¿Has notado cómo el clima ha ido cambiando? Lugares donde antes no nevaba han visto nieve, las estaciones antes tan marcadas, ahora no son bien delimitadas, la lluvia esperada en cierta época llega tarde y se concentra en pocos días. Además hay sequías más prolongadas e inundaciones con mayor frecuencia. Ya no sabemos qué clima esperar y cuándo; se ha vuelto impredecible y hemos perdido nuestras referencias.
El cambio y la variabilidad climática es algo que nos está afectando a todos. Desde el campesino que labora la tierra y depende de la lluvia para sus cosechas, al empresario hotelero que espera turistas en la época idónea para esquiar pero la nieve llega tarde o nunca llega, al ingeniero que necesita tomar en cuenta flujos de caudales en el diseño de sus obras, hasta los funcionarios encargados de las finanzas públicas que ven que los ingresos de la nación disminuyen por bajas en productividad agrícola mientras los gastos en reconstrucción y ayuda por eventos extremos aumentan.
¿De qué manera podemos reducir estos impactos? ¿Cómo podemos contribuir a que estos cambios no sean tan drásticos en el futuro? De manera similar a otras situaciones, es importante tener una idea de los canales en que nos veremos afectados y conocer aproximadamente lo que esto representa en términos monetarios. Luego, delinear las áreas de acción en que podemos lograr que la problemática causada por cambios climáticos nos afecte de una menor forma y establecer qué medidas tenemos a nuestro alcance para que en los años venideros estos cambios no sean tan drásticos. Por último, saber cuánto cuesta implementar estas acciones.
El libro “El Desafío Climático y de Desarrollo en América Latina y el Caribe: Opciones para un Desarrollo Resiliente al Clima y Bajo en Carbono” abarca las preguntas anteriores enfocándose en nuestra región. Este análisis tiene como objetivo que tanto tú como yo tengamos un mejor conocimiento de la forma en que el cambio climático nos afecta, sepamos que hay opciones para disminuir nuestra susceptibilidad a estos daños y que además existen alternativas para reducir la posibilidad de que impactos futuros sean de una magnitud catastrófica. El estudio muestra que actuar para reducir los daños proyectados del cambio climático representa un costo del 25% comparado con quedarnos de brazos cruzados y esperar que estas pérdidas ocurran –aun sin considerar pérdidas desde el punto de vista cultural, social y riqueza biológica. Es un llamado a ser proactivo frente a este fenómeno demostrando que es el camino hacia un mejor futuro. El libro será publicado en español en julio 2013, ahora está disponible en inglés.
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hola :
muy bueno el artículo. vivo en Panamá, y estamos sufriendo
una de las peores crisis que he visto. he estado investigando cuáles son las responsabilidades que tiene un estado signatario del protocolo de Kioto en materia de reducción de contaminación ambiental, y quisiera aportar mas en cuanto a sensibilizar a la población, buscar mecanismos que obliguen a las instituciones gubernamentales a poner en ejecución mas leyes de protección ambiental.
buscar o crear organizaciones civiles para vigilar y denunciar actos que atenten contra la conservación ambiental.