Luego de imaginarme “en bikini por París”, opté por un acercamiento más sobrio al tema del agua a través de este artículo. Recientemente, en la división de agua del BID, concluimos un proyecto de investigación sobre Colombia que analizó la influencia de los factores políticos e institucionales sobre la cobertura y la calidad de los servicios públicos de agua y educación.
Como alguien que trabaja en ambos mundos sé por experiencia propia que la relación entre el mundo de la investigación y el mundo práctico de los proyectos de agua es una relación difícil (ojo, ¡no estoy hablando de amores clandestinos!). Desde la perspectiva de la práctica, los temas que se investigan, muchas veces no parecen inmediatamente relevantes (p. ej. “A Starting Point: Understanding Governance, Good Governance and Water Governance”). Asimismo, los informes de investigación rara vez logran aterrizar en recomendaciones concretas sobre lo que hay que cambiar para alcanzar mejores resultados con los proyectos. En cambio, desde la perspectiva del investigador, las preguntas que le interesan a los especialistas de proyectos no parecen guardar demasiada relación con ninguna teoría o no existe ninguna metodología que permita responderlas de forma científica.
Felicito a los autores del estudio sobre Colombia, por la forma en la que plantearon la pregunta, la cual es relevante para entender cómo mejorar los proyectos de agua y saneamiento. Especialistas del sector concuerdan que lo decisivo para el éxito de un proyecto no es tanto la parte técnica, que se puede controlar, sino la parte política e institucional que a la vez ha sido poco investigada.
Resulta que el factor más importante que explica una buena cobertura y calidad de los servicios a nivel municipal en Colombia no es el partido del alcalde, ni el modelo de gestión de la empresa de agua (público o privado), sino la proporción de los impuestos municipales invertidos en agua. Dicho de otra forma: Si un determinado municipio invierte un monto X en agua y lo financia con transferencias recibidas de la nación y otro municipio invierte exactamente el mismo monto, pero lo financia con impuestos locales recaudados directamente de sus ciudadanos, este segundo municipio obtendrá mejores resultados. Esto es porque al pagar impuestos locales los ciudadanos tienen un interés en controlar de cerca el uso de su dinero y le exigen una rendición de cuentas al alcalde. Al mismo tiempo el alcalde, al tomar la decisión poco popular de cobrar impuestos locales, se compromete mucho más con el uso y el resultado de estos recursos.
¿Y la recomendación para los proyectos de agua del BID u otros organismos? Lamentablemente estaba fuera del alcance del estudio dar este paso final. Por eso les invito a ustedes a compartir sus conclusiones y recomendaciones en este blog (yo ya tengo algunas en mente…).
Chevere el blog, y muy interesantes las conclusiones. Sin embargo, no logro descargar el documento completo como Working Paper, dado que me lleva a un sitio de extranet.
En cuanto a las recommendaciones para los programas del BID, se podría pensar el exigir que un municipio recipiente de fondos BID (sea de prestamo o de donación) dedicara al menos un X porciento de su presupuesto a agua y saneamiento y que al menos un Y porciento viene de impuestos locales. Bueno, estos porcentajes podrían diferenciar de un país al otro, o hasta por tipo de municipio, de acuerdo al grado de descentralización fiscal.
La otra recomendación sería la inclusión en los programas apoyados por el BID un componente de fortalecimiento municipal que va dirigido al establecimiento de una línea presupuesta dedicado a agua y saneamiento (que desafortunadamente muchas veces no existe en municipios rurales), y una asistencia técnica en el establecimiento de las reglas para su mejor uso, y la promoción de mecanismos de financiamiento de este rubro – incluyendo entonces los impuestos municipales.
Felicitaciones con este trabajo
Stef Smits, IRC
Chevere el blog, y muy interesantes las conclusiones. Sin embargo, no logro descargar el documento completo como Working Paper, dado que me lleva a un sitio de extranet.
En cuanto a las recommendaciones para los programas del BID, se podría pensar el exigir que un municipio recipiente de fondos BID (sea de prestamo o de donación) dedicara al menos un X porciento de su presupuesto a agua y saneamiento y que al menos un Y porciento viene de impuestos locales. Bueno, estos porcentajes podrían diferenciar de un país al otro, o hasta por tipo de municipio, de acuerdo al grado de descentralización fiscal.
La otra recomendación sería la inclusión en los programas apoyados por el BID un componente de fortalecimiento municipal que va dirigido al establecimiento de una línea presupuesta dedicado a agua y saneamiento (que desafortunadamente muchas veces no existe en municipios rurales), y una asistencia técnica en el establecimiento de las reglas para su mejor uso, y la promoción de mecanismos de financiamiento de este rubro – incluyendo entonces los impuestos municipales.
Felicitaciones con este trabajo
Stef Smits, IRC
Chevere el blog, y muy interesantes las conclusiones. Sin embargo, no logro descargar el documento completo como Working Paper, dado que me lleva a un sitio de extranet.
En cuanto a las recommendaciones para los programas del BID, se podría pensar el exigir que un municipio recipiente de fondos BID (sea de prestamo o de donación) dedicara al menos un X porciento de su presupuesto a agua y saneamiento y que al menos un Y porciento viene de impuestos locales. Bueno, estos porcentajes podrían diferenciar de un país al otro, o hasta por tipo de municipio, de acuerdo al grado de descentralización fiscal.
La otra recomendación sería la inclusión en los programas apoyados por el BID un componente de fortalecimiento municipal que va dirigido al establecimiento de una línea presupuesta dedicado a agua y saneamiento (que desafortunadamente muchas veces no existe en municipios rurales), y una asistencia técnica en el establecimiento de las reglas para su mejor uso, y la promoción de mecanismos de financiamiento de este rubro – incluyendo entonces los impuestos municipales.
Felicitaciones con este trabajo
Stef Smits, IRC