Existe una conciencia cada vez mayor sobre el valor y los beneficios de los ambientes costeros y la biodiversidad marina del Caribe (capital costero). Por ejemplo, solo los arrecifes coralinos producen un valor económico neto anual que oscila entre US$3.100 y US$4.600 millones provenientes de las pesquerías, el turismo de buceo y la protección del litoral. Aun así, la región se enfrenta a retos relacionados con el uso sostenible de sus recursos naturales, lo cual incluye tendencias adversas como el blanqueamiento récord de sus corales y la reducción de su fauna marina. Investigaciones recientes indican que la amenaza de la elevación del nivel del mar es incluso peor de lo que se pensaba. Por lo tanto, los sistemas costeros y las áreas litorales sufrirán cada vez más impactos adversos como sumergimiento, inundaciones y erosión. La población y los activos proyectados que se encuentran expuestos a riesgos costeros, así como las presiones humanas sobre tales ecosistemas, aumentarán en las próximas décadas debido al crecimiento demográfico, al desarrollo económico y a la urbanización. El informe de Naciones Unidas sobre el clima confirmó que son los océanos los que sufren la mayor parte de los cambios que los seres humanos ocasionan en el planeta. Estas tendencias afectan a los millones de personas cuya supervivencia depende del capital costero.
El costo relativo de la adaptación costera varía sustancialmente dentro y entre países y regiones. Se espera que los países en desarrollo que se encuentran al nivel del mar, así como los pequeños estados insulares de esas regiones, sufran impactos sumamente elevados que, en algunos casos, podrían equivaler a varios puntos porcentuales de su PIB. A medida que vemos cómo varios de nuestros países vecinos intentan recuperarse de una nueva estación de huracanes devastadores, existe la necesidad urgente de analizar cuáles son los mecanismos más efectivos para conducir las estructuras económicas, sociales y ecosistémicas por el camino de la resiliencia y la sostenibilidad.
Cómo abordar el reto
Si bien estos hallazgos nos dan aún más razones para alarmarnos, también sugieren un mapa de ruta para la acción: el desarrollo de una infraestructura regional más relevante para la gobernanza de océanos, mares y costas es tan necesaria como urgente. Si bien existe un consenso generalizado en torno al hecho de que los océanos están cambiando, no podemos quedarnos ahí. Debemos aportar soluciones sobre cómo aprovechar los océanos de manera responsable a la luz de los cambios mencionados, y eso exige la realización de esfuerzos colaborativos:
- … con académicos para poder entender la complejidad de los cambios que sufren los océanos;
- … con los gobiernos que tienen el mandato de manejar los océanos de manera segura y responsable; y
- … con la industria, para que saque provecho económico de las oportunidades que estos ofrecen.
Un centro de excelencia
Recientemente, el BID se embarcó en una misión dirigida a desarrollar el concepto de un Centro de Excelencia para el Capital Costero Caribeño (CCCCE por sus siglas en inglés). Con motivo de la elaboración de un análisis sobre la capacidad de la región de monitorear, evaluar, valuar y restaurar su capital costero, se reunió un grupo de actores interesados de alto nivel con experiencia en desarrollar y poner en marcha estrategias regionales de desarrollo sostenible relacionadas con ambientes costeros. Durante las discusiones realizadas en un taller de dos días se llegó a la conclusión de que existe una gran variedad de roles que este centro puede desempeñar y de servicios que puede prestar, y que su función general debería orientarse a promover el desarrollo e integración de estrategias y sinergias costeras en el ámbito regional. En general, se reconoció que las soluciones requeridas para abordar los retos de un ambiente costero rápidamente cambiante deben ser mucho más colaborativas e interdisciplinarias que lo que han sido hasta el momento.
¿De qué se trata exactamente el CCCCE?
El CCCCE bien puede ser una inversión sin precedentes en capital costero y biodiversidad marina caribeños. En su calidad de esfuerzo colaborativo, el CCCCE puede tener un alcance transformativo. En esencia, será una nueva asociación entre Estados miembros, organismos estatutarios, ONG e instituciones académicas empeñados en desarrollar soluciones innovadoras. Asimismo podrá vincular de manera efectiva experticia costera y marina con actores nacionales e incluso internacionales. El CCCCE no solamente ayudará a aumentar capacidades y a entender mejor los cambios que suceden a nuestro alrededor, sino que además podrá conectar esos conocimientos con expertos en formulación de políticas, gobiernos e industrias, es decir, con los socios necesarios para garantizar un desarrollo costero regional seguro y sostenible.
El CCCCE podrá llegar a ser un hito en la larga y efectiva historia del BID hacia la gestión integrada de zonas costeras. Durante la última década se han llevado a cabo numerosas iniciativas que han servido para fortalecer capacidades y a los propios Estados miembros a través de experticia y conexiones internacionales. Sin embargo, el CCCCE deberá igualmente apalancar la experticia caribeña. A medida que el proyecto toma forma, se deberá elaborar sin demora un marco para forjar nuevas colaboraciones institucionales en el Caribe a través de las cuales todos puedan hacer aportes significativos a esta iniciativa. Actualmente se están llevando a cabo investigaciones muy importantes a través de colaboraciones institucionales, pero también existen numerosos proyectos nacionales que podrían obtener beneficios mutuos de sus trabajos a través de mecanismos como el CCCCE. Este puede ofrecer la oportunidad de aunar todos estos esfuerzos en forma más efectiva y de manera tal que la suma de sus partes sea más efectiva que sus componentes individuales.
El CCCCE puede afrontar el desafío global a través de su amplia red de conexiones entre universidades, institutos internacionales, laboratorios gubernamentales e industria. Es muy probable que tenga la capacidad de hacer crecer de manera exponencial la capacidad de investigación costera del Caribe y que, con base en estas sólidas asociaciones nacionales e internacionales, pueda convertirse en uno de los esfuerzos institucionales más significativos jamás realizados por la región. Estamos dispuestos a asumir el reto.
Si te interesa el capital natural y la biodiversidad, síguenos en Twitter @BIDecosistemas.
Leave a Reply