Esta semana, al celebrar el Día Mundial de los Océanos, me puse a pensar en la importancia que tienen y que tan frecuentemente se nos olvida el papel fundamental que desempeñan. La realidad es que el océano es el hogar de aproximadamente 2 millones de especies. La vida marina es tan diversa y extensa que va desde la más pequeña bacteria hasta al mamífero más grande que exista en el planeta[1]. Pero eso no es todo, nuestros océanos regulan el clima global, almacenan el 83 % del carbono mundial, producen la mitad del oxígeno de la atmósfera, absorben el 26% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y atrapan el 93 % del exceso de calor de estos gases[2]. Es más que evidente por qué es tan importante proteger nuestros océanos, pero ¿cómo podemos afrontar este enorme desafío? La respuesta es que no hay una única solución, por lo que lee a continuación cuatro formas complementarias para salvaguardar la salud de nuestros océanos:
- Protección a la integridad del ecosistema. Los ecosistemas marinos y costeros representan un gran reto de conservación debido a su compleja naturaleza. No obstante, si estos retos son gestionados de manera estratégica y con las herramientas adecuadas, podemos proporcionar muchas oportunidades de conservación. Al ayudar a los océanos a mantener la integridad de sus ecosistemas, ayudamos a fortalecer su resiliencia ecológica natural ante condiciones estresantes; como el cambio climático o las actividades humanas. Las medidas de salvaguardia en estos ecosistemas están directamente relacionadas con la protección y restauración de los beneficios oceánicos. Por ejemplo, hay actividades que ponen en peligro la vida marina, como la extracción y el transporte de petróleo. Estas actividades necesitan tener planes de manejo ambiental para evitar posibles derrames de petróleo; y planes de contingencia en caso de un accidente y así minimizar los efectos negativos en los ecosistemas.
- Protección a las especies en peligro y ayudando a recuperar las poblaciones de peces. La biodiversidad marina a menudo está en peligro debido a las actividades que tienen lugar en los océanos, como la pesca ilegal o la acuicultura en mar abierto. Las medidas de salvaguardia que se toman en esta línea están dirigidas a mantener y recuperar la diversidad genética de los océanos. Por ejemplo, los gobiernos necesitan aplicar políticas más estrictas contra la pesca ilegal e incentivar la pesca sostenible. Por ejemplo, hay gobiernos que establecen una gestión enfocada a través de una base científica. Esta gestión debe desarrollar planes para establecer límites de captura e incorporar medidas de responsabilidad para asegurar que se cumplen estos límites. Su aplicación puede resultar en mejores prácticas de pesca y evitar una explotación excesiva. Los procedimientos de salvaguardia, también pueden ser utilizados para regular las prácticas de acuicultura en mar abierto. Esto ayudaría a prevenir la propagación de parásitos, enfermedades y la descarga de efluentes químicos que, si no son controlados, puede disminuir la población de peces.
- Protección de las zonas costeras. En los últimos años las ciudades costeras se han visto en la necesidad de lidiar con la disminución de zonas costeras, inundaciones y tormentas. Más aun, las proyecciones del aumento del nivel del mar indican que los océanos podrían aumentar hasta seis pies para finales del siglo[3]. Por estos motivos, se necesita un enfoque comprehensivo que incorpore medidas de salvaguardia integrales centradas en la planificación costera para la adaptación y mitigación de los riesgos climáticos actuales y futuros. En esta línea, se puede incluir el desarrollo de infraestructura costera como diques o rompeolas y el uso de sistemas naturales como manglares y praderas marinas, así se podría reducir el riesgo de inundaciones costeras y la erosión marina.
- Apoyo al turismo sostenible. Durante las últimas décadas, el turismo sostenible se ha convertido en un sector muy importante del turismo internacional. El turismo sostenible tiene la responsabilidad de proteger la integridad de los ecosistemas, al mismo tiempo de producir beneficios económicos para las comunidades y brindar una experiencia de turismo valiosa para el visitante. El turismo sostenible requiere una planificación integrada de las actividades para promover la conservación de los hábitats más vulnerables. Las acciones y planes de salvaguardias deben adaptarse para fomentar el turismo sostenible en vez del turismo tradicional. Estas medidas deben estar basadas en la capacidad de carga del medio ambiente y en métodos probados de gestión de visitantes para reducir los impactos y mejorar el ecosistema marino. Algunas medidas específicas pueden ser limitar el número de visitantes en las zonas costeras que contengan biodiversidad sensible. Este es el caso de la Ilha do Cabo Frío, una reserva biológica en Brasil donde la conservación y la diversión suceden al mismo tiempo.
La preservación de los océanos tiene que ser una colaboración global, en la que se integre la aplicación del conocimiento del medio ambiente, los procedimientos técnicos y la conciencia ecológica para crear y aplicar mejores prácticas. De esta manera, podemos tener la certeza de que al estar salvaguardando nuestros océanos, estamos creando un futuro más sostenible. ¿Y tú, qué papel vas a jugar?
[1] World Wildlife Fund, 2016
[2] Citizens’ Climate Engagement Network, 2016
[3] DeConto, Robert M., and David Pollard. “Contribution of Antarctica to past and future sea-level rise.” Nature 531.7596 (2016): 591-597.
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