La tecnología del Internet de las cosas (IoT) están transformando positivamente los servicios de agua y saneamiento, con promesa de mejoras radicales.
*Por Alejandro Minatta y Marcello Basani
Este año se cumplen tres décadas de que John Romkey logró que una tostadora pudiera encenderse y apagarse a través de Internet. Lo que parece una cosa tan trivial, en realidad abrió la puerta para un mundo de potencialidades infinitas: el internet de las cosas. La tostadora accionada por internet fue presentada en la Feria anual de tecnología de información “Interop” y, desde entonces, cada vez más cosas que nos rodean están conectadas a internet.
“Internet de las cosas” es un término acuñado en 1999 por Kevin Ashton, Director Ejecutivo de Auto-ID Center en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Es habitual que las personas nos consideremos “conectadas” a internet, ya sea por medio de teléfonos celulares, computadoras, tabletas, etc. En el caso de los objetos, éstos también pueden estar conectados a través de dispositivos incorporados en ellos, utilizando una dirección o identificación IP con la que acceden de forma cableada o inalámbrica a internet.
“IoT” por su sigla en inglés podría conceptualizarse como “una red abierta y completa de objetos inteligentes que tienen la capacidad de auto organizarse, compartir información, datos y recursos, reaccionar y actuar ante situaciones y cambios en el entorno”.
Los objetos pueden ser codificados a través de “IoT”, lo que permite hacerlos individualmente legibles por máquina y rastreables en Internet. Estas redes de objetos producen grandes volúmenes de datos que fluyen a las computadoras para su análisis. Cuando los objetos pueden “sentir” el entorno y comunicarse, se convierten en herramientas poderosas para comprender la complejidad y responder rápidamente.
Lo revolucionario de todo este es que, de la mano de otros desarrollos tecnológicos como la inteligencia artificial y robótica, los sistemas de información física ahora están comenzando a implementarse de forma masiva, y algunos de ellos incluso funcionan en gran medida sin intervención humana.
La utilización de IoT tiene un muy alto poder contributivo en la región de América Latina y el Caribe. En el sector de agua, saneamiento y residuos sólidos, en particular, los sistemas que combinan dispositivos inteligentes de monitoreo son capaces de proporcionar soluciones reales a problemas habituales en el sector. Entre otras cosas, pueden detectar fugas en cañerías subterráneas en tiempo real, proporcionar información de factores críticos a usuarios, así como ayudar a monitorear y mejorar la calidad del agua y administrar de forma más eficiente su utilización.
A modo de ejemplo, la solución denominada 4Fluid contribuye a reducir pérdidas en los sistemas de distribución de agua en más de veintiocho ciudades de Brasil, con una cobertura mayor a seis millones de personas. La empresa Stattus4, que fue premiada en el concurso BID-FEMSA, implementa dicho servicio basada en la tecnología IoT.
En los próximos posts compartiremos otros casos concretos a nivel internacional cuya aplicación en la región de América Latina y el Caribe podría contribuir a una mayor productividad, control, velocidad de análisis y reacción para una mejor vida de los ciudadanos.
Hasta ese entonces, ¡comparte tu experiencia en la temática!
*Alejandro Minatta es uruguayo. Es consultor en diseño, ejecución y evaluación de mecanismos de promoción del desarrollo. Desde hace 20 años se especializa en Innovación. Entre otras oportunidades, se destacan la Estrategia Nacional de Emprendimiento e Innovación de Ecuador, Política de Ciencia Tecnología e Innovación de Paraguay y Ecosistema Emprendedor de Uruguay. Es director de la consultora Catalizinn®, creadora de la metodología de Gestión de Innovación Corporativa EMOSI.
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