He recibido un montón de comentarios, preguntas, discusiones, e incluso un poco de debate en mi entrada sobre población y el cambio climático. En este entrada, me gustaría profundizar un poco más sobre cómo la relación entre la población humana y la naturaleza ha evolucionado, sigue siendo controversial, y ofrece algunas pistas importantes para ayudarnos enfrentar al desafío que el cambio climático nos presenta.
En primer lugar, la preocupación sobre el impacto del crecimiento de la población en nuestro planeta data de al menos tres siglos atrás a los tiempos de Thomas Malthus, quien postuló que el crecimiento de la población estaba desfasado de las limitaciones que plantean la disponibilidad de los recursos naturales y la dinámica de las relaciones entre las personas (la competencia, los conflictos, las desigualdades). Sus predicciones, sobre todo que la población no sería capaz de crecer indefinidamente, fueron en gran medida imprecisas, ya que con el tiempo, estos resultados fueron eclipsados por los avances en la tecnología agrícola que han permitido tener más alimentos disponibles para una población en crecimiento, y por los avances en la medicina que han aumentado la expectativa de vida de los seres humanos. Y por los siguientes 250 años, vivimos en un mundo casi sin límites, con las predicciones y los análisis de Malthus prácticamente en el olvido.
Hace menos de cuatro décadas, el Club de Roma comisionó un estudio que se publicó bajo el título “Los Límites del Crecimiento” (Meadows et al. 1972). Este fue el primer esfuerzo serio después de las publicaciones de Malthus en el siglo 18 que analiza conjuntamente variables como la población, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y agotamiento de los recursos naturales. Las conclusiones de este estudio, particularmente que el mundo tal como lo estabamos viviendo no era sostenible y que un colapso podría ocurrir, fueron rechazadas rápidamente de nuevo (como las de Malthus).
Curiosamente, un estudio reciente realizado por Turner (2008) encontró que cuando se comparan los resultados de Los Límites del Crecimiento con lo que realmente sucedió en los 30 años siguientes de su publicación, ¡esta comparación resultó ser muy favorable! Otra excelente publicación que muestra este mismo resultado es la del profesor Ugo Bardi “Limits to Growth Revisited” (2012) en la que revisa minuciosamente las suposiciones iniciales y las proyecciones realizadas en el estudio de 1972. Esto ha puesto de cabeza al mundo científico, ya que resulta que los trabajos de Malthus y el Club de Roma, rechazados e incluso ridiculizados, después de todo estaban en el camino correcto.
Desde mi perspectiva, lo que estos dos estudios tienen en común es que se transmitió un mensaje de un futuro sombrío en el que el colapso era un resultado muy probable. Cuando se habla de población, esta es una propuesta muy arriesgada, ya que muchos de nosotros no queremos admitir que estamos teniendo un impacto negativo en nuestro planeta (recuerden, muchos de nosotros seguimos en el jueguito de culpar a otros como responsables del cambio climático). He leído en detalle (y muchas veces) el libro de Malthus, Los Límites del Crecimiento, y los análisis retrospectivos de 30 de Turner y de Bardi. Lo que puedo decirles es que estas investigaciones han sido mal interpretadas, y esto es verdaderamente penoso.
El verdadero logro de estas investigaciones pioneras (y audaces) fue colocar a la población humana en el centro del debate sobre la sostenibilidad, algo que en su mayor parte no se ha hecho en ningún otro estudio. Incluso hoy en día, en el debate sobre el cambio climático -quizás la manifestación más reciente de lo que Malthus estaba tratando de decirnos, pero tal vez no pudo encontrar las palabras adecuadas para hacerlo- se centra en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación al cambio climático. Pero les puedo decir que ni las medidas de mitigación ni los enfoques de adaptación al cambio climático propuestos hoy en día contienen una dosis suficiente de nosotros, ustedes y yo, la población humana.
Y aunque usted crea o no que el cambio climático es causado por la acción humana, vale la pena discutir seriamente, sin prejuicios ni rodeos, si el incremento de la huella por parte de las actividades humanas a la tasa que estamos viendo hoy en día puede ser sostenido por nuestros recursos, nuestras economías, y en última instancia, nuestro planeta. Incluso cuando tenemos en cuenta -sólo para no caer en los mismos “errores” de Malthus y el Club de Roma- que vamos a seguir avanzando en nuestra productividad económica, en nuestras tecnologías y políticas públicas, es fundamental que también tengamos en cuenta la variable de población (y su huella) como parte de nuestras opciones en el cambio climático y la sostenibilidad. Además, como mis co-autores y yo discutimos en esta reciente publicación, todavía tenemos que desentrañar la íntima relación entre los seres humanos y el clima, y esto sigue siendo un gran desafío que tenemos por delante desde los tiempos de Malthus, un tema aún por resolver en mi opinión.
Sin embargo, hay razones para ser optimistas. En entradas futuras, les comentaré algunas de estas razones basado en investigaciones recientes, así que sigan atentos. Parafraseando uno de los comentarios recibidos en este blog (y el tema de la caricatura de arriba): por lo general pensamos acerca de la importancia de dejar un mejor planeta para nuestros hijos, tal vez deberíamos también pensar en dejar mejores hijos para nuestro planeta.
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He leído a Malthus hace unos meses y me pareció muy acertada su predicción, principalmente cuando se hace énfasis en el crecimiento poblacional versus la demanda de recursos naturales. Soy de Guatemala, un país pequeño de 108,889 kilómetros cuadrados, con aproximadamente 15 millones de habitantes; crecemos a un ritmo de 2.4% anual, una cifra alarmante para un país como el nuestro. Los problemas sociales (pobreza, hambre, desigualdad, etc.)tienen relación con el crecimiento demográfico; el problema se magnifica tomando en cuenta que esos problemas sociales se relacionan a los problemas ambientales (contaminación, deforestación, etc.). Es tiempo de actuar, los riesgos son palpables.
Un documento interesante de consulta se lo puede encontrar en la página de la BBC mundo con el título:Las inquietantes predicciones para 2030
Las cifras de la ONU son apabullantes: en 2030, la demanda global de alimentos habrá aumentado 50%, la de energía, 45% y la de agua 30%. Urge un cambio de patrones de consumo y del rumbo de la economía. ¿Cómo hacerlo?.
El artículo fue analizado y comentado en la Comisión de Energía y Ambiente del Colegio de Ingenieros Civiles de Córdoba, la cual presido.
Personalmente, estoy seguro que del tema del cambio de patrones de consumo y rumbo de la economía, se va a comenzar a hablar mucho y las circunstancias van a obligar a hacer algún cambio progresivo. Lo mejor que puede ocurrir que el cambio sea ordenado.
Estoy seguro que va a surgir toda una nueva disciplina que podriamos llamar “sustentabilidad global” que involucrará aspectos que no son sólo los ambientales, sino que adicionará la interrelación del ser humano con la disponibilidad y explotación de recursos, la economía, relaciones entre paises, hasta nuevos conceptos de vida y consumo. Por ejemplo:¿es necesario cambiar el auto todos los años?. El turismo a lugares remotos: ¿cual es la huella de carbono que provoca comparada con un viaje sitio cercano que ni siquiera conozco?. Cómo asignar los recursos del sistema financiero:¿ en grandes obras centralizadas o en muchas con mayor gasto administrativo pero con mayor distribución de riqueza?.Cual es el equilibrio?. Bueno,es todo un tema que habrá que discutirlo globalmente,no habrá concenso en todos; pero con unos pocos conceptos acordados, podran seguir… sobreviviendo mejor las nuevas generaciones.
Mi versión original de esta entrada en el blog (que contiene la caricatura a la que me refiero) puede verse en ente enlace:
https://blogs.iadb.org/cambioclimatico/2011/06/20/poblacion-y-cambio-climatico-estaban-malthus-y-el-club-de-roma-en-lo-cierto/
Saludos a todos y gracias por sus amables comentarios!
Hola que tal
Muy interesante el articulo, yo me considero un seguidor de las propuestas del Club de Roma y Maltus. Quizá te pueda servir bastante estudiar el libro de Joan Martinez Alier “El Ecologismo de los Pobres” Ed. Icaria. Puede darte nuevos datos de análisis y mas perspectivas. Un abrazo y saludos.
Urbanismo&Ciencia
Conozco el planteamiento T. Maltus y me interesa el planeta.
Aunque tu planteamiento tiene sentido por supuesto, omites hablar d cuales paises estan causando mas contaminacion y cambio climatico. no hay duda que el ser humano lo causa, pero la relacion de pais y cambio climatico no es directamente proporcional al numero de su poblacion. Me explico mejor, uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero es EEUU y algunos paises de Europa y sus poblaciones no son las mayores del mundo. El humano contamina, si, pero unos mas que otros…
Estimado Fernando, muchas gracias por traer esta discusión a valor presente, definitivamente este es un tema central en todo lo relacionado a la sostenibilidad y al que se le debería dar la mayor importancia. Es un tema sensible desde muchos ámbitos, religiosos, políticos, etc., pero fundamental a la hora de plantear soluciones “sostenibles” a la gran cantidad de desafíos que nuestra y las futuras generaciones tienen. Se podría decir que esta es una discusión que parte de hechos concretos, es de los pocos casos en que hemos podido comprobar escenarios o proyecciones. Entonces el paso inmediato es promover decisiones robustas, más aun, debería hacerse un esfuerzo por dar a conocer estos análisis al gran público y sobre todo a la juventud. Creo que los medios de comunicación tienen aquí un rol fundamental..