“Llegaremos a un punto en los próximos años en el que no tendremos agua para la población, ni para las industrias o empresas”. Este pronóstico sombrío de Alfonso Martinez Muñoz, Subsecretario de Protección al Medio Ambiente y Recursos Naturales del Estado de Nuevo León, ha impulsado la colaboración entre diversos actores en la ciudad de Monterrey para encontrar soluciones que permitan un mejor manejo del recurso hídrico. Monterrey se encuentra ubicado en el estado de Nuevo León, donde predominan los climas secos y semisecos, lo cual lo hace altamente vulnerable a la escasez o falta de agua. De hecho, el Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey (FAMM) estima que el suministro de agua en el área metropolitana de Monterrey es insuficiente para satisfacer las necesidades proyectadas en los próximos años.
La escasez no es el único problema con el agua en Monterrey; tanto las aguas superficiales como las subterráneas están contaminadas por descargas provenientes de las industrias y las pequeñas empresas. Esto, por supuesto, tiene un efecto muy dañino en la agricultura, el consumo y el ecosistema en general, y cuando prácticamente no se hace uso del agua de lluvia ni se reutilizan las aguas residuales tratadas, la situación se agrava aún más. A esto se suma el incremento en las temperaturas y las sequías, que intensifican la presión general sobre los recursos hídricos. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ya está prediciendo una menor disponibilidad de agua en México debido a los efectos del cambio climático y a una mayor variabilidad en los patrones tradicionales de precipitación.
Así que cuando el Programa PROADAPT, financiado por el BID y el Fondo de Desarrollo Nórdico (NDF), buscó involucrarse en el área de Monterrey, ya existía un gran interés por encontrar soluciones innovadoras para mejorar la gestión de los recursos hídricos actuales. El proyecto propone mirar tanto el lado de la demanda como el de la oferta. Al reducir y controlar el consumo por un lado, pero también al aumentar la disponibilidad de agua limpia mediante la eliminación de algunos de los contaminantes que las empresas descargan, se prevé que la capacidad de resiliencia hídrica de las pymes pueda mejorarse.
Uso de datos para hacer que el consumo sea más eficiente
Los contadores de agua ya son parte de la infraestructura de distribución de agua en Monterrey, pero la introducción de una nueva tecnología de la Universidad de Arizona permitirá una mejor comprensión de quién está usando el agua y para qué. El uso de la información de los medidores ayudará a reducir la huella hídrica en las empresas y en las pymes que de otra manera mantendrían niveles muy altos de consumo de agua y descarga de contaminantes. La información ayudará a las empresas a evaluar sus actividades y procesos para encontrar alternativas para reducir el consumo innecesario de diferentes insumos y servicios, y también para reducir la generación de desechos, vertidos y emisiones que impactan el medioambiente.
Un aspecto innovador es que el proyecto vinculará a las pymes con el gobierno del estado, la academia, el sector privado y la sociedad civil. Además, Future H2O de la Universidad de Arizona podrá analizar la eficiencia de las pymes en Monterrey mediante la observación de datos provenientes de un sensor inteligente que alimenta una plataforma de análisis de datos en tiempo real. Esto a su vez le permite a los distribuidores visualizar sus impactos en la escasez de agua a lo largo de su cadena de suministros y administrar mejor los recursos.
Un manejo más eficiente y climáticamente inteligente del recurso hídrico le permitirá a Monterrey asegurar que este valioso recurso estará disponible para satisfacer las necesidades de su población ahora y por muchos años más.
*Este blog fue escrito en colaboración con Lene Mikkelsen, quién presta servicios de consultoría al programa PROADAPT del BID.
Foto: Copyright © Rick González – Flickr – (CC BY 2.0)
maria del pilar perdomo plaza dice
¿que podría hacer el gobierno colombiano para implementar técnicas reconocidas sostenobles de otros paises?