Cuando un nuevo gobierno asume el poder, es habitual que parte importante de los directivos y quienes ejercen cargos de alta relevancia estratégica en organizaciones públicas cesan en sus funciones -voluntaria o involuntariamente- y son reemplazados por otros profesionales nombrados de manera discrecional. Son los también llamados “cargos de confianza”.
Las designaciones discrecionales no siempre se explican por nepotismo o amiguismo, sino que se deben a la necesidad del gobernante de contar rápidamente con alguien fiable para ejercer un rol específico. Sin embargo, la realidad es que el nombramiento directo de funcionarios trae consigo consecuencias que deben considerarse. ¿Qué nos dice la evidencia científica al respecto?
Mérito en el Estado
- La meritocracia hace a los Estados más efectivos. Los países en cuyos servicios civiles prima la meritocracia tienen un mejor desarrollo económico, reducen la pobreza y la mortalidad infantil con mayor efectividad, regulan mejor sus mercados y combaten más eficazmente la corrupción.
- Los directivos reclutados, seleccionados y promovidos bajos criterios meritocráticos tienden a ser mejores gestores públicos que sus homólogos nombrados por confianza. ¿A qué se debe eso? Por una parte, los directivos seleccionados por mérito, por lo general, tienen competencias más específicas para la agencia que encabezan porque cuentan con experiencia laboral previa en la misma organización o en otras afines dentro de la Administración Pública. En contraste, quienes son designados de manera directa suelen provenir de roles en el sector privado o no gubernamental, en ocasiones con limitada exposición previa al sector público.
- Los gerentes públicos designados discrecionalmente suelen mostrar una mayor rotación en el puesto. Su permanencia está muy vinculada a la permanencia en el poder del gobernante que inicialmente autorizó su contratación. Esto ocurre bien por disposición del mando entrante o bien porque las prioridades estratégicas de los nuevos gobernantes requieren de otras habilidades.
- Los directivos públicos seleccionados por mérito tienen más legitimidad ante sus subalternos. Aun cuando la educación y la experiencia de directivos designados de forma discrecional es sobresaliente, un estudio sobre los casos de Chile y Perú indican que el proceso meritocrático para contratar a un directivo público le aporta legitimidad interna, especialmente entre sus subalternos directos. Es más, esta legitimidad constituye un activo inicial para su gestión. Lo contrario ocurre con sus pares designados discrecionalmente, quienes pueden encontrarse ante el desafío de revertir un sesgo inicial negativo entre sus empleados.
- Los nombramientos puramente de confianza en instituciones tienen efectos negativos en la satisfacción laboral, la motivación y el compromiso organizacional de sus funcionarios. Estos efectos pueden ser muy dañinos para la organización, especialmente al considerar que en el sector público la rotación laboral tiende a ser menor que en el sector privado. Aun cuando los funcionarios tengan bajos niveles de satisfacción y compromiso, podrían contar con suficientes incentivos para permanecer en sus puestos.
América Latina: Hacia la consolidación y expansión del mérito en el Estado
Algunos estudios confirman que, en determinadas circunstancias, la selección por mérito implica una mayor rigidez y altos costos operativos, mientras que las designaciones arbitrarias son más rápidas y flexibles. No obstante, la realidad es que los países con servicios civiles más efectivos han hecho importantes esfuerzos para separar los cargos políticos de confianza de aquellos más técnicos, donde el mérito es un verdadero activo.
Si bien las administraciones públicas de América Latina presentan sistemas de servicio civil mixtos (que combinan criterios técnicos con confianza política), reformas como el Sistema de Alta Dirección Pública en Chile y el Cuerpo de Gerentes Públicos en Perú han sido fundamentales para el desarrollo de sus servicios civiles y el asentamiento del mérito en ellos. Ahora, el desafío está en seguir consolidando esos avances y en sumar a más países de la región en este esfuerzo por incluir más mérito en el Estado. Razones hay de sobra.
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Si quieres leer más sobre la gestión del talento en la Administración Pública, te invitamos a que descarques AQUÍ nuestra publicación “Sistemas de mérito para la selección de directivos públicos: ¿Mejor desempeño del Estado?”
SOBRE LOS AUTORES: Javier Fuenzalida, Carlos Castro y Ximena Pizarro pertenecen al Centro de Sistemas Públicos de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
Totalmente de acuerdo con los autores, esta demostrado que quienes ejercen cargos públicos elegidos con base a la meritocracia poseen las competencias para un desempeño idóneo, no para complacer a un jefe o grupo determinado sino a la sociedad en general, gozan de credibilidad y son mucho más eficientes. Lo he comprobado durante mis años de servicio como docente -investigadora en Universidad autónomas
Si la meritocracia definitivamente contribuye a un mejor desempeño en el sector gobierno, pero aún por lo menos en mi país está expuesta a acomodamientos políticos, donde se infiltran los recomendados políticos con hojas de vida acomodaticias, que impiden que lleguen aquellos funcionarios que aportarán mayor desarrollo en sus funciones
No estoy 100% de acuerdo… No hay evidencias que comprobem buena parte de las afirmaciones. Lo más importante: definir previamente los desafíos del puesto y las competencias requeridas – y junto publicar el profil de la persona que se va a nombrar. La transparencia es el mejor método! No basta nombrar funcionarios para las funciones de dirección!
La meritocracia implica que la persona que accede al cargo público debe tener talento, conocimiento y competencias sobre la labor que va a desempeñar, lo anterior busca un bienestar social y no un interés propio , por tal motivo es importante que los diferentes estados apliquen la meritocracia y no de manera discrecional por apellido, riqueza, sexo y política.
Estoy de acuerdo, los empleados públicos escogidos bajo confianza política, no siempre van a trabajar por la comunidad, pues se presenta corrupción y dejan las funciones a un lado, mientras un empleado escogido por merito propio llega realmente a trabajar y ayudar a la comunicad,
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las personas que ejerzan un cargo publico deben tener un alto nivel de respeto por la comunicad, y estar dispuestos a ayudar a trabajar para y por la comunidad.
La meritocracia en el país que vivo fue implementada aproximadamente hace 5 años, a través de concursos de funcionarios públicos, en estos años hemos podido evidenciar por ejemplo a titulo personal, que estos cargos los ocupan personas idóneas tanto en su formación como en su vocación de servicio, gracias a mi trabajo también he podido evidenciar que aun existen funcionario elegidos por “confianza” que hacen daño a la reputación del sector publico.
Teniendo en cuenta que los funcionarios públicos son elegidos para el bien común de la sociedad, es necesario tener a los mejores en cada proceso, para así garantizar que contemos con equidad y transparencia en el gobierno.
Un viejo refran, dice: “zapatero a tus zapatos”, esto en resumen nos expresa que la gente debe ocupar el puesto para el que se haya preparado durante su vida estudiantil y trayectoria profesional. Dicha preparacion es conocido por todo el mundo, que viene con la vocacion profesional, estudios y preparacion en la carrera escogida. No olvidemos que la vocacion es tan poderosa, que inclusive deja de lado el factor economico. Es necesario contar con “profesionales meritorios” en todo el sector publico, con el perfil, estudios y experiencia adecuados, lo que redundara sin duda alguna en un mejor desempeño. No asi, los profesionales elegidos por amistad, camaraderia, confianza, compromisos politicos o de grupo. Recordemos que las diferentes facultades de las instituciones de educacion superior preparan los profesionales que en el futuro se desempeñan en el sector publico y privado, de acuerdo a su VOCACION, no es lo mismo emprender en lo privado que esta enfocado a los bissnes y productividad, que enrolarse al sector publico que es Servicio a la Comunidad
despojandose de todo interes economico y politico. Las universidades e instituciones de educacion, deberian pensar seriamente en incluir en sus pensum de estudios una sobre Administracion Publica, objetivos y realidades, porque gran parte de sus egresados salen a formar parte del sector publico sin ninguna orientacion.
1. que se entiende por “cargo de confianza”, sino se define claramente, se presta a cualquier interpretacion.
2. Estos cargos de confianza, deben firmar un contrato distinto a los demas, porque su duracion sera por tiempo limitado.
3. Lamentablemente, existe ese concepto, porque ese cargo de confianza ya esta comprometido a obedecer en todo a quien lo contrato discresionalmente, Aun en ellos, debe buscarse la competencia tecnica del cargo.
4. Agregaria un concepto que pocas veces se utiliza: la honestidad del profesional, como medirlo: sin graves faltas disciplinarias en sus expedientes, ni casos fiscales o judiciales, referencias laborales, y personales.
5. La Gerencia Publica es una especialidad, yo defino a los funcionarios públicos como el “arbitro del partido de fútbol”, las competencias gerenciales son distintas a las de un profesional del sector privado.
Una ultima reflexión, el gobierno es la mas grande empresa que existe en un país, no es para estar modificando planes estratégicos drasticamente cada 4 o 5 años. Y siempre se ha dicho que el principal recurso de una institución es su capital humano, pero este tema es complejo en nuestros países latinoamericanos, falta mucha madurez.