En nuestro blog anterior señalamos cómo el monitoreo participativo ayuda a generar más confianza entre las comunidades y las empresas con proyectos potencialmente con mucha controversia.
Pero hay formas adecuadas para llevar a cabo estos ejercicios de monitoreo conjunto. En el BID, esta experiencia se resume en tres consejos claves que pueden proporcionar un punto de partida para el monitoreo participativo.
- No asuma que usted ya sabe cuáles son los problemas. Comprométase con la comunidad para comprender sus inquietudes de manera que pueda centrar el monitoreo en alivianar las preocupaciones que se han identificado como prioritarias. Por ejemplo, en Etileno XXI, una gran planta de petroquímica en México, el monitoreo participativo adoptó una forma diferente. A través de una serie de reuniones mensuales con las comunidades aledañas, la empresa se enteró de que una de las comunidades no estaba satisfecha con los problemas de inundación que se producían cada vez que llovía. Aunque no era un impacto directo del proyecto, la empresa construyó un nuevo sistema de drenaje para fomentar la confianza y la buena voluntad con la comunidad.
- Sea honesto. Si se identifican impactos negativos, asuma la responsabilidad de corregirlos. No trate de ocultarlos o engañar a las comunidades. Ser abierto con la información permite a la comunidad proponer también soluciones e ideas creativas para los proyectos que afectan sus vidas. En Perú, cuando los monitores comunitarios descubrieron una losa de hormigón y una gran cantidad de piedras que había dejado un contratista en su campo de ganado, en vez de exigir que el contratista regresara para quitar los escombros abandonados, la comunidad propuso que la empresa contratara a miembros de la comunidad para eliminar las piedras y que la losa fuera reacondicionada como zona de descanso para los ganaderos. Esta solución ahorró dinero a la empresa, proporcionó recursos adicionales a la comunidad, y evitó una larga batalla legal con el contratista.
- Transmita conocimiento. Comparta todos los conocimientos que pueda. El conocimiento es valioso para las comunidades desfavorecidas a las que servimos, ya que puede abrir la puerta a una mayor iniciativa empresarial y un compromiso cívico más grande. Tanto para el monitoreo comunitario de Camisea como el de Perú LNG se capacitaron casi 100 miembros de la comunidad local. Como “monitores” aprendieron sobre gas natural, elementos de construcción, erosión, contaminación del agua, contaminación del aire, y mucho más. Este conocimiento empoderó a estos monitores -muchos de ellos mujeres- quienes más tarde se convirtieron en líderes de sus comunidades, o continuaron sus estudios con becas ofrecidas por el Ministro de Energía y Minas del Perú.
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