El acuerdo climático alcanzado en París ha sido reconocido como un logro histórico de alcance universal. Para los que siguen el tema desde sus inicios, es imposible pasar por alto que REDD+ ha sido finalmente reconocido como un componente crítico en la lucha contra el cambio climático. Luego de la exclusión de la conservación de bosques del Protocolo de Kyoto, REDD volvió a la mesa de negociaciones en el 2005. Hoy, después de 10 años, se legitimó y repotenció el papel de los bosques en esta tarea.
La principal alusión a los bosques se encuentra en el Artículo 5 del acuerdo: las Partes “deberían adoptar medidas para conservar y aumentar los sumideros y reservorios de GEI… incluidos los bosques”. Pero no queda ahí: se alienta la implementación de REDD+, se da respaldo a enfoques para el manejo integral y sostenible de los bosques con fines conjuntos de mitigación y adaptación, y se reconoce la importancia de los co-beneficios -¡porque los bosques son más que carbono!-
Un incentivo clave para que los países sigan realizando progresos es la mención explícita a los pagos basados en resultados, lo cual envía una clara señal de que la implementación de REDD+ va a ganar fuerza y que jugará un papel importante en los esfuerzos post 2020. De esta manera, el acuerdo confirma el alcance más amplio de REDD+
¿Qué más pasó en París?
No solo el Acuerdo de París nos alienta a enfrentar con renovadas fuerzas al desafío del cambio climático, sino también los 6 Mensajes clave del Foro Global de Paisajes:
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible debemos romper los “compartimentos” sectoriales: Los desafíos derivados del desarrollo y cambio climático son complejos, y requieren soluciones que van más allá del alcance de un solo sector
Debemos acoger nuestra diversidad y sacar provecho de ella, asegurándonos que todas las voces sean escuchadas: Tenemos que aprender a trabajar en equipo, respetando las opiniones y las diferencias, entendiendo que lo que ofrecen los grupos marginados es parte de la solución
Necesitamos adoptar un conjunto de valores más amplio – más allá del económico- a fin de realizar un cambio y adaptarnos a él: Las decisiones sobre el uso de la tierra son muchas veces más que solo económicas; debemos adoptar un enfoque más holístico, que considere valores ambientales y sociales
Los líderes proveen el marco en el que operamos – los gobiernos subnacionales y locales son clave: La buena gobernanza es fundamental para identificar los agentes de la degradación y oportunidades para la restauración
Debemos apoyar a las comunidades rurales y pequeños agricultores, ellos son el pilar de un paisaje sostenible: Las poblaciones rurales, y en particular los pequeños agricultores, son centrales para alcanzar de manera exitosa los objetivos de desarrollo y de cambio climático
Necesitamos innovación, tecnología, datos – y la sabiduría para usarlos de manera efectiva: Necesitamos personas que sinteticen la información, tiendan puentes entre las disciplinas y ofrezcan la información debida en el momento oportuno
Por lo que vemos el año pasado fue crucial y también alentador para los bosques de cara al futuro. Con el lanzamiento de los Sustainable Development Goals en Setiembre, y a pesar de que solo unos cuantos objetivos hacen mención específica al sector basado en el uso de la tierra, es claro que para alcanzar las metas trazadas de cambio climático y desarrollo se necesita contar con paisajes forestales sanos y sostenibles. El Acuerdo de París también lo reafirma.
Visítennos en la Comunidad de Práctica de REDD+ y manténganse informados de lo que acontece en el quehacer forestal. La comunidad recibe el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo.
Sobre el autor invitado: Gabriela Fontenla
Gabriela Fontenla es Ingeniera Forestal de la UNALM Perú con una maestría en Hidrología de la TU Dresden y un diplomado en Gestión Ambiental de la misma universidad. Ha trabajado para el Fondo Nacional del Ambiente en Perú apoyando a desarrolladores de proyectos forestales para el Mecanismo de Desarrollo Limpio de la UNFCCC y luego en CARE como asesora técnica en cambio climático, donde coordinó un proyecto de adaptación al retroceso glaciar en Perú, Ecuador y Bolivia, con participación de comunidades rurales. Actualmente se desempeña como asistente de investigación en el Instituto de Suelos y Ecología de Sitios de la TU Dresden y como consultora del BID, donde gestiona la Comunidad de Práctica REDD+ de la Plataforma Finanzas Carbono
titulo: El Bosque
foto: © Copyright CC BY 2.0 – cortto
Jaime Saldarriaga dice
La conservación de la cuenca Amazónica es de primordial importancia para la sostenibilidad del Planeta Tierra.