Las políticas nacionales de investigación, innovación y transferencia de tecnología agropecuaria incluyen como eje central el fortalecimiento de los institutos o agencias nacionales dedicadas a esta temática. Los institutos y agencias nacionales, a su vez, incluyen en su estructura a centros de investigación, innovación y transferencia locales, con más o menos autonomía dependiendo del país. Estos centros implementan programas de investigación, proyectos de innovación, entrenamiento y capacitación a técnicos locales, y en muchos casos, proveen material genético para reproducción de semillas, mejoramiento genético del ganado, e insumos para la producción.
La relativa importancia de la agricultura y ganadería en cada territorio regional influye en la producción de investigación e innovación. Es decir, mientras más grande sea el sector agropecuario en un territorio específico (p. ej. una región dentro de un país), los centros de investigación serán más importantes para el desarrollo de ese territorio regional.
A pesar de que estos centros de investigación son parte de una estructura central, no es raro encontrar que el intercambio de experiencias y conocimiento dentro de una misma institución sea mínimo. Las distancias geográficas y diferencias en el foco de la atención de cada centro (p. ej. los centros de investigación que se enfocan en ganadería de camélidos probablemente no estén muy interesados en centros de investigación que se enfocan en el cultivo del arroz) hacen que, en algunos casos, el intercambio de conocimiento se dé más con pares de otros países o centros de investigación regional (como el CATIE o el CIMMYT), que internamente. Esto refuerza el rol de cada centro dentro de ese territorio regional.
Los centros de investigación locales desarrollan con el tiempo lazos y redes a nivel territorial. Los centros se convierten no solamente en gestores de conocimiento agropecuario, sino además en facilitadores de actividades de extensión e implementación de proyectos a nivel territorial. También sirven de asesores locales de políticas agropecuarias, y en algunos casos, de otro tipo de inversiones (p. ej., en riego o conservación).
Es lógico pensar que el impacto de cada centro local tiene un límite geográfico, no solamente por el tipo de investigación, sino también por el acceso que tienen los productores al centro y la facilidad con que los investigadores y promotores de cada centro interactúan con los productores regionales. Es así que, aunque en el papel se indique que un centro de investigación tiene influencia departamental (o estatal / provincial), en realidad su influencia puede ser más pequeña o más grande, dependiendo del acceso e interacción con los productores.
Evaluando el impacto de los centros de investigación
Este elemento es particularmente importante cuando se diseñan proyectos de inversión. El supuesto de que las inversiones beneficiarán “a todos los agricultores” podría estar sobrestimando los beneficios en el corto plazo.
Para aumentar el rango de confianza de las evaluaciones, se analizará el impacto regional de los centros de investigación en dos proyectos en los que participa el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Perú y Paraguay. Para medir el impacto de estas inversiones, se identificarán un grupo de beneficiarios y otro de control que permitan sacar conclusiones sobre la causalidad de los efectos de estos centros nacionales a nivel territorial.
Las evaluaciones de impacto propuestas para estos proyectos apuntan a recolectar información de productores cercanos a cada centro de investigación en forma concéntrica. Con este diseño, se podrá medir el cambio en la productividad de los productores más cercanos al centro, los cuales se asume tendrán una mayor interacción con el mismo y, por lo tanto, obtendrán un mayor beneficio de las inversiones.
Por otro lado, se espera que los productores más alejados obtengan un menor beneficio, y así hasta que en cierto punto los productores ya no obtengan beneficios de las inversiones de ese centro, dado que se encuentran muy lejos o el acceso es dificultoso. Los datos para evaluar esta hipótesis se alimentan de encuestas a productores, que incluyen a un grupo de control que recolecta información productiva, socio-demográfica, y de interacción con el centro local de investigación.
Una gran ventaja de realizar una evaluación con este diseño es que permite evaluar no solamente el rol del centro de investigación como generador de conocimiento, sino también como articulador del desarrollo territorial.
Me parece muy útil esta investigación, le agradecería si pudiéramos contactarnos con usted para conocer los resultados de la investigación.
Actualmente trabajo con el programa PROAGRO UMSA de la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz Bolivia, y buscamos fortalecer los centros y estaciones experimentales de la Facultad de Agronomía.