Las empresas prestadoras del servicio de agua y saneamiento cuentan con una herramienta de auto evaluación de sus prácticas de gestión y riesgo frente a la corrupción.
Por Daniela Patiño, Alejandro Minatta, Marcello Basani, José Luis de la Vega, Paola Gordon, Marcos Mendiburu*
La expresión “del dicho al hecho hay un gran trecho”, que figura en el libro Don Quijote de la Mancha es casi una verdad unviersal, que captura muy bien la realidad de la gestión de la integridad en las empresas prestadoras de servicio público de agua, saneamiento y residuos sólidos (AyS) en América Latina y el Caribe. Dichas prestadoras son actores clave para lograr lo planteado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6. No obstante, para cumplirlo exitosamente, las empresas deben recorrer un camino que incluye la previsión de fallas de integridad en el marco de la gestión de riesgos asociados a su actividad.
¿Cómo pueden prevenir el riesgo de integridad, y el de corrupción en particular, para su mejor desempeño financiero y operacional? Si bien no existe una solución única, experiencias de trabajo con prestadores de servicios sugieren que las organizaciones que gestionan proactivamente riesgos de integridad, tales como el nepotismo, conflictos de interés, prácticas deshonestas en los procesos de adquisiciones y contratación, entre otros, tienden a obtener mejores resultados. De hecho, estudios revelan cómo aquellas organizaciones que han aplicado medidas de transparencia (como divulgación de información, evaluación de riesgos de corrupción y participación de los grupos de interés), así como estructuras de gobernanza empresarial más sólidas (incluidas funciones, políticas y procesos claros de toma de decisiones, y un gran compromiso con la integridad por parte de la alta dirección) son comparativamente más eficientes que las organizaciones con prácticas menos transparentes en contextos similares.
Con la finalidad de contribuir a la evaluación de qué tan preparadas están las organizaciones para mitigar la materialización de riesgos de integridad, en los últimos años la Red de Integridad del Agua (WIN) junto a la División de Agua y Saneamiento del BID han apoyado a prestadores de servicios de AyS en la aplicación de una innovadora herramienta de auto-diagnóstico de la integridad, que tiene como objetivo crear un enfoque de gestión que le permite a dichas organizaciones controlar posibles riesgos, como el de corrupción.
La herramienta facilita la creación de vínculos con iniciativas y requisitos de los gobiernos y/o reguladores, en materia de trasparencia e integridad. Si bien los países suelen poseer un marco normativo o un sistema nacional de integridad, su aplicación no siempre es efectiva a nivel sectorial. En este sentido, el diagnóstico de integridad ayuda a cubrir la brecha entre las medidas impulsadas por una agencia central del Estado y su adaptación al contexto sectorial específico. Asimismo, la herramienta aporta un enfoque global respecto a las diversas prácticas vinculadas con la integridad que tienden a ser gestionadas por diferentes unidades administrativas internas de una empresa, como, por ejemplo, las áreas de: transparencia, recursos humanos, contrataciones, auditoría, control interno, o comercial.
El caso de la Comisión Estatal de Aguas (CEA) de Querétaro en México
La Comisión Estatal de Aguas (CEA) de Querétaro, que brinda servicios de agua potable, alcantarillado, saneamiento, disposición y reúso de aguas en Querétaro, considera que es importante gestionar la integridad pues coadyuva a disminuir la probabilidad de que se presenten actos de corrupción. La CEA favorece la implementación de mecanismos como la transparencia de las actividades que desarrollan los servidores públicos, así como la generación de una política anticorrupción que involucra en esa cadena de valor público a los actores externos que le prestan servicios, como los proveedores y contratistas. Estas acciones incrementan la confianza de sus usuarios del servicio.
En ese contexto, la aplicación de la herramienta de integridad demostró los avances de la CEA en la gestión de riesgos, que ya había identificado ocho categorías[1] en su mapa de riesgos, incluyendo riesgos de corrupción. Ello responde a tres factores: (a) la existencia de un marco legal como, por ejemplo, el acuerdo que establece las disposiciones en materia de control interno para los sujetos obligados del Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro; (b) el perfil de liderazgo en relación con la temática por parte de sus máximas autoridades y (c) la estructura organizacional[2] que contribuye a su efectiva puesta en práctica.
Conforme a la implementación del auto-diagnóstico de integridad en 2020, la CEA obtuvo una puntuación superior a 50% en cuatro de los cinco principios: 100% en evaluación de riesgos; 76% en controles de integridad; 70% en medidas correctivas; y 53% en monitoreo. En relación con el principio vinculado al código de conducta, este se encontraba en proceso de aprobación al momento de su diagnóstico. Desde entonces el código ha sido aprobado y publicado, con lo que se fortalece el ambiente de integridad de la CEA.
Los resultados del diagnóstico fueron compartidos con los titulares de las Unidades Administrativas de la CEA en la primera sesión ordinaria del Comité de Control y Desempeño Institucional COCODI CEA 2021. En la elaboración de los Programas de Trabajo de Administración de Riesgos (PTAR) y de Control Interno (PTCI) 2021, se han considerado los resultados del diagnóstico con lo cual se busca fortalecer el ambiente de integridad, la mejora continua en los procesos y, en consecuencia, mejorar los servicios prestados a los usuarios.
La herramienta le ha permitido a la CEA identificar oportunidades de mejora en el ambiente de control, tanto en el corto como mediano plazo. Asimismo, robusteció las prácticas de monitoreo y evaluación de manera continua respecto a la integridad interna y en relación con los estándares internacionales, administrando riesgos y adicionando valor público a sus operaciones.
Pero las buenas noticias no terminan aquí. Aprovechando los resultados obtenidos con la herramienta y capitalizando sobre la experiencia acumulada de la herramienta de evaluación de desempeño empresarial AquaRating, el equipo de Aquarating ha venido trabajando con WIN en la elaboración de una herramienta de integridad empresarial exhaustiva y poderosa que será lanzada antes del final del año, a beneficio de todas las empresas de AyS de la región.
Recorrer el trecho hacia el hecho por un buen camino no es sencillo. No obstante, a través de estas herramientas es posible, de forma práctica, medir, evaluar y demostrar el compromiso de cada prestador de servicios de agua y saneamiento con la integridad, complementando los sistemas de evaluación de la integridad existentes en el sector. En definitiva, se constituye como una oportunidad para que el “trecho” resulte más corto y ágil, apuntando siempre a que una mayor y mejor gestión de la integridad en el sector AyS llegó para quedarse.
[1] Las ocho categorías identificadas por CEA en su mapa de riesgos son: 1) Gobernanza del sector hídrico, 2) Entrega de agua (potable y tratada) según la norma aplicable, 3) Niveles de eficiencia (cumplimiento) de los trámites y servicios, 4) Niveles de servicio de abastecimiento de agua potable, 5) Situación financiera, 6) Imagen y credibilidad, 7) Administración de crisis 8) Corrupción.
[2] Con respecto a la estructura organizacional de la CEA, ésta cuenta con un Coordinador de Control Interno institucional (función por designación y que ejecuta el Director Divisional de Evaluación y Control). Se estableció un Comité de Control y Desempeño Institucional (COCODI), que está conformado por Directores Generales Adjuntos de diversas Unidades Administrativas y es responsable de aprobar, actualizar y evaluar la implementación del Programa de Trabajo de Administración de Riesgos y de Control Interno. El COCODI cuenta con el apoyo de una red de aproximadamente 25 enlaces de control interno institucional (uno por cada unidad administrativa), quienes son responsables de atender las recomendaciones de los entes fiscalizadores internos y externos, así como de dar seguimiento a las acciones de control acordadas al interior de la CEA.
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*José Luis De la Vega Villegas está a cargo de la Dirección Divisional de Evaluación y Control, la Coordinación del Control Interno y de la Unidad de Transparencia de la Comisión Estatal de Aguas de Querétaro. Con licenciatura en Informática, maestrías en Administración y Políticas Públicas, y en Evaluación de Políticas Públicas.
Marcos Mendiburu es consultor en transparencia, rendición de cuentas y gobierno abierto. Ha trabajado con diversas organizaciones civiles, fundaciones, gobiernos y organismos internacionales. Previamente, Marcos trabajó durante 16 años en el Banco Mundial, donde se desempeñó como Especialista Senior en Gobernabilidad.
Daniela Patiño Piñeros es coordinadora regional para América Latina y de relacionamiento con socios en la Red de Integridad del Agua (WIN por sus siglas en inglés). Tiene una maestría en políticas públicas y más de 7 años de experiencia liderando iniciativas multiactor en la lucha contra la corrupción y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en América Latina.
Paola Gordon Luna es consultora de la división de agua y saneamiento del BID en México. Especialista en gestión de recursos naturales con más de diez años de experiencia colaborando con entidades internacionales en gestión de recursos hídricos, cuencas, huella hídrica, cambio climático y fortalecimiento de prestadores de servicios de agua. Premio MujerTec (categoría Poder Transformador, 2019) y premio Violet Richardson (mujeres líderes en las Américas, 2003).
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