110 litros por día. Las diferencias culturales y climáticas brasileñas quizás tengan que ver con los 56 litros adicionales de agua que consume el brasileño promedio; sin embargo, el desperdicio del agua más importante proviene del sector público debido al mal sistema de distribución del agua. El estado de San Pablo, por ejemplo, desperdicia aproximadamente el 34% del agua debido a cañerías dañadas, hidrantes con pérdidas de agua y una insuficiente infraestructura acuática. Cualquier intento de ahorrar agua en Brasil también deberá sugerir formas de modernizar el sistema de agua público, además de realizar cambios en la conservación de agua privada para que sea sostenible.
A medida que los recursos del agua se vuelvan más escasos a nivel global, serán necesarias más soluciones creativas relacionadas con el uso del agua y su conservación en los sectores metropolitanos que sufran sequías sin precedentes. Una crisis medioambiental ha causado que ciudadanos como Gregório se conviertan en conservadores autodesignados.La experiencia de los ciudadanos del sector público y privado en San Pablo puede seguir ofreciendo orientación, en relación a las mejores prácticas y a las cosas que se deben evitar para que otros países no deban sufrir el mismo problema. Como dijo Gregório, de manera inteligente: “¡La madre naturaleza sufre, mamá! Quiero ayudarla a sobrevivir”. Más allá del enfoque que tome cada uno, ¡ducharse siempre es opcional!
¿Qué métodos innovadores usan para conservar agua en tu ciudad? Esperamos sus historias y sugerencias.
Este post fue publicado en el blog del BID Viva Sustainability.
Grace Menck Figueroa es abogada ambiental brasileña y trabaja actualmente en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, D.C. Tiene maestrías en Derecho Ambiental Internacional por la Universidad George Washington y en Derecho Internacional por la Universidad de Ginebra. La abogada Menck Figueroa tiene una amplia experiencia profesional en los temas de Derecho Ambiental y Derechos Humanos, en los sectores público y privado, tanto en Brasil como en los Estados Unidos. Además de su lengua materna, el portugués, habla fluidamente inglés, español y francés. También ha trabajado para el Banco Mundial y para la Organización de los Estados Americanos, en Washington, D.C.
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