Caminando por casi cualquier ciudad de América Latina, es posible encontrar muchos pequeños negocios o emprendimientos. En algunos casos, han sido creados por alguien a quien no le quedó otra opción y que, probablemente, no generen un ingreso que realmente refleje el esfuerzo que se les dedica. En otras instancias, el negocio nace de una necesidad del barrio o del mercado, y hasta uno se pregunta cómo no se nos ocurrió algo así, porque se ve que los dueños –y muchas veces también los empleados–, están realmente haciendo buenos negocios.
Y es que, en el mundo del emprendimiento, existen dos caminos principales: el emprendimiento por necesidad y el basado en el potencial. En este artículo, exploramos sus características y desafíos principales y te contamos cuál es la clave para que un emprendimiento sea exitoso.
Emprendimiento por necesidad
El emprendimiento por necesidad surge cuando las personas se ven obligadas a emprender debido a la falta de oportunidades de empleo asalariado. Este tipo de emprendimiento es común en regiones con alta informalidad, donde el autoempleo se convierte en una alternativa para generar ingresos y sobrevivir. Quizás el ejemplo más claro es la venta de comida de quienes “saben hacer un buen pastel” y usan ese conocimiento para tener un ingreso, sin poder calcular siquiera el precio correcto para venderlo.
El autoempleo es una fuente fundamental de sustento para muchas personas. En América Latina y el Caribe, donde la informalidad alcanza a más de la mitad de los trabajadores, 3 de cada 10 de ellos son trabajadores por cuenta propia o empleadores, una proporción considerablemente mayor que en economías más desarrolladas.
Emprendimiento basado en el potencial
El emprendimiento basado en el potencial se refiere a aquellos emprendedores que eligen iniciar un negocio porque ven una oportunidad en el mercado y tienen la ambición de crecer y expandirse.
Estos emprendedores suelen tener una visión clara, un plan de negocios sólido y están motivados por el deseo de innovar y contribuir al desarrollo económico. Un tema importante es que ese potencial es algo que la gente necesita, no algo en lo que el emprendedor necesariamente sea bueno.
En otras palabras, no por hacer deliciosas empanadas eso será un buen negocio: depende de los costos que requiera hacerlas, el precio al cual puedas venderlas y, claro, cuánta otra gente esté haciendo empanadas en el lugar que eliges para emprender.
Un ejemplo claro de emprendimiento basado en el potencial son las iniciativas de turismo ecológico. América Latina y el Caribe, con su impresionante biodiversidad y paisajes naturales, ofrece oportunidades únicas para este tipo de emprendimientos. Muchos de ellos han sido diseñados no solo desde las capacidades de quienes los impulsan, sino también desde lo que realmente buscan los turistas: experiencias sostenibles, auténticas y conectadas con la naturaleza. Cuando se alinean la oferta y la demanda, estos emprendimientos pueden generar ingresos estables, empleo local y, al mismo tiempo, contribuir a la conservación ambiental.
El impacto de apoyar emprendimientos basados en el potencial
En nuestra publicación El potencial de las políticas de fomento al emprendimiento para impulsar el empleo: ¿Qué dice la evidencia?, analizamos un conjunto de 38 intervenciones de políticas de fomento al emprendimiento implementadas en distintas regiones del mundo. Estas políticas se enfocan en emprendimientos basados en el potencial y sus efectos sobre el empleo y la productividad.
De estas intervenciones, encontramos que el 71% contiene componentes de capacitación tradicional –que abarca habilidades directamente vinculadas al manejo de una empresa, como contabilidad o inventario. en tanto, un 63% provee apoyo financiero y un 24% asesoramiento.
También descubrimos que, en algunas instancias, estas intervenciones pretenden apoyar el autoempleo para grupos que enfrentan barreras adicionales para acceder o reinsertarse al mercado laboral – como desempleados (38%) y personas en situación de vulnerabilidad (13%).
Nuestro análisis indica que las intervenciones que combinan medidas “duras” (como el financiamiento) con medidas “suaves” (como la capacitación y el asesoramiento) son especialmente efectivas en economías en desarrollo. Por ejemplo, en México, un programa de asistencia técnica demostró efectos positivos sostenidos en el tiempo: cinco años después de su implementación, las empresas participantes habían incrementado en un 57% el número de empleados y en un 72% la masa salarial diaria.
Asimismo, un curso dirigido a emprendedores en Bolivia sobre el cuidado y alimentación de pollitos logró reducir hasta en cinco días el tiempo necesario para su engorde. La capacitación enseñó a calcular con precisión la cantidad adecuada de alimento, lo que no solo evitó el sobreconsumo —que en realidad retrasa el crecimiento—, sino que también generó un doble ahorro: menos gasto en alimento y menor tiempo de crianza.
De la evidencia a la acción: recomendaciones para apoyar emprendimientos con potencial
Está claro que ambos tipos de emprendimientos tienen sus propias características y desafíos, pero la evidencia muestra que el emprendimiento basado en el potencial tiene un impacto significativo en la creación de empleo y el crecimiento económico. Este es el tipo de iniciativa que, si apoyamos a crear y a crecer, no solo genera empleo para quien emprende, sino también empleos de calidad para otras personas.
Es por eso que las políticas de fomento al emprendimiento deben estar adecuadamente focalizadas en las necesidades de los grupos objetivo. Mientras que es importante ayudar a los emprendedores por necesidad a conectar con las necesidades del mercado o a insertarse a un empleo asalariado, es igualmente crucial identificar a aquellos emprendedores con alta probabilidad de éxito, pero que enfrenten múltiples restricciones para su desarrollo.
Para obtener más detalles sobre la evidencia y las conclusiones de este estudio, te invitamos a descargar el documento completo: El potencial de las políticas de fomento al emprendimiento para impulsar el empleo: ¿Qué dice la evidencia?
Y también te invitamos a pensar: ¿cómo podríamos equilibrar el apoyo a los emprendimientos con potencial de generar empleo de calidad sin dejar atrás a quienes recurren al autoempleo por necesidad? ¿Cómo distribuirías tú el gasto público en este tema? ¡Te leemos en comentarios!
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