Los padres – o madres – todos los días amenazamos y adulamos. Susurramos, gritamos y suspiramos. Si terminas la tarea, puedes ver la tele por media hora. Por favor, esta es la tercera vez que te pido que dejes de rebotar esa pelota contra la pared. Te la voy a quitar por el resto de la semana! PARA YA! No la volverás a ver!
Y como muchas mamás – y papas – Yo fui adoctrinado apropiadamente en los beneficios de los incentivos positivos. Que el premio es mejor que el castigo. Que la adulación es mejor que la crítica. Que debe darse un trofeo solo por asistir al torneo. Que el soborno funciona. Que la promesa de una nueva bicicleta al final del semestre, logrará que mejore sus notas
Los economistas no piensan igual. Un artículo reciente de Stephen Levitt y otros nos muestra que a lo mejor los abuelos tenían razón.
Una larga línea de investigación en economía del comportamiento ha establecido la importancia de una serie de factores que típicamente no están presentes del marco económico convencional: preferencias dependientes de referencias anteriores, preferencias hiperbólicas, y el valor de los premios no financieros. Hasta ahora, estas observaciones han tenido poco impacto sobre el funcionamiento del sistema educativo. A través de una serie de experimentos de campo con miles de estudiantes de primaria y secundaria, demostramos el potencial y la influencia que tiene la economía del comportamiento para entender el rendimiento escolar. Emergen varias ideas. Primero, encontramos que los incentivos que se enmarcan como pérdidas tienen efectos más robustos que los incentivos comparables que se enmarquen como ganancias. Segundo, encontramos que los incentivos no financieros son más costo-efectivos que los incentivos financieros para estudiantes más jóvenes, pero no fueron efectivos en estudiantes mayores. Finalmente, y quizás lo más importante, y consistentemente con el descuento hiperbólico, todo el poder motivacional de los incentivos desaparece cuando los premios se dan con retraso. Dado que las recompensas de la inversión en educación siempre tienen un retraso, nuestros resultados sugieren que el conjunto actual de incentivos puede llevar a una inversión sub-óptima. Para formuladores de política, nuestros hallazgos implican que en la ausencia de incentivos s inmediatos, muchos estudiantes ponen poco esfuerzo en exámenes estandarizado, lo que puede estar creando un sesgo en medidas tales como habilidad estudiantil, valor agregado de profesores y maestras, calidad escolar y brechas en los resultados.
El paper
Así que la próxima vez que amenacen a sus hijos que Santa/Papá Noel/Los Reyes les va a traer solamente carbón, recuerde que están descontando hiperbólicamente
Qué diría el Dr. Spock?
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