Impulsando la logística colaborativa para mejorar las cadenas de valor en América Latina y el Caribe

Mejorar el desempeño logístico es un reto complejo que va más allá de la eficiencia de servicios y simplificación de trámites. América Latina y el Caribe siguen siendo una de las regiones del mundo con más desafíos en logística, y presenta índices de desempeño menores que los de Europa, Asia y Medio Oriente.

Una cadena logística es un conjunto de soluciones sistémicas, y los países de la región confrontan profundas desigualdades en términos de calidad de servicios, eficiencia, y equidad en la distribución de ingresos a lo largo de las mismas. Las cadenas de valor (CV) presentan una serie de ineficiencias externas que afectan su desempeño, y la acción pública se centra en mejorar las regulaciones, implementar los estándares internacionales de facilitación del comercio y modernizar la infraestructura. Sin embargo, estas acciones no se presentan equitativamente en las CV y las PYMES.

¿Puede la logística colaborativa ser parte de la solución?

La logística colaborativa es una práctica privada utilizada principalmente en cadenas de manufacturas. Consiste en optimizar toda la cadena, o las partes ineficientes de la misma, desde una perspectiva sistémica, buscando la mejora de beneficios entre los miembros. Se logra por medio de un acuerdo entre miembros de la cadena para compartir recursos con el fin de obtener beneficios mutuos, tales como mejoras en los resultados del negocio, accesos a recursos, habilidades y conocimiento de otras organizaciones.

El BID viene analizando cómo estas prácticas podrían ser promovidas a través de incentivos públicos, y más aún, cómo las mismas pudiesen contribuir al desarrollo de proyectos de infraestructura logística de los países. Los análisis conceptuales dejan entrever que el potencial existe, y que los gobiernos y el BID podrían estimular su adopción mediante diversas herramientas de logística colaborativa como:

El acuerdo colaborativo permitiría reducir los costos logísticos asociados al transporte y al almacenaje por el aprovechamiento óptimo de la capacidad disponible, generar una demanda estable para las PYMES de transporte y logística que les permita robustecerse progresivamente, diversificar la oferta de servicios actualmente ofrecidos en almacenes extraportuarios, disminuir o eliminar la intermediación de “brokers” y reducir los desplazamientos vacíos. Es importante que la colaboración se apoye en una plataforma digital que permita el intercambio de información asociada a los objetivos que desean alcanzarse mediante el acuerdo.

El éxito de la colaboración radica en la voluntad de mejorar el desempeño global de la cadena, para lo cual la transferencia de información crítica a tiempo real es indispensable.  Esta transferencia se realiza usando plataformas digitales colaborativas, lo que permite mitigar, parcialmente, la asimetría de información.

Valor Agregado de la Logística Colaborativa

Los acuerdos colaborativos buscan incrementar la escala a un nivel óptimo, lo que se traduce no sólo en reducción de costos sino en la posibilidad de incorporar servicios que agregan valor al producto final de forma más que proporcional a los costos incurridos.

Por ejemplo, los miembros de un acuerdo colaborativo deciden utilizar las instalaciones de almacenaje de uno de ellos que se encuentra en las inmediaciones del puerto de salida de las exportaciones, y desean crear una plataforma de cross-docking, la cual permite el llenado inmediato de contenedores con los productos de varios miembros y clientes del acuerdo que tienen en común el país de destino.  En este proceso, los exportadores negocian con los compradores internacionales un precio por este servicio adicional, lo que implica que los contenedores pueden dirigirse directamente al supermercado sin necesidad de desconsolidación y clasificación en un punto intermedio. El servicio incluye la etiquetación con los códigos de barra que puedan ser leídos por los equipos y sistemas del comprador, la cual agrega valor al producto en el origen.

Caso de Estudio: Corredor CL2 en Perú “Piura-Aguas Verdes”

Un caso de estudio a destacar es un modelo de logística colaborativa entre cadenas usuarias de un mismo corredor, como es el caso del Corredor CL2 en Perú “Piura-Aguas Verdes”, el cual permite canalizar las exportaciones de productos agrícolas y productos envasados.

El análisis demostró que existe un potencial de colaboración en diversas actividades logísticas asociadas a la fase de distribución internacional: en el transporte internacional, consolidando lotes de distintos cargadores que compartan el mismo destino mediante servicios de cross-docking; en el almacenaje seco y refrigerado en centros de exportadores puestos a disposición de los miembros del acuerdo colaborativo; y en el transporte doméstico, coordinando envíos hacia centros de consolidación, y retornos de insumos hacia zonas productoras, y desde los centros productivos hasta los centros de acopio, entre otros.  

Sistemas de TMCD en Centroamérica y la Logística Colaborativa

El TMCD ha sido debatido durante años en Centroamérica. La motivación principal consiste en solventar las restricciones al flujo de bienes de larga distancia que imponen los numerosos pasos de frontera a los flujos del comercio intrarregional y de tránsito hacia puertos de exportación, a la vez que se reducen los costos por el uso de un modo más adaptado a largas distancias.

La optimización de la fase de transporte internacional, compartiendo el camión o unidades de remolque, es definitivamente el modelo que permitiría consolidar la demanda. La reciente experiencia del ferry entre Costa Rica y El Salvador remarca la importancia sobre incorporar al operador del ferry en el acuerdo de logística colaborativa, asegurando así la demanda por las cadenas de valor y consolidando el servicio.

La logística colaborativa es una herramienta para mejorar el desempeño logístico de la región y se considera estratégico armonizar estas iniciativas con los esfuerzos de desarrollo de corredores logísticos de relevancia nacional y regional que el BID viene impulsando.

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Autor Invitado

Marelia Martínez Rivas es consultora especializada en logística de cargas y facilitación del comercio y del transporte. Cuenta con estudios superiores de urbanismo, un Master en Transporte Urbano con especialidad en transporte de mercancías de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela (1987) y un MBA Internacional de la ESCP-EAP de París (2003), Francia. Ha trabajado como consultora para diversos organismos internacionales, en particular el Banco Interamericano de Desarrollo, el grupo Banco Mundial, UNCTAD, CEPAL, CAF, así como con gobiernos y empresas consultoras internacionales en América Latina, África y Asia con fondos de las multilaterales anteriores, USAID, y la Comisión Europea.

Recientemente y con el apoyo del BID, Marelia ha comenzado a desarrollar modelos conceptuales para incitar la adopción de prácticas de logística colaborativa en cadenas agroalimenticias en América Latina, y como mecanismo de estímulo al desarrollo de proyectos de infraestructura logística de iniciativa pública.