El manejo de grandes volúmenes de información que se renueva a cada instante es uno de los grandes desafíos que plantea el futuro inmediato. Las grandes empresas utilizan a diario el Big Data para conocer a sus consumidores y así establecer sus estrategias de marketing. Del mismo modo, los países lo utilizan para renovar sus políticas de atracción de inversiones y promover la inteligencia comercial, transformando los datos en información útil que mejore la vida de las personas.
La digitalización del mundo físico que conlleva lo que se conoce como el Internet de las Cosas plantea una revolución en las relaciones entre los objetos y las personas, e incluso en las propias relaciones entre objetos, los que se conectan entre sí y con la red aportando y compartiendo datos en tiempo real. Asimismo, los mercados están en continua transición, adquieren múltiples y nuevas caras, son plataformas y servicios de datos, que a su vez, cambian la forma de hacer negocios: Netflix pasó de ofrecer un servicio físico (alquiler de discos) a otro digital, migrando su oferta de servicios; Uber y Airbnb, conectan activos físicos, Waze y Big Belly, generan datos con lo que pasa en las calles.
La velocidad cada vez mayor con que ocurren estos cambios tecnológicos viene generando una metamorfosis del comercio mundial, al tiempo que las cadenas globales de valor, más complejas y sofisticadas, evaporan la frontera entre bienes y servicios.
Nuevos liderazgos y formas de conectarse emergen a partir del uso de las nuevas tecnologías que, sin dudas abren un sin número de oportunidades a la producción de los países de América Latina. Sin embargo, surgen también desafíos en el mercado de trabajo, la educación y la inclusión social. Las nuevas tecnologías no van a arreglar los problemas que afectan al mundo sino que son parte de la solución.
Estos y otros temas vinculados al futuro de la integración fueron abordados por el INTAL-BID en su evento central 2016, el cual contó con la participación de reconocidos especialistas internacionales que compartieron su experiencia en el diseño de políticas que estimulan la creatividad para resolver los desafíos que plantean las nuevas formas de integración.
La actividad organizada por el INTAL invitó a repensar la integración, renovando los clásicos elementos de infraestructura, innovación, comunicación y gobernanza a partir de la mirada que proporcionan las nuevas tecnologías y con el objetivo central de contribuir a la inclusión social y a mejorar la vida de los latinoamericanos.
Las conclusiones de una inspiradora jornada incluyeron la necesidad de una gobernanza renovada, que coordine esfuerzos y construya una agenda regional, repensar el concepto de integración en un mundo que avanza a pasos acelerados en la adopción de nuevas tecnologías que ya están cambiando la vida de las personas, desarrollar el capital mental como principal riqueza de la región, trabajar colectivamente y avanzar en la búsqueda de consensos, y generar una cultura de la innovación y del emprendedorismo que contribuya a que la región logre diversificar sus exportaciones, aumente la productividad y genere empleos sustentables, garantizando la inclusión social.
Leave a Reply