Durante esta crisis sanitaria global, una respuesta rápida y eficaz de los gobiernos es crucial para minimizar el impacto negativo del COVID-19. Es evidente que tener un sistema de salud sólido y personal calificado es clave. Sin embargo, políticas de compras públicas eficientes y transparentes también son importantes.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) trabaja con gobiernos nacionales y subnacionales en América Latina y el Caribe para implementar las mejores políticas públicas basándose en la última evidencia disponible. El BID lleva a cabo evaluaciones de impacto para obtener evidencia rigurosa de sus proyectos. Los resultados —si bien son específicos del contexto— a menudo conducen a un hecho ignorado con frecuencia: la implementación de políticas efectivas en tiempos normales suele generar mejores resultados cuando golpea una crisis.
Pensemos en un ejemplo. En 2017, Argentina se asoció con el BID para implementar una plataforma electrónica de compras públicas conocida como Compr.AR. La plataforma sistematiza el proceso de compras casi en su totalidad. La mayoría de los pasos están centralizados a través de un único sitio web. Estos van desde la publicación de las oportunidades de adquisiciones hasta la emisión de órdenes de compra.
Una evaluación de impacto de Compr.AR realizada por el BID observó que los precios para un grupo de productos comprados a través de la plataforma electrónica disminuían en un 4,4%, lo que generaba un ahorro al gobierno argentino de más de USD 35 millones al año. La plataforma electrónica redujo también 11 días el tiempo promedio para realizar una compra pública, es decir, un 12% del tiempo promedio total. Mejorando la eficiencia y la competitividad de las compras públicas en Argentina.
“(…) los precios para un grupo de productos comprados a través de la plataforma electrónica disminuían en un 4,4%, lo que generaba un ahorro al gobierno argentino de más de USD 35 millones al año”
La evaluación muestra que Compr.AR puede generar mayores beneficios para la población al ayudar a los funcionarios a obtener en cada compra pública el mayor valor por dinero, lo cuál resulta aún más importante en tiempos de pandemia.
Compr.AR no sólo ayuda al gobierno a obtener suministros a mejores precios, sino también promueve la transparencia e incrementa la mayor participación en procesos competitivos. También agiliza los procesos lo que redunda en menores tiempos para poner los productos a disposición de quienes más los necesitan. A través de plataformas como Compr.AR, se puede recopilar información para localizar a todos los proveedores de manera georeferenciada y asegurar la mayor participación de oferentes, incrementando la competencia en cada proceso de licitación pública.
Y eso no es todo. Los datos obtenidos a través de las plataformas de compras electrónicas proporcionan información histórica de los precios de los bienes adquiridos. Esta información puede ser crucial cuando un gobierno tiene que implementar controles de precios de productos esenciales. Diversos gobiernos, entre estos Argentina, han recurrido recientemente a este medio para manejar la crisis del coronavirus. Sin ese conocimiento, un monitoreo adecuado consumiría más tiempo y sería considerablemente más caro.
Las compras del sector público han sido clave durante la pandemia del COVID-19. Hoy más que nunca resulta prioritario realizar compras públicas que sean rápidas, transparentes y eficientes. Las herramientas y plataformas que los gobiernos tienen a su alcance para gestionar compras públicas de emergencia jugarán un rol esencial en la respuesta que puedan dar a esta pandemia.
“Hoy más que nunca resulta prioritario realizar compras públicas que sean rápidas, transparentes y eficientes”
La evaluación de impacto de Compr.AR pone de relieve la importancia de las plataformas de gobierno electrónico para las compras públicas y la trascendencia de generar evidencia robusta que ayude a tomar decisiones acertadas cuando los minutos cuentan.
Como se muestra en la evaluación, el escenario sin esta herramienta podría tener consecuencias desafortunadas, generando una reducción de la transparencia, un aumento de los retrasos y un incremento de los sobrecostos en las compras públicas. Esto es sólo una muestra de lo que, aún con las mejores intenciones, decisiones sin evidencia empírica podrían ocasionar.
En este sentido, las políticas basadas en evidencia generan beneficios en todo momento pero aún más, en tiempos de pandemia. Donde una decisión acertada puede llevar no sólo a mejorar vidas sino también a salvarlas.
Leave a Reply