Por Rodrigo Arce Rojas, finalista del concurso de blogueros
La palabra crisis es el signo de los tiempos. Se habla de crisis ambiental, crisis climática, crisis económica, crisis política, crisis de liderazgos. Todo ello refiere a la diversidad de manifestaciones del cambio global. Una de estas expresiones refiere al cambio climático, uno de los más grandes retos que nos corresponde enfrentar como sociedad.
Existen diferentes perspectivas para hacer frente al cambio climático, algunos prefieren las soluciones de mercado, otros privilegian las soluciones tecnológicas, mientras que otros enfatizan las soluciones de tipo institucional o legal. Es claro que abordar un tema complejo e incierto como el sistema climático y sus alteraciones producto de las emisiones de gases de efecto invernadero requiere también respuestas complejas e integradoras.
El cambio climático pone de manifiesto la forma cómo la humanidad ha ido construyendo histórica, cultural y simbólicamente un sentido a lo que se ha dado en llamar desarrollo. No existe un único modelo (si es que cabe el término) económico, un único modelo de desarrollo, ni un único modelo civilizatorio, no obstante, es innegable desconocer el peso específico que ha ganado el proyecto económico de acumulación, del triunfo del consumismo, materialismo, hedonismo, de valoración del éxito personal.
El sur, especialmente los países de las zonas tropicales, se caracterizan por una alta diversidad en todos los planos. Esta diversidad se presenta como de manera ambigua como una oportunidad de negocios pero también como un obstáculo de crecimiento del mercado que busca uniformizar a los consumidores o cuando es posible segmentarlos en estratos de consumidores.
Históricamente occidente se ha desarrollado con un enfoque de fragmentación. Así, hemos separado el hombre, de la naturaleza; hemos fragmentado las ciencias en ciencias naturales y sociales; la razón, de la emoción; el sujeto que estudia, del objeto estudiado. Así mismo simplificamos la naturaleza humana y la reducimos al éxito individual, la conducta humana a su orientación al egoísmo, al materialismo, al hedonismo.
Separamos también lo urbano de lo rural que lo sentimos tan lejos y tan distante afectivamente. Olvidamos que lo que pasa en los bosques y en los glaciares también nos afectan y las emisiones de GEI desde las ciudades también afectan los bosques y los glaciares. Estamos fuertemente entrelazados por los ciclos biogeoquímicos, por el ciclo hidrológico. Todos somos parte de la trama de la vida y de la naturaleza.
También nos hemos propuesto simplificar los ecosistemas y agroecosistemas. De esta manera prosperan las plantaciones y las ganaderías por facilidad de manejo tecnológico y para producir grandes cantidades de materias primas a economías de escala que demandan los mercados.
La pretensión de dominio del ser humano sobre la naturaleza nos ha llevado a verla únicamente como proveedora de recursos y depósito de desechos. Así, las dimensiones sociales y ambientales son considerados como barreras o limitantes al desarrollo y por tanto hay que eliminarlos o maquillarlos.
En todo este proceso hemos ido olvidando que formamos parte indesligable de la naturaleza; que el altruismo, la solidaridad, la compasión, la empatía forman parte del acervo de la humanidad; que somos parte de la trama de la naturaleza y el cosmos y que las relaciones, vínculos y afectos forman parte intrínseca de nuestra naturaleza social.
Por todo ello, para hacer frente al cambio climático, necesitamos no solo más mercado o más tecnología, necesitamos, sobre todo cambiar nuestras creencias más profundas y nuestra manera de pensar y actuar. Por ello se sustenta que abordar seriamente el cambio climático implica un cambio del modelo civilizatorio. Revisar la forma cómo pensamos y actuamos, la forma cómo producimos y consumimos.
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Rodrigo Arce Rojas
Ingeniero Forestal, Magister Scientiae en Conservación de Recursos Forestales. Cuenta con un Diplomado en Cambio Climático y el Protocolo de Kioto. Como especialista en cambio climático ha sido docente tutor de 3 cursos internacionales (Lima, Medellín, Cochabamba) sobre el tema con la Cooperación Alemana al Desarrollo. Ha elaborado para GIZ un informe sobre el “Estado de la situación frente a la agricultura, seguridad alimentaria y gestión de recursos hídricos destinados para la agricultura y el cambio climático” y ha realizado la sistematización del “Diálogo Regional Sobre la Adaptación al Cambio Climático-Una visión regional”. Docente en la Escuela de Posgrado de la Universidad Ricardo Palma en la Maestría de Ecología y Gestión Ambiental. Actualmente es coordinador nacional del Proyecto Diálogo Sur liderado por CARE Perú.
Fortalecer el modo de vida down-shifting de manera masiva y global en los grupos, paises y continentes de personas en el planeta.
Aplicar Management holistico a nivel corporativo, institucional y empresarial, La Organización Consciente, ir más alla del lucro financiero de manera en conciencia colectiva, poner los objetivos de sustentabilidad y sostenibilidad como cima suprema en la gestión.
ir desde las personas para las personas.
SOLUCIONES.
El cambio climático no es un problema, el problema es la incapacidad de nuestra sociedad contemporánea de adaptarse a los cambios. Desde el inicio de la era industrial el “desarrollo” se ha centrado en tecnología cada vez más especializada y eficiente aumentando por la “Paradoja de Jevons” el uso intensivo de energía.
Esa misma tecnología que hoy permite rendimientos mucho mayores de cultivos, aumentar nuestra expectativas de vida y producir a gran escala objetos, ha generado en nuestra sociedad fragilidad y rigidez. Pues al estar altamente concentradas su falla impacta a más gente sin capacidad de crear o adaptar alternativas en las nuevas condiciones.
Necesitamos volver la mirada en las tecnologías tradicionales, más resilientes y adaptables, para suplir las falencias de la era industrial. Esa es la forma no solo de abordar el cambio climático, si no también los cambios sociales propios de una sociedad en constante evolución.
Interesante lectura de nuestro tiempo.. llamada de atención a una conducta errática sobre el aprovechamiento de los recursos naturas, cambio de paradigmas, aquí yo soy de la propuesta de cambiar esa a-sincronía de desarrollo sustentable que se instala en los trópicos en especial, con Leyes que promueven el aprovechamiento del bosque desde el punto de vista de la extracción de la estructura vertical..( arboles maderables) que es la menos dinámica en su recuperación y en la que el ecosistema se sostiene. (caso Perú, Bolivia). el nuevo paradigma propone aprovechar la estructura horizontal del bosque, mas dinámica y mas productiva. mas de mil especies arbóreas con productos comestibles, incontables especies ricas en sustancias activas.. eso seria revolucionario si se entendiera como una política social, productiva y sostenible del estado sobre los bosques tropicales.