Cuando pensamos en la Mancomunidad de las Bahamas, lo primero que se nos viene a la mente es un lujoso refugio de sol, playa y mar, especialmente si se tienen en cuenta que este país tiene uno de los PIB más altos de la región de América Latina y el Caribe (ALC). De allí que sea fácil suponer que su población de menos de 400.000 habitantes enfrenta pocos retos, por no decir ninguno. Sin embargo, si se mira más de cerca su localización geográfica, se nota fácilmente que las Bahamas configuran un archipiélago fragmentado de más de 700 islas y cayos que a menudo reciben la visita de tormentas y huracanes. Además, dado que se trata de zonas costeras muy bajas, son extremadamente susceptibles a los efectos de la elevación del nivel del mar. Es por ello que en años recientes el BID ha reconocido la vulnerabilidad de las islas y ha tomado medidas proactivas a través de la financiación de iniciativas de Manejo Integrado de Zonas Costeras (MIZC).
En muchos Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS por sus siglas en inglés), una buena parte de las orientaciones que alimentan las políticas públicas relacionadas con el manejo de riesgos frente a desastres surgen de un enfoque de arriba hacia abajo. Dada la necesidad de actuar con urgencia en tiempos de eventos climáticos extremos, las decisiones reactivas suelen tomarse en el vacío y sin tomar en cuenta los servicios ecosistémicos. Una razón para ello podría ser que no existe información digerible y a la mano para alimentar el desarrollo de políticas.
Dado que en cada una de las islas que configuran la cadena del archipiélago de las Bahamas se conjuga una combinación única de aspectos culturales, socioeconómicos y de capital costero, uno de los métodos de gestión que se ha privilegiado ha sido el enfoque de actores múltiples. Se trata de un método de buenas prácticas que se está empleando en la actualidad para guiar la política costera en el marco del advenimiento de modelos ecosistémicos que tienen la capacidad de responder y servir de apoyo a la necesidad de tomar decisiones inmediatas.
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Guía visual
A comienzos de este mes asistí a un taller organizado por el proyecto Capital Natural, cuyo objetivo era mejorar el desarrollo de capacidades dentro del modelo de actores múltiples. El taller era uno de los componentes del Plan de Desarrollo basado en Ecosistemas para la Isla Andros auspiciado por el BID en las Bahamas. La Universidad de Stanford, en colaboración con el Gobierno de las Bahamas, llevó a cabo un programa intensivo de capacitación de cuatro días en el cual participaron personas vinculadas a la formulación de políticas, así como audiencias técnicas y estudiantiles. Uno de los resultados más emocionantes de esta actividad fue constatar el ávido interés que mostraron los participantes por valuar los servicios ecosistémicos relacionados con los arrecifes de coral, las praderas submarinas y los manglares.
Se nos brindó una mezcla de teoría y ejercicios prácticos dirigidos a modelar áreas propensas a los riesgos costeros combinando factores antropogénicos y características naturales. Esto último se logró usando el programa informático InVEST (Valuación Integrada de Servicios y Contraprestaciones Ecosistémicos), lo cual no solo hizo que el taller resultara interesante y divertido, sino que además logró que se reflexionara a partir del uso de una interface de GIS visualmente atractiva. Esto me permitió apreciar la manera en que la información puede ser usada rápidamente para ayudar a que las autoridades competentes tomen decisiones conducentes a la reducción de riesgos graves por la vía de la identificación de servicios ecosistémicos.
Formación de capacidades
Sin embargo, cabe notar que los insumos de información que se usan con el conjunto de servicios de InVEST dependen de la existencia de un inventario robusto y actualizado de datos sobre las zonas costeras. Desde las rutas de tráfico marino hasta las estructuras costeras, pasando por la cubierta del suelo costero hasta los tipos de sustrato, es necesario realizar esfuerzos localizados que permitan digitalizar, manejar e identificar las fuentes de información de manera tal que esta se corresponda con los cambios que van ocurriendo en el mundo real. Por ejemplo, una estructura costera en pie que se encuentre registrada como tal puede simplemente colapsar en pocas horas con el paso de un huracán; una pradera submarina puede quedar asfixiada a raíz de la sedimentación excesiva de actividades de dragado.
Es por ello quela gestión de datos es un aspecto importante de la formación de capacidades en muchos SIDS. Con los cimientos apropiados, herramientas visuales como InVEST no solo servirán para tomar decisiones informadas, sino que también pueden usarse para guiar a los diversos actores interesados hacia la recolección y gestión estandarizadas de datos, lo cual es un componente integral de la sostenibilidad en el largo plazo.
En el taller también noté que muchos bahameños no solo están conscientes de la necesidad de contar con datos, sino que además están interesados en la aplicación de estos programas informáticos en el mundo real. Una vez que este impulso inicial se mantenga, no hay duda de que la toma de decisiones basadas en los ecosistemas ofrecerá un futuro prometedor para esta cadena de islas aguamarinas.
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Very Informative! Looking forward to more.