Para que la economía digital pueda prosperar, los usuarios del Internet deben confiar en que sus datos personales, y los sistemas y sitios web que utilizan a diario son tan seguros cómo es posible.
La promoción y la preservación de este ecosistema digital, así como su seguridad y capacidad de recuperación, son fundamentales para que los países puedan aprovechar las oportunidades de la economía digital. Esto va desde impulsar el crecimiento económico, hasta potenciar, a partir del uso de las TICs, la innovación, la creatividad, y la colaboración necesarias para transformar nuestras sociedades.
Hablar de la seguridad cibernética generalmente remite a ideas de estrategias nacionales de seguridad o defensa, marcos normativos o infraestructuras críticas. Sin embargo una dimensión fundamental del tema está vinculada a aspectos que son más cercanos a la cotidianeidad del ciudadano: 1) la mentalidad frente al tema, 2) la conciencia, 3) la confianza en el uso de Internet, y 4) la privacidad en línea.
El Informe Ciberseguridad 2016, recientemente publicado por el BID y la OEA, con el apoyo del Centro Global de Capacitación de Seguridad Cibernética (GCSCC) de la Universidad de Oxford, incluye “Cultura y Sociedad” como una de las cinco dimensiones analíticas a partir de las cuales se construye una radiografía sobre el estado de la seguridad cibernética de los países de la región.
Esta dimensión contiene los cuatro factores y los explora a partir de 9 indicadores específicos: la mentalidad de seguridad cibernética en el gobierno, el sector privado y la sociedad en su conjunto; la sensibilización, es decir la conciencia con especial énfasis en la percepción de los riesgos y amenazas cibernéticas; la confianza en el uso de Internet tanto en los servicios en línea, en el gobierno electrónico como en el comercio electrónico; así como las normas de privacidad y la privacidad del empleado.
El Informe también contiene aportes expertos de reconocidas instituciones y la reflexión presentada por el Consejo sobre la Agenda Global en Seguridad Cibernética del Foro Económico Mundial. Esto es de especial relevancia para pensar cómo estos factores de Cultura y Sociedad se articulan de manera efectiva en la seguridad cibernética de la región de forma que la interconectividad alimente el crecimiento económico y mejore los niveles de vida de los ciudadanos. A continuación, compartimos un breve fragmento de este aporte:
La conciencia de seguridad cibernética ha ido creciendo a medida que se ha reconocido que las amenazas y vulnerabilidades tienen el potencial de frenar la innovación y el avance de la economía basada en Internet, a la vez que ponen en riesgo a los individuos y las organizaciones. Si bien casi todos los países de la región reconocen la necesidad de contar con una estrategia de seguridad cibernética, muy pocos han avanzado más allá de la etapa de tener un esquema. Solo los países más grandes y más ricos de la región cuentan con distintas organizaciones dedicadas a la seguridad cibernética e incluso donde están presentes tales organizaciones, la disposición general cibernética todavía permanece impedida por una falta de coordinación entre los sectores y organismos. El sector privado ha superado al gobierno, en general, en su reconocimiento de la importancia de la seguridad cibernética, mientras que la conciencia entre el público varía en toda la región.
La conciencia seguramente aumentará a medida que más y más servicios gubernamentales se pasen a estar en línea y se generen más conversaciones sobre las implicaciones de la seguridad. Esta conversación ya está en marcha en gran parte de la región en lo que se refiere al comercio electrónico. Las cuestiones de la privacidad en Internet han dado lugar a un mosaico de normas y diferentes niveles de protección en toda la región.
Parte del problema con respecto a la escasez de concienciación se deriva de la falta de oferta educativa en seguridad cibernética. Pocos países ofrecen programas de educación a nivel posgrado para la seguridad cibernética, y los programas de formación profesional son más comunes, pero varían en calidad. Además, tienen el problema de la difusión de habilidades y la infraestructura de formación. Sin embargo, algo que resaltar es la cuestión legal y reglamentaria en seguridad cibernética. Si bien existe una amplia variación en la cantidad y calidad de legislación cibernética, a la región le va bien en temas sobre los que está interesado el público con respecto a la seguridad en Internet o sea, privacidad, protección de datos y derechos humanos. Las leyes y el procedimiento penal de delincuencia cibernética están bien desarrollados en la región también. Sin embargo, una importante área con margen de mejora es la capacidad de aprovechar las habilidades cibernéticas en la aplicación de la ley, como se indica en los datos proporcionados por los países de América Latina y el Caribe para este estudio…
Para conocer más sobre este y otros temas asociados a la seguridad cibernética en la región, les invitamos a descargar el Informe Ciberseguridad 2016. Además les invitamos a explorar las Historias de datos sobre ciberseguridad en América Latina y el Caribe en el Blog Abierto al Público del BID. En él podrán aprender cómo acceder a los datos recolectados para 32 países de la región a través del Portal de Datos Abiertos del BID “Números para el Desarrollo”.
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