En el Mes de la Mujer, Enfoque Educación invitó a cuatro destacadas personalidades de la región a reflexionar sobre cómo la educación puede derribar brechas y promover la igualdad de género.
Aurora Vergara is the Minister of National Education of Colombia. Sociologist from Universidad del Valle and a PhD in Sociology from the University of Massachusetts-Amherst. Winner of the 2014 LASA (Latin American Studies Association) Martin Diskin Award for a doctoral dissertation integrating activism and rigorous knowledge production. Non-Resident Fellow of the W. E. B. Du Bois Research Institute Harvard University. Specialist in Diaspora Studies and Latino, Latin American, and the Caribbean Studies. She was Director of the Center for Afrodiasporic Studies (CEAF) between 2013 and 2022 and Professor in the Department of Social Studies at Universidad Icesi between 2012 and 2022. She is an anthologist, compiler, and author of books such as Demando mi libertad (in Spanish). Nominated as one of the 20 best leaders in Colombia by Semana magazine and Fundación Liderazgo y Democracia in 2016.
La empresaria argentina Silvina Moschini, fundadora de Unicorn Hunters, Unicoin y SheWorks!, reflexiona sobre cómo la educación puede equipar a las mujeres para completar la transición hacia la completa independencia financiera.
Por su parte, la premiada docente mexicana María Diana Rubio propone fomentar la participación y desarrollar el potencial de las mujeres en áreas que hoy son mayoritariamente masculinas en la educación, como Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
Y la fundadora de Creative Associates International, Charito Kruvant, escribe junto a Claudia Salazar sobre cómo el liderazgo femenino puede cambiar a las sociedades.
La educación como derecho y herramienta para la equidad de género
Por Aurora Vergara, ministra de Educación de Colombia
La educación es una de las herramientas más valiosas con las que cuenta la sociedad para romper las barreras y disminuir las brechas y sesgos en torno al género. Si bien en Colombia la inequidad y las violencias basadas en género son un problema estructural, desde el Ministerio de Educación Nacional nos hemos propuesto aunar esfuerzos con las Instituciones de Educación Superior, públicas y privadas, para garantizar que los entornos educativos sean lugares seguros, donde se reconoce la dignidad de cada persona y se desarrollan protocolos y acciones de prevención y atención permanentes para acompañar de manera pertinente cualquier tipo de violencia o discriminación. Queremos que las Instituciones de Educación Superior en Colombia sean territorios donde se reconoce y valora la dignidad humanada, donde conocimiento, la inclusión y la paz son un único proyecto.
En ese contexto, tenemos claro que la educación tiene tres retos.
El primero es de carácter social y cultural, y nos pone la tarea de educar a nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes desde el reconocimiento por las diversidades, con el propósito de garantizar que desde el inicio de los procesos de formación se fortalezca una cultura del respeto por la dignidad humana, que ayude a modificar las prácticas y estereotipos de género anclados históricamente en un sistema patriarcal.
El segundo reto está asociado a la transformación de las metodologías de enseñanza y aprendizaje, y nos invita a replantear la forma como estamos educando a los jóvenes. Es necesario analizar y evaluar las estrategias pedagógicas que utilizamos para romper, a través del lenguaje y la comunicación, las prácticas discriminatorias y los estereotipos. Asimismo, debemos revisar con las instituciones educativas cómo se está incluyendo el enfoque de género en los contenidos curriculares y en las prácticas dentro y fuera del aula.
El tercer reto está enfocado hacia la implementación de acciones y estrategias que permitan el acceso, la permanencia y la graduación en condiciones de igualdad. Hoy sabemos que el acceso, e incluso la tasa de graduación en educación, es mucho más alta en mujeres. No obstante, la permanencia puede ser más compleja para las mujeres, justamente por los estereotipos y roles que se han asignado culturalmente. Las tareas asociadas al cuidado, la dificultad en el acceso a programas de posgrado y los obstáculos en el ingreso al mundo laboral, son partes de los retos que deben afrontar las mujeres.
Según datos de la UNESCO, menos de una cuarta parte de los estudiantes de ingeniería, industria y construcción, o tecnologías de la información y las comunicaciones son mujeres. A esto se suma la influencia de barreras culturales y roles asignados a los géneros, tales como el hecho de que las áreas STEM se perciban como disciplinas “masculinas”, mientras que áreas de educación, salud, artes, humanidades y ciencias sociales se asocian con habilidades sociales que se consideran “femeninas”. Bajo ese contexto, la selección de títulos y campos de estudio explica la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres graduados y graduadas de la educación superior y su vinculación al mercado laboral.
Para afrontar estos retos, la apuesta está en construir políticas educativas que partan desde el enfoque de derechos e incorporen la perspectiva de género como una ruta hacia la equidad, teniendo en cuenta la complejidad de los territorios y de las comunidades que los habitan.
Es necesario incentivar desde la educación inicial la participación de las niñas en la ciencia, la matemática, la tecnología, las ingenierías y la innovación, y transformar las prácticas culturales y pedagógicas para desarrollar no solamente capacidades académicas, sino emocionales y de relacionamiento social, que les permitan descubrir las vocaciones hacia los programas STEM.
Desde el Ministerio de Educación Nacional implementaremos políticas que conduzcan a la equidad género, faciliten el acceso de las mujeres a programas de investigación en igualdad de condiciones y fomenten el acceso a maestrías y doctorados sin obstáculos ni barreras, que reconozcan la dignidad humana de todos quienes hacen parte de la Educación Superior para que esta pueda ser como lo hemos propuesto: un derecho.
El “minuto uno” de la mujer que invierte
Por Silvina Moschini, fundadora de Unicorn Hunters, Unicoin y SheWorks!
Durante décadas estuvimos concentradas en el “techo de cristal” y en cómo traspasarlo. Fue el anhelo de millones de mujeres que veían cómo sus méritos profesionales parecían invisibles a la hora de ser consideradas para ascender en una compañía.
Aunque aquel desafío no ha desaparecido, las mujeres estamos ahora en plena transición hacia nuestra completa independencia financiera. Es un capítulo que se está escribiendo en estos momentos y las criptomonedas juegan un papel fundamental en él. Se trata de una tecnología clave por su potencial para descentralizar las finanzas, transparentar procesos y alentar las inversiones en el mediano y largo plazo.
El despliegue de todo ese potencial, sin embargo, requiere de una capacitación financiera consistente y bien orientada que les otorgue a las mujeres “cajas de herramientas” para decidir. La autonomía financiera y la capacidad de trazar estrategias propias son metas alcanzables siempre y cuando se derriben los sesgos de género que todavía prevalecen.
La educación financiera es crucial para enseñar qué, cómo y cuánto invertir, pero sobre todo para que ocurra “el minuto uno” de la verdadera libertad financiera: ese instante en que una mujer se anima por primera vez a pensar en su propio dinero en términos de inversión.
Las carreras no tienen género: ¿cómo construimos una educación sin prejuicios?
Por María Diana Rubio, docente mexicana y finalista del Global Teacher Prize 2021
Los roles de género están presentes desde edades tempranas. Primero en los hogares, por la forma de relacionarse. Luego en la educación primaria, cuando aparecen sesgos en la enseñanza asociados a estereotipos de género explícitos. Más adelante, en la educación secundaria, los hombres suelen recibir una mayor retroalimentación por parte del personal docente, lo que tiene repercusiones en el logro académico de las adolescentes. Así, para cuando llegan a la juventud, muchas jóvenes descartan las áreas STEM (término usado para describir las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
En el marco de la cuarta revolución industrial, las áreas de STEM son las que tendrán mayor potencial de desarrollo y mejores ingresos. Sin embargo, solo el 13.5% de las mujeres profesionistas son egresadas de este tipo de carreras. En las áreas de ciencia, el 33.3% son mujeres (UNESCO, 2021) , mientras que en ingeniería son el 28% (UNESCO, 2018).
¿Cómo cambiar esa realidad? El rol de la educación es fundamental para lograr la participación plena y equitativa de la mujer en la sociedad, para que puedan convertirse en profesionistas de excelencia con conciencia social e implicarse en la solución de los grandes retos que tenemos como sociedad. Por ello, es urgente y fundamental sensibilizar a las familias sobre la importancia de lograr una educación sin prejuicios de género.
En la educación formal, necesitamos capacitar al personal docente en estrategias y metodologías diferenciadas que garanticen el desarrollo de las competencias que consoliden el talento de las niñas y adolescentes en las matemáticas y la ciencia.
Dentro de las aulas, debemos visibilizar el aporte científico y tecnológico de la mujer en la historia de la humanidad para que las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes reconozcan que pueden transformar al mundo e identifiquen que las carreras y el talento no tiene género.
Fomentar la participación, ampliar habilidades y desarrollar el potencial de las mujeres es un reto que debemos hacer frente tanto desde los gobierno, los sistemas educativos y las empresas, para que las mujeres accedan, permanezcan y desarrollen su potencial profesional en las áreas STEM.
Creative: Liderando desde el corazón y empoderando a las mujeres en roles de liderazgo
Por Charito Kruvant con la colaboración de Claudia Salazar Suárez
La historia sobre el inicio, crecimiento y consolidación de Creative como una empresa de impacto social y de desarrollo internacional demuestra que las mujeres están excepcionalmente bien posicionadas para marcar la diferencia en sus sectores. En 1977 (¡hace 46 años!) en un sótano de Washington, DC, yo fui una de las cuatro mujeres que decidimos llevar nuestra pasión por la excelencia educativa y por expandir oportunidades a todos los niños y niñas a través del trabajo en el ámbito del desarrollo. Juntas fundamos la empresa que se convertiría en Creative Associates International.
Cumplir la misión de Creative, de ayudar a las personas a generar el cambio positivo que buscan, ha sido posible gracias a las contribuciones de miles de profesionales y de socios de todo el mundo que están comprometidos con misiones afines y que han trabajado junto a nosotros para garantizar un impacto duradero.
Nuestro “Estilo Creative” reconoce que no podemos hacer este trabajo solos y que dependemos de alianzas mutuamente beneficiosas basadas en la confianza, el respeto, la igualdad y la reciprocidad para mantener el impacto. Este enfoque ha sido moldeado por lo que yo llamo “liderazgo ejecutivo afectivo”, un estilo de liderazgo que es más natural para las mujeres y que ha ayudado a impulsar la misión de la organización y es parte del legado perdurable de las cuatro mujeres fundadoras originales que continúa guiando a una nueva generación de líderes.
Más allá de lo anecdótico, la evidencia sugiere que este estilo de liderazgo es exactamente lo que las mujeres líderes traen a la mesa. Sin embargo, las mujeres siguen estando subrepresentadas en los roles de liderazgo en muchos sectores. Un caso particularmente interesante e irónico es el de las mujeres en el liderazgo educativo. A nivel mundial, las mujeres constituyen la mayor parte de la fuerza laboral educativa, excepto en los cargos directivos. En América Latina, aunque los directores provienen casi exclusivamente del stock de docentes, existe una brecha de al menos 20 puntos en el porcentaje de directoras en comparación con las maestras en ocho de los 15 países participantes en el TERCE (Banco Mundial, Adelman & Lemos, 2021).
Esta subrepresentación es aún más problemática a la luz de nueva evidencia que sugiere una asociación positiva entre las mujeres líderes en las escuelas, el rendimiento estudiantil y los resultados educativos de los niños (UNICEF, 2022). Más allá de si las mujeres están igual o mejor equipadas para dirigir instituciones educativas, los millones de maestras que impulsan el sistema educativo en todo el mundo deberían poder encontrar un camino hacia el liderazgo si tienen el talento, el empuje y la visión para hacer grandes cosas por los niños y las niñas más allá del aula.
Actores como Creative pueden desempeñar un papel para nivelar las oportunidades disponibles para las mujeres líderes en el sector educativo, ampliando el acceso a capacitación relevante, a información, a redes y a referentes de mujeres inspiradoras. Creo que las mujeres tienen un papel fundamental que desempeñar para romper los prejuicios culturales y que deben sentirse empoderadas para adoptar ese estilo de liderazgo ejecutivo afectivo que nos surge de manera natural y ayuda a promover misiones transcendentales y acciones colectivas.
La cobertura completa de Creative de esta historia está disponible aquí.
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