El eslogan de la edición 2016 del Día de la Tierra me llamó la atención: “Hagamos cosas realmente grandes para nuestro planeta”. Reflexioné acerca de cuánto ha crecido este movimiento en la última década y cómo cada persona e institución, por pequeña que sea, puede hacer su aporte en algo tan colosal como ¡salvar al planeta!
Durante la década anterior, hemos observado una marcada tendencia en los países desarrollados, y más recientemente en algunos países en desarrollo de ALC, a que el sector privado se comprometa con prácticas ambiental y socialmente responsables. La demanda de los consumidores, de productos y prácticas que suscriban a la sostenibilidad ambiental y social ha urgido a las empresas a hacerse cargo del impacto ambiental, o “huella”, de sus actividades, incluyendo la del carbono y otras emisiones que inciden sobre el cambio climático, y a informar públicamente dichos esfuerzos. Esta tendencia a la Responsabilidad Corporativa Ambiental y Social (CSR, por sus siglas en inglés) ofrece a las organizaciones un amplio abanico de oportunidades para reverdecer sus instalaciones, incluyendo la compensación voluntaria de sus emisiones de carbono.
Análogamente, grandes compradores institucionales han reconocido el impacto ambiental de sus decisiones de adquisición y se están concentrando en comprar productos de limpieza menos tóxicos, productos eficientes en su consumo eléctrico y de agua, bienes reciclados, y electricidad de fuentes menos contaminantes.
Como parte de nuestros propios esfuerzos por incorporar la sostenibilidad en todas las áreas de nuestras operaciones corporativas, el BID comenzó a autoevaluarse en 2005, inicialmente en la Sede Central del Banco en Washington, D.C. Al analizar nuestros propios patrones de consumo y emisiones, identificamos aspectos a mejorar y desarrollamos un plan de acción. En particular, reconocimos la importancia de integrar nuestro programa de sostenibilidad corporativo en el núcleo de nuestro departamento de gestión de sedes, responsable de actualizar tanto nuestra central como nuestras oficinas por toda la región. Nos hemos centrado en el reciclaje y en la eficiencia hídrica y energética, y nuestro equipo de trabajo verde multidepartamental trabaja para promover conductas ambientalmente sostenibles entre nuestro personal. Como resultado, nuestras oficinas en Washington, D.C., Costa Rica, Perú y Panamá están certificadas por LEED (Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental), indicando que cumplimos con una serie de criterios de eficiencia de recursos, estrictamente establecida por el Consejo de Construcciones Ecológicas de Estados Unidos. En años recientes, también implementamos una serie de proyectos piloto de energía renovable. Por ejemplo, en nuestras oficinas en Uruguay y en Bahamas estamos instalando paneles solares, reduciendo nuestra dependencia de la red eléctrica a través de la generación de energía limpia. A su vez, en Argentina, Haití y Jamaica hemos iniciado actividades de plantación de árboles.
En 2006, nos convertimos en el primer banco multilateral de desarrollo en organizar una Reunión Anual neutra en emisiones de carbono, acción que ha inspirado a otros BMD a imitarnos. El año siguiente, logramos que nuestras oficinas centrales también sean neutras en emisiones de carbono, y al poco tiempo, lo conseguimos con nuestras oficinas de países. Cuando hablamos de emisiones masivas, las nuestras no son significativas. Anualmente, producimos aproximadamente 32.413 toneladas de dióxido de carbono equivalente, resultado de nuestro consumo de electricidad y gas, y en gran medida debido a la cantidad de vuelos que realizan nuestros equipos por la región. Para compensar todas estas emisiones, cada año el Banco adquiere bonos de carbono de proyectos en América Latina y el Caribe. Recientemente, hemos invertido en un proyecto en Nicaragua, alineado al tema del Día de la Tierra 2016: Los árboles para la Tierra. El proyecto les paga a las familias campesinas participantes para monitorear cuidadosamente los árboles. La idea es ofrecer un incentivo económico para que los habitantes rurales cuiden de los árboles, los mantengan vivos y los dejen en la tierra a largo plazo. Para leer más acerca de nuestro progreso, vea el Informe de Sostenibilidad más reciente del BID, que informa sobre nuestros esfuerzos internos del último año por minimizar la huella corporativa del Banco.
Si bien la huella ambiental del BID no es inmensa, esperamos que nuestros esfuerzos inciten a otros a tomar medidas, ya sea sencillamente plantando árboles o reciclando, o asumiendo acciones más significativas, como introducir programas de responsabilidad corporativa a escala institucional en sus propias organizaciones.
Juntos podemos lograr “cosas realmente grandes” para nuestro planeta. Los organizadores del Día de la Tierra están diciendo “plantemos 7.800 millones de árboles para la Tierra. Alejémonos de las fuentes fósiles y creemos ciudades 100% renovables”. En el BID estamos haciendo nuestra parte, ¿y Usted?
Franklin Bourdeau, de nacionalidad haitiana, es Consultor en el Programa de Sostenibilidad Corporativa, y desde ese cargo ayuda al Banco a avanzar con sus iniciativas de neutralidad de carbono. Franklin dirige el Plan de Gestión de Inventario de las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero para operaciones internas, y ofrece recomendaciones acerca de cómo reverdecer las oficinas y operaciones del Banco. También tiene experiencia conduciendo evaluaciones de calidad de aire e impacto de GEI para numerosos proyectos internacionales. Franklin fue becario Fulbright, es Licenciado en Ingeniería Química de la Universidad de Oriente en Cuba y posee una Maestría en Gestión de Ingeniería, con especialización en Gestión Ambiental y Energética, de la George Washington University. Usuario de Twitter: @FrankyBord
Since mankind’s advent on this planet, we have improperly been exploiting what we call “home”. This seems to be ironic: the so-called more advanced species on earth, destroying the only place where we can survive so far. Most of us don’t even pay attention to this kind of matters until the Mother-Nature clashes its ire on us. However, it feels great to see that few of us still understand that we must stop this foolishness and they stand for turning our planet into this “home spot” it should really be. Congrats to you, brother. You are doing such a great work and I believe you look forward to helping our planet be a better place.
Que vale buscar otro planeta donde vivir si no podemos cuidar el en que estamos? Desde siglos, el ser humano ha estado buscando otra forma de inteligencia en el universo, o sea, estamos asegurandonos de la existencia de otros planetas que sostienen formas de vidas parecidas a nuestra Tierra. Seguramente es porque sabemos que nuestro planeta, algun dia, dejara de ser capaz de sostenenos. No será porque hemos abusado de los recursos naturales, haciendole daño a la Tierra? En vez de estar buscando deseperadamente, so será más sabio concentrarnos en tratar de hacer las cosas de mejor forma? Por suerte, existe un grupo de gente se esfuerzan diariamente para curar nuestras locuras y proteger nuestro planeta contra nosotros mismos. Gracias a ellos podemos buscar nuestro futuro no en el dudoso espacio sino aqui mismo en nuestra”casa” que la Tierra.
You did a good job .