En el día de la madre boliviana te contamos sobre los desafíos que enfrentan las madres trabajadoras en América Latina y el Caribe. Detrás de cada madre que trabaja hay una historia llena de desafíos emocionales, sociales y económicos. Ya es todo un reto para cualquier mujer buscar y conseguir un trabajo de calidad en una región en que existe una brecha de 16 puntos en la calidad de empleo de las mujeres frente al de los hombres. Esta brecha significa que las mujeres trabajan más desde la informalidad, y que sus salarios son menores e insuficientes en mayor medida, incluso cuando tienen más educación.
Complicado ¿verdad? Pero ahora, añade uno, dos o incluso tres niños y/o niñas con múltiples necesidades. Ahí es donde comienza para muchas madres la verdadera “desventura”.
Si tuviste la suerte de tener un empleo que te dio tiempo para licencia de maternidad, volver al trabajo representa retos psicológicos y en muchos casos económicos: el cuidado infantil hace que para muchas madres volver a trabajar cueste más que quedarse en casa.
Como lo ha comprobado la investigación de la ganadora del premio Nobel de economía en 2023, Claudia Goldin, las tareas del hogar y la falta de flexibilidad del mercado laboral afectan especialmente a las mujeres madres.
Sopesar el costo de trabajar y de no trabajar
Para muchas madres el reto es simple y claro: Tengo que trabajar. En América Latina y el Caribe la mayoría de las personas depende exclusivamente de un trabajo y de sus ingresos laborales para subsistir ¿Pero con quién dejo a los niños? ¿Con alguien que los cuide, o en un centro infantil? ¿Y cómo puedo pagar por eso? ¿El cuidado infantil me cuesta más de lo que gano? Y si fuera así, ¿aun vale la pena sacrificar este recurso económico ahora para mantenerme en el mercado laboral o incluso mejorar mis oportunidades de progreso e ingreso futuros?
Es como entrar en un círculo vicioso: sin trabajo, no hay dinero; sin dinero, no puedo costear el cuidado de los niños; y sin alguien que los cuide, no puedo trabajar.
Es una situación cuesta arriba. Las madres que están en esta situación a menudo tienen pocas oportunidades para perseguir sus sueños profesionales, si no se lanzan a arriesgar a ser madre y profesional a la vez, aunque no sea muy rentable económicamente.
El desafío se intensifica para las madres que transitan de una economía informal diaria a una estructura formal, al conseguir un empleo mejor remunerado, pero con pagos al final de mes. Detente a pensar, ¿cómo afrontar los gastos del primer mes de trabajo, mis cuentas, si estamos acostumbradas a cubrir nuestras cuentas de manera semanal o incluso diaria con los ingresos que obteníamos en un negocio informal? Estos son los que deben tenerse presentes en la formulación de políticas públicas para impulsar la participación de las mujeres en el mercado de trabajo formal.
El Programa de Apoyo al Empleo II (PAE II) en Bolivia, implementado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social con apoyo del BID, consideró estos aspectos. Con estrategias de intermediación laboral, subsidios para cuidado de menores, y capacitación laboral en planta, permitió aumentar los ingresos de los beneficiarios en un 9,5% en comparación a personas de características similares que no participaron del programa. También elevó en 14% la probabilidad de las personas de obtener un empleo.
Una de las estrategias decisivas de este programa fue precisamente su esquema de esquema de subsidio para el cuidado de menores. Este subsidio proporcionó el dinero que las madres necesitaban para cubrir los costos del cuidado infantil, reconociendo las inequidades de género y brindando un soporte inicial para madres con hijos menores de cinco años.
Cuando supe del bono, fue un alivio. El padre de mi hija es chofer y no teníamos con quién dejarla. Parte del dinero lo utilicé en una guardería y parte para su alimentación. Es una guardería municipal aquí en Cochabamba que cobra 650 bolivianos (US$ 93).
Testimonio de una madre beneficiaria del Programa de Apoyo al Empleo II.
¿Y si enfrento barreras adicionales para poder ser madre trabajadora?
Encontrar soluciones para el cuidado de los hijos mientras se trabaja puede ser especialmente abrumador para madres que se enfrentan a barreras adicionales, como una discapacidad motora que impida de alguna manera su movilidad. Aquí también, el Programa de Apoyo al Empleo II (PAE II) ha brindado un impulso fundamental para muchas de ellas.

Una joven madre de 25 años, con una hija de 5 años y una discapacidad motora en el brazo, compartió su experiencia positiva con el subsidio del PAE II. Durante seis meses, recibió un apoyo económico para una pasantía que le permitió quedarse después en un buen empleo, gracias al cual puede cubrir los costos del cuidado de su hija sin preocupaciones.
“Yo tengo 25 años, mi hijita tiene 5 y tengo una discapacidad motora en el brazo. Yo recibí el estipendio (del PAE II) por seis meses, recibí el bono y tengo un buen empleo. Utilicé el bono para las cosas que pedían en la guardería y para el pago de la pensión. Fue muy bueno no tener que preocuparme por el cuidado de mi hija”. Testimonio de una madre con discapacidad motora beneficiaria del PAE II
El programa identificó que muchas de las mujeres que recibieron el beneficio eran las principales generadoras de ingresos en sus hogares. Es notable que el ingreso promedio de las beneficiarias al inicio del programa era inferior al salario mínimo en el país. Esto subraya la importancia del subsidio de cuidado de menores, no solo para ellas, sino también para sus familias, quienes pudieron cubrir necesidades básicas.
“Utilicé el bono para gastos de la familia, entró a mi billetera para todo lo que necesitábamos; somos mi hermana y yo, nos turnamos el cuidado de los niños, cuando yo trabajo ella los cuida, y ella trabaja los fines de semana o en la noche cuando puede”. Testimonio de una madre beneficiaria del PAE II.
¿Qué impacto real tienen los programas de apoyo al empleo que incluyen intermediación laboral, capacitación en planta y subsidios para el cuidado de niños? 👉 En este informe the contamos el caso de Bolivia
Programas integrales de intermediación laboral, capacitación laboral y subsidios especiales como el PAE pueden ser un apoyo decisivo para quienes enfrentan mayores barreras de acceso a empleos de calidad como las mujeres madres.
Pero será el compromiso compartido y sostenido de todos, gobiernos, personas, empresas, lo que nos lleve a tener una sociedad equitativa que aproveche todo su potencial de crecimiento.
En este mes de la madre te invitamos a reflexionar sobre las mamás que hay en tu entorno y las dificultades o facilidades que tienen a disposición para poder trabajar, generar ingresos, mantener a sus familias y mejorar sus vidas. Comparte con nosotros tus reflexiones en la sección de comentarios.
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