Por Jordi Valls Riera, Gerente General de Aguas Andinas

Durante años el sector sanitario en Chile ha realizado un extraordinario esfuerzo en la recolección de aguas servidas y su tratamiento. La cobertura de recolección y tratamiento de aguas servidas es de aproximadamente del 100% siendo el país de América Latina con una mayor cobertura y resistiendo cualquier tipo de comparación con los países desarrollados.
Este objetivo se cumplió efectivamente en febrero del 2013, cuando los últimos colectores que “botaban” aguas servidas al rio Mapocho fueron sellados. Después de 12 años de esfuerzos y más de 1.200 millones de dólares de inversión, Santiago de Chile recuperó el Rio Mapocho como un nuevo espacio verde para la ciudad. Durante este periodo, se construyeron las plantas de tratamiento de La Farfana (con una capacidad de tratamiento 8,8m3 por segundo) y la de Trebal Mapocho (con una capacidad de 6,6m3 por segundo). Esta última actualmente está siendo ampliada con un 4to modulo para incrementar su capacidad de tratamiento en 2,2 m3 por segundo adicionales.
Podemos afirmar que el programa de recolección y tratamiento de aguas servidas del Gran Santiago ha sido un éxito habiendo conseguido una mejora substancial en los ratios de salud de la población y en la calidad de los alimentos a través del uso de las aguas del Río para riego. Estos eran los principales objetivos en aquel lejano año 1999 cuando se lanzó el programa de saneamiento, objetivos esenciales del siglo XX.
Debemos adaptar y ampliar los objetivos trazados años atrás y la pregunta que nos debemos realizar es ¿Cuál es la función que tienen las plantas de tratamiento en el siglo XXI? Para dar respuesta a esta pregunta debemos constatar el hecho de que los recursos naturales son limitados y que es necesario definir una estrategia de sustentabilidad que permita reconvertir residuos en recursos. Esto es lo que actualmente llamamos Economía Circular. Bajo el prisma de este concepto las Plantas de tratamiento se convierten en Biofactorias.
Permítanme explicar brevemente como llego a esta conclusión:
La economía circular es un concepto económico que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios al tiempo que se reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. Se trata de implementar una nueva economía, circular –no lineal – basada en el principio de “cerrar el ciclo de vida” de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.
La clave de esta, es que los residuos de unos se conviertan en los recursos para otros. El producto debe ser diseñado para ser deconstruido. Creo que este es el nuevo rol de las plantas de tratamiento.
En la cuenca de Santiago, las plantas de tratamiento reciben un residuo en forma de aguas servidas por un volumen de 485 hectómetros anuales las cuales para ser tratadas requieren un consumo energético de 134 millones Kwh. Se devuelven a los regantes y al mismo cauce del rio los mismos 485 hectómetros de agua tratada para uso agrícola y para incrementar los cauces ecológicos del rio. Después del proceso de tratamiento y la digestión anaeróbica se produce una valorización muy importante. A través del biogás generado en los procesos de digestión que alimentan a cogeneradores, se produce energía eléctrica de 52 millones Kw/h a lo largo de un año lo cual equivale al consumo energético de más de 50.000 personas. Asimismo, se produce energía térmica vía agua caliente o vapor equivalente a 84 millones Kwh en un año y gas natural en el caso de la Planta de La Farfana equivalentes a 177 millones de Kwh que se entrega a la red de la compañía Metrogas y que da suministro de gas a más de 22.500 clientes. Es decir el excedente de energía que se genera entre y la energía (eléctrica, térmica y gas) producida a partir del tratamiento de la materia orgánica de las aguas servidas y la energía eléctrica consumida para operar las plantas es de unos 179 millones de Kwh a lo largo de un año.
Otro subproducto de la planta son los lodos. Las plantas de Mapocho y de la Farfana que integran el Gran Santiago generan un volumen de lodos de 300.000 toneladas al año de los cuales son reutilizados unas 182.000 toneladas como lodos digeridos destinados a la agricultura lo que da una capacidad para fertilizar unas 6.000 hectáreas de suelo agrícola
Si la economía circular es convertir residuo en recursos a través de tecnología y bioprocesos, podemos afirmar que las plantas de tratamiento, transforman el residuo aguas servidas, en agua, energía y lodos para la agricultura siendo probablemente uno de los principales y mejores ejemplos de economía circular.
Los conceptos definen funciones y las funciones deben configurar nuevos conceptos. En el siglo XX se definió el concepto de plantas de tratamiento a aquellas estructuras y procesos que permitían eliminar las aguas servidas de nuestros ríos recuperando su vida biológica y mejorando la salud de las persona. Las nuevas funciones de las plantas de tratamiento y su evolución biotecnológica como generadoras de energía eléctrica, térmica y gas, así como de valorización de lodos hacen que se prefigure un nuevo concepto de Biofactorias del siglo XXI.
Un muy buen artpiculo de Jordi Gerente general de Aguas Andinas, solo me gustaría hacer algunos comentarios al respecto:
1.- Efectivamente a partir de a finde de los años 90 por una iniciativa del Estado de Chile, la industria sanitaria comienza un fuerte proceso de inversión por obtener las coberturas de un 100% en especial el tratamiento de aguas servidas, solo en este ultimo rubro fue de uno USD 4.500 millones según la propia asociación gremial de esa industria.
2.- Al 2011 segun el informe estadpistico de la SISS, las únicas empresa que tenían una cobertura inferior al 95% de cobertura en tratamiento de aguas servidas era Aguas Andinas y Aguas Cordilleras (87% y 86% respectivamente), estas eran las empresas más atrasadas en esta materia.
3.- Efectivamente el año 2013 estas empresas logran ponerse al día al tratar sus aguas servidas y el país cumple con la meta impuesta por el Estado. DE esta forma es la industria sanitaria del país la que logra esta meta, no es solo Aguas Andinas o sus controladores.
4.- El logro de esta meta, sin duda que marca una nueva etapa en la industria y una propuesta como el concepto de “economía circular” como lo indicado por Jordi, pero esto es solo una parte de lo que viene y corresponde a una mirada lineal de como ampliar el negocio sanitario y no de un pensamiento lineal como el que debe venir en la industria sanitaria.
5. La industria sanitaria es una industria muy desintegrada, sin una coherencia o identidad propia de grupo industrial que compartan valores, experiencia e intereses mas allá de lo comercial, la mirada que se debe dar de cara al siglo 21 es mas integrada donde el consumidor y la comunidad deben ser lo central. La propuesta debe venir de la industra producto de un debate interno y no de los intereses solo de una empresa por muy relevante y poderosa que esta sea.
Finalmente lo que si comparto plenamente con JOrdi y lo he venido sosteniendo desde hace varios años, es que la industria entró en una nueva atapa y aún no ha tomado conciencia de eso, llegó el momento de hacer propuesta a la comunidad y dejar de seguir haciendo solo ingeniería e inversiones.
Un muy buen artpiculo de Jordi Gerente general de Aguas Andinas, solo me gustaría hacer algunos comentarios al respecto:
1.- Efectivamente a partir de a finde de los años 90 por una iniciativa del Estado de Chile, la industria sanitaria comienza un fuerte proceso de inversión por obtener las coberturas de un 100% en especial el tratamiento de aguas servidas, solo en este ultimo rubro fue de uno USD 4.500 millones según la propia asociación gremial de esa industria.
2.- Al 2011 segun el informe estadpistico de la SISS, las únicas empresa que tenían una cobertura inferior al 95% de cobertura en tratamiento de aguas servidas era Aguas Andinas y Aguas Cordilleras (87% y 86% respectivamente), estas eran las empresas más atrasadas en esta materia.
3.- Efectivamente el año 2013 estas empresas logran ponerse al día al tratar sus aguas servidas y el país cumple con la meta impuesta por el Estado. DE esta forma es la industria sanitaria del país la que logra esta meta, no es solo Aguas Andinas o sus controladores.
4.- El logro de esta meta, sin duda que marca una nueva etapa en la industria y una propuesta como el concepto de “economía circular” como lo indicado por Jordi, pero esto es solo una parte de lo que viene y corresponde a una mirada lineal de como ampliar el negocio sanitario y no de un pensamiento lineal como el que debe venir en la industria sanitaria.
5. La industria sanitaria es una industria muy desintegrada, sin una coherencia o identidad propia de grupo industrial que compartan valores, experiencia e intereses mas allá de lo comercial, la mirada que se debe dar de cara al siglo 21 es mas integrada donde el consumidor y la comunidad deben ser lo central. La propuesta debe venir de la industra producto de un debate interno y no de los intereses solo de una empresa por muy relevante y poderosa que esta sea.
Finalmente lo que si comparto plenamente con JOrdi y lo he venido sosteniendo desde hace varios años, es que la industria entró en una nueva atapa y aún no ha tomado conciencia de eso, llegó el momento de hacer propuesta a la comunidad y dejar de seguir haciendo solo ingeniería e inversiones.
Un muy buen artpiculo de Jordi Gerente general de Aguas Andinas, solo me gustaría hacer algunos comentarios al respecto:
1.- Efectivamente a partir de a finde de los años 90 por una iniciativa del Estado de Chile, la industria sanitaria comienza un fuerte proceso de inversión por obtener las coberturas de un 100% en especial el tratamiento de aguas servidas, solo en este ultimo rubro fue de uno USD 4.500 millones según la propia asociación gremial de esa industria.
2.- Al 2011 segun el informe estadpistico de la SISS, las únicas empresa que tenían una cobertura inferior al 95% de cobertura en tratamiento de aguas servidas era Aguas Andinas y Aguas Cordilleras (87% y 86% respectivamente), estas eran las empresas más atrasadas en esta materia.
3.- Efectivamente el año 2013 estas empresas logran ponerse al día al tratar sus aguas servidas y el país cumple con la meta impuesta por el Estado. DE esta forma es la industria sanitaria del país la que logra esta meta, no es solo Aguas Andinas o sus controladores.
4.- El logro de esta meta, sin duda que marca una nueva etapa en la industria y una propuesta como el concepto de “economía circular” como lo indicado por Jordi, pero esto es solo una parte de lo que viene y corresponde a una mirada lineal de como ampliar el negocio sanitario y no de un pensamiento lineal como el que debe venir en la industria sanitaria.
5. La industria sanitaria es una industria muy desintegrada, sin una coherencia o identidad propia de grupo industrial que compartan valores, experiencia e intereses mas allá de lo comercial, la mirada que se debe dar de cara al siglo 21 es mas integrada donde el consumidor y la comunidad deben ser lo central. La propuesta debe venir de la industra producto de un debate interno y no de los intereses solo de una empresa por muy relevante y poderosa que esta sea.
Finalmente lo que si comparto plenamente con JOrdi y lo he venido sosteniendo desde hace varios años, es que la industria entró en una nueva atapa y aún no ha tomado conciencia de eso, llegó el momento de hacer propuesta a la comunidad y dejar de seguir haciendo solo ingeniería e inversiones.
Muy interesante artículo , es bueno conocer estos programas de recolección de aguas servidas, que son un beneficio para todos los habitantes, son avances importantes.
Saludos Cordiales.
Excelente artículo acerca de la recuperación de las aguas servidas, también llamadas residuales domésticas. Se puede observar cómo esta actividad es de una importancia clave para el cuidado del medio ambiente y para la conservación de una economía de tipo circular.
https://www.fibrasynormasdecolombia.com/plantas/tratamiento-aguas-residuales/domesticas/