Elisa me sorprendió con lo que me dijo esa mañana.
La veo y hablo con ella todas las mañanas, es la persona con la que cruzo las primeras palabras del día. La veo y hablo con ella incluso antes que con mi esposa (Mónica, tranquila, ya te explico 🙂
Elisa es una señora que trabaja en la cafetería en la que compro mi cafecito con leche todas las mañanas, muy temprano porque yo soy madrugador. Las primera veces que iba a comprar mi café, la saludaba cordialmente y ella me saludaba de vuelta. Con el pasar del los días, conversábamos un poco más. Así me enteré que ella es hondureña, y ella de que yo soy venezolano. Y así seguimos conversando un poquito todos los días.
Un día Elisa me preguntó: “Mire, y usted en qué trabaja?”. Yo, con una mezcla de orgullo y de costumbre, le respondí. “Trabajo en el BID”. Me dio una mirada que me hizo entender de inmediato que no sabía de qué le estaba hablando. Le aclaro: “Trabajo en el Banco Interamericano de Desarrollo”; ella siguió con la misma mirada. Ahí traté de explicarle un poco acerca del banco, lo que hace, que hacemos proyectos de desarrollo en los países, incluso en Honduras!
Si algo he aprendido de Elisa es que no es muy paciente. Ahí mismo, me cortó y me preguntó: “Y usted que hace ahí, qué hace de trabajo?”. Le dije, ya un poco más cauto: “Soy hidrólogo, trabajo en el banco en proyectos de agua”. Su cara se iluminó, y me sonrió como nunca la había visto.
“Ah, si claro. Yo recuerdo de hace mucho cuando iba a la escuela: H2O“.
Entonces me cambió la cara a mi, me reí con ella. No pude contener mi sonrisa solo con pensar que esta señora, inmigrante a los Estados Unidos desde hace ya varios años, lejos de su casa y de su familia, recordase algo tan poco usual como la fórmula molecular del agua. Si no fuese porque estaba el mostrador del negocio atravesado, le hubiese dado un abrazo por alegrarme la mañana de esa manera 🙂
Después de esa mañana grandiosa, seguimos conversando un poquito todos los días. Muchas veces, me cuenta algo relacionado con el agua, algo personal como cuando el huracán Mitch inundó el pueblo donde vivía en 1998, como le tocaba desde niña ir a buscar el agua a un río y cargar el cántaro hasta donde vivía con su familia, y muchas historias personales así, íntimamente relacionadas con el agua.
Y así es conmigo y con mucha gente que me he cruzado en los más de 20 años que llevo trabajando en proyectos de agua en América Latina, el Caribe y otras partes del mundo. El agua evoca momentos, recuerdos y vivencias que son únicas: paseando por un río, nadando en un lago, caminando por la calle durante una lluvia… Puedo pensar en pocas cosas que tengan este efecto en las personas.
Y así Elisa me sigue contando sus historias, y yo a ella las mías (como esta en la foto con mi perro Max en la playa). También ya he podido explicarle poco a poco los proyectos que hacemos en el BID, como uno en La Ceiba (cerca de su pueblo) en el que estoy trabajando en estos momentos. Estas conversaciones con Elisa me han recordado lo afortunado que soy y que he sido al trabajar en esta profesión de la que me enamoré desde muy joven.
Estoy seguro que muchos de ustedes tendrán sus historias con el agua también; se animan a contarlas? Pueden usar el espacio de comentarios de esta entrada para compartirlas.
Feliz día entonces, mi querida H2O. Que tengas un buen año!
Carolina Moller dice
Al pensar en el agua no me viene la molécula sino hace muchos años en la casa de mi abuela mentida por las montañas que se oía en verano el grito “Ahí viene el río”. Era aterrador pero al mismo tiempo fascinante el ruido y como una ola cargada de troncos y piedras pasaba rápidamente dejando el río de color papelón (marrón). El río de San Esteban era hermoso, con pequeñas cascadas y una densa selva a su alrededor. Un triste día se decidió hacer una toma de agua para surtir a Pto. Cabello. Se secó toda su belleza, ahora su cause es sólo sequía, casas y basura. Aun el rio sigue vivo en las riveras y permanece hermoso. A pesar de que los ríos no tienen vida sigo pensándolo y recordándolo, él sigue ahí presente más arriba a pesar de que gran parte de su camino desapareció y no se escucha más sonar.
Carolina Moller dice
Al pensar en el agua no me viene la molécula sino hace muchos años en la casa de mi abuela mentida por las montañas que se oía en verano el grito “Ahí viene el río”. Era aterrador pero al mismo tiempo fascinante el ruido y como una ola cargada de troncos y piedras pasaba rápidamente dejando el río de color papelón (marrón). El río de San Esteban era hermoso, con pequeñas cascadas y una densa selva a su alrededor. Un triste día se decidió hacer una toma de agua para surtir a Pto. Cabello. Se secó toda su belleza, ahora su cause es sólo sequía, casas y basura. Aun el rio sigue vivo en las riveras y permanece hermoso. A pesar de que los ríos no tienen vida sigo pensándolo y recordándolo, él sigue ahí presente más arriba a pesar de que gran parte de su camino desapareció y no se escucha más sonar.
Carolina Moller dice
Al pensar en el agua no me viene la molécula sino hace muchos años en la casa de mi abuela mentida por las montañas que se oía en verano el grito “Ahí viene el río”. Era aterrador pero al mismo tiempo fascinante el ruido y como una ola cargada de troncos y piedras pasaba rápidamente dejando el río de color papelón (marrón). El río de San Esteban era hermoso, con pequeñas cascadas y una densa selva a su alrededor. Un triste día se decidió hacer una toma de agua para surtir a Pto. Cabello. Se secó toda su belleza, ahora su cause es sólo sequía, casas y basura. Aun el rio sigue vivo en las riveras y permanece hermoso. A pesar de que los ríos no tienen vida sigo pensándolo y recordándolo, él sigue ahí presente más arriba a pesar de que gran parte de su camino desapareció y no se escucha más sonar.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Carolina por compartir esta historia. Si, es lamentable como podemos destruir nuestro ambiente en ese afán for satisfacer nuestras necesidades. Pero me alegra que te quede el recuerdo, y que tengas a este río presente en tus memorias.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Carolina por compartir esta historia. Si, es lamentable como podemos destruir nuestro ambiente en ese afán for satisfacer nuestras necesidades. Pero me alegra que te quede el recuerdo, y que tengas a este río presente en tus memorias.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Carolina por compartir esta historia. Si, es lamentable como podemos destruir nuestro ambiente en ese afán for satisfacer nuestras necesidades. Pero me alegra que te quede el recuerdo, y que tengas a este río presente en tus memorias.
Bernardo M. Bieler dice
Que historia tan fresca y amena! A mi tambien se saco una sonrisita Elisa. Recuerdo de niño cuando ibamos a la playa de mis abuelos en el Mojan, municipio Mara del Edo. Zulia en Venezuela. No muy lejos de la casa de Monica, tal vez unos 30 min. Un dia subitamente dejamos de ir a la playa de mis abuelos, simplemente porque las playas del lago estaban contaminadas. Una consecuencia logica de un proceso de deterioro y contaminacion que parece ser irreversible. Lamentablente mis memorias del agua evocan mejores tiempos. Un abrazo! BB
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Bernardo, gracias por compartir. Que lástima lo que comentas de la playa de tus abuelos. Busca memorias que compartir con tus hijos, esa es la mejor manera de continuar.
Bernardo M. Bieler dice
Que historia tan fresca y amena! A mi tambien se saco una sonrisita Elisa. Recuerdo de niño cuando ibamos a la playa de mis abuelos en el Mojan, municipio Mara del Edo. Zulia en Venezuela. No muy lejos de la casa de Monica, tal vez unos 30 min. Un dia subitamente dejamos de ir a la playa de mis abuelos, simplemente porque las playas del lago estaban contaminadas. Una consecuencia logica de un proceso de deterioro y contaminacion que parece ser irreversible. Lamentablente mis memorias del agua evocan mejores tiempos. Un abrazo! BB
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Bernardo, gracias por compartir. Que lástima lo que comentas de la playa de tus abuelos. Busca memorias que compartir con tus hijos, esa es la mejor manera de continuar.
Bernardo M. Bieler dice
Que historia tan fresca y amena! A mi tambien se saco una sonrisita Elisa. Recuerdo de niño cuando ibamos a la playa de mis abuelos en el Mojan, municipio Mara del Edo. Zulia en Venezuela. No muy lejos de la casa de Monica, tal vez unos 30 min. Un dia subitamente dejamos de ir a la playa de mis abuelos, simplemente porque las playas del lago estaban contaminadas. Una consecuencia logica de un proceso de deterioro y contaminacion que parece ser irreversible. Lamentablente mis memorias del agua evocan mejores tiempos. Un abrazo! BB
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Bernardo, gracias por compartir. Que lástima lo que comentas de la playa de tus abuelos. Busca memorias que compartir con tus hijos, esa es la mejor manera de continuar.
Monserrate dice
El agua también evoca bellos recuerdos en mí. Recuerdo el río que me vio crecer a mi y a mis hermanos y recuerdo que cuando llovía y en mi casa todavía no había suministro de agua potable, teníamos que recoger agua directamente desde el cielo; puede sonar difícil, pero dentro de todo era muy divertido… Y como olvidar cuando con mis hermanos nos bañábamos durante horas en la lluvia y no nos cambiábamos de ropa, simplemente esperábamos a que ésta se secara para seguir en nuestro “mundo de juegos”.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Monserrate, excelente historia. La lluvia es un privilegio (vida que cae del cielo), y jugar en ella es ciertamente algo especial. Que bueno que mantienes esos recuerdos de familia. Te felicito en verdad.
Monserrate dice
El agua también evoca bellos recuerdos en mí. Recuerdo el río que me vio crecer a mi y a mis hermanos y recuerdo que cuando llovía y en mi casa todavía no había suministro de agua potable, teníamos que recoger agua directamente desde el cielo; puede sonar difícil, pero dentro de todo era muy divertido… Y como olvidar cuando con mis hermanos nos bañábamos durante horas en la lluvia y no nos cambiábamos de ropa, simplemente esperábamos a que ésta se secara para seguir en nuestro “mundo de juegos”.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Monserrate, excelente historia. La lluvia es un privilegio (vida que cae del cielo), y jugar en ella es ciertamente algo especial. Que bueno que mantienes esos recuerdos de familia. Te felicito en verdad.
Monserrate dice
El agua también evoca bellos recuerdos en mí. Recuerdo el río que me vio crecer a mi y a mis hermanos y recuerdo que cuando llovía y en mi casa todavía no había suministro de agua potable, teníamos que recoger agua directamente desde el cielo; puede sonar difícil, pero dentro de todo era muy divertido… Y como olvidar cuando con mis hermanos nos bañábamos durante horas en la lluvia y no nos cambiábamos de ropa, simplemente esperábamos a que ésta se secara para seguir en nuestro “mundo de juegos”.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Monserrate, excelente historia. La lluvia es un privilegio (vida que cae del cielo), y jugar en ella es ciertamente algo especial. Que bueno que mantienes esos recuerdos de familia. Te felicito en verdad.
fernando miralles g dice
me recuerda el primer dique que construi siendo pequeño iba de vacaciones a guama y la unica distraccion era ballarse el el rio y comoen ese entonces no habia piscinas con piedra y palos re`presaba el agua y hacia un pozo para bañarme
fernando miralles g dice
me recuerda el primer dique que construi siendo pequeño iba de vacaciones a guama y la unica distraccion era ballarse el el rio y comoen ese entonces no habia piscinas con piedra y palos re`presaba el agua y hacia un pozo para bañarme
fernando miralles g dice
me recuerda el primer dique que construi siendo pequeño iba de vacaciones a guama y la unica distraccion era ballarse el el rio y comoen ese entonces no habia piscinas con piedra y palos re`presaba el agua y hacia un pozo para bañarme