…Cantaba Joaquín Sabina en el año 92, “no pruebes los licores del placer, haz músculos de cinco a seis y vigila tu colesterol”. Más allá de la poesía con que el famoso cantautor español denunciaba la exagerada obsesión con encontrar el elixir para prolongar la vida, su canción aludía a una nueva realidad: el aumento en la esperanza de vida y las implicaciones que conlleva.
Por primera vez en la historia, la mayoría de las personas podemos aspirar a vivir 60 años o más. Esta realidad viene acompañada por otra que cada día se vuelve más preocupante: la población está envejeciendo a pasos agigantados como consecuencia de esa mayor esperanza de vida y de las importantes caídas en las tasas de fecundidad. Y para constatarlo no es necesario repasar el informe sobre el envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sino que basta con mirar a nuestro alrededor.
El panorama del envejecimiento
Para ponerlo en contexto, la población mayor de 60 años equivale a:
- Una cuarta parte en Europa
- La quinta parte en Estados Unidos
- El 16% en el Este asiático
- El 11% en América Latina y el Caribe.
En esta región, las cifras no son suficientemente altas aún para hablar de población envejecida, pero el crecimiento sin precedentes en el número de adultos mayores en estos países está haciendo saltar todas las alarmas.
Considera lo siguiente:
- En 2030 la población mayor de 60 años representará el 17% del total
- Hacia 2050 se estima que llegará al 25%.
Es decir, la población mayor de 60 años tardará solo 33 años para crecer de 11% a 25%. A Europa le tomó 65 años para que pasara lo mismo.
Aumenta la dependencia…
El envejecimiento implica mayor riesgo de contraer ciertas enfermedades y de capacidades físicas y mentales reducidas, lo que puede resultar en la necesidad de recibir ayuda externa para realizar funciones cotidianas. A mayor edad, mayor probabilidad de ser dependiente de otros para el cuidado diario. Un informe publicado por el recién creado Observatorio del Envejecimiento, Dependencia y Cuidado, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), considera que en América Latina y el Caribe casi ocho millones de los mayores de 60 años son dependientes. Esta cifra representa un 11% de su población mayor, que experimentará una rápida escalada si el ritmo de la transición demográfica actual continúa.
Una persona se encuentra en situación de dependencia cuando no es capaz de llevar a cabo de manera autónoma al menos una actividad de la vida diaria como comer, asearse, usar el baño o vestirse. Junto a estas acciones necesarias para una vida independiente, se toman en consideración también otras actividades instrumentales del día a día que implican una mayor complejidad y, por lo general, cierta interacción con el entorno. Si bien son importantes para el desarrollo de una vida plena e independiente, no se consideran esenciales para sobrevivir. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, cocinar, hacer las tareas domésticas, manejar dinero, ingerir medicamentos o hablar por teléfono.
Por lo general, y dada su mayor complejidad, estas últimas son las primeras en deteriorarse. Se considera que los adultos mayores que pierden sus capacidades lo hacen en el orden inverso al que las ganaron, es decir, es de esperar que la habilidad para vestirse se vea afectada antes que la habilidad para comer.
… Y se agudiza
La intensidad de la dependencia también va en aumento. A mayor edad, mayor el número de actividades para las que una persona puede necesitar ayuda. En muchos países latinoamericanos el porcentaje de personas que enfrenta dificultades en tres o más de estas actividades aumenta exponencialmente después de los 80 años.
Otro factor que destaca el informe es la vulnerabilidad de género en la vejez: en todos los países, la intensidad de la dependencia es mayor entre las mujeres. Por otra parte, las diferencias entre países son notables: mientras Costa Rica, Chile y México destacan por su alta proporción de dependencia entre los adultos mayores, en Uruguay y Paraguay es relativamente baja.
¿Cómo digerir estas tendencias?
Asumiendo que las tasas de dependencia se mantengan constantes en cada grupo de edad, la evolución demográfica de América Latina y el Caribe hará que el número de personas dependientes se triplique hacia el año 2050, superando los 26 millones de personas. Esta realidad va a traer consigo una creciente demanda tanto de servicios de salud como de cuidados que, sin duda, generarán presiones para los Estados, que en la mayoría de los casos están poco preparados. Por ello, a los Gobiernos corresponde anticiparse al escenario que se les avecina. Porque, aunque sabemos que el envejecimiento es una cuestión de tiempo, ya no hay tiempo que perder.
Comparte tus preocupaciones acerca del envejecimiento y la dependencia en América Latina y el Caribe en la sección de comentarios o mencionando @BIDgente en Twitter.
Carlos Maradiaga dice
Los gobiernos tienen una tarea árdua para la protección de sus ciudadanos cuando tengan una edad adulta. Sin embargo, tenemos en América Latina una desproporción en cuanto a la inversión en infraestructura y planes de retiro, ya que se concentran en paliar problemas de corto plazo. Es necesario más que reflexionar, actuar ahora ya que no hay más tiempo, exigiendo lo que hemos pagado en impuestos. Si la corrupción no fuera el negocio (gran negocio) de los gobiernos, habría tanto dinero para la protección social de sus ciudadanos.
Nidia Denny Montenegro dice
Me parece preocupante el aumento de adultos mayores con enfermedades entre estas las mentales por diferentes motivos, entre estos el abandono de la familia, aun estando esta en la casa son aislados porque los ven como un estorbo, teniendo en cuenta lo desprotegidos que están en mi país Colombia por el mismo Estado, no existe a nivel Institucional ayuda integral para los adultos mayores que se encuentran abandonados por su familia, o porque no la tienen, hay normas que reglamentan que no pueden ser abandonados, pero cuando sucede esto, no existen instituciones que los ayuden con la alimentación, ropa, salud y otras necesidades, entre estas Talento Humano Cualificado, tampoco programas especiales para esta población y Autoridades que hagan cumplir las normas y ubiquen a sus familiares y realicen seguimiento para que no sean violentados, porque en algunos casos les venden sus bienes y los dejan en la calle, esperamos contar con la ayuda del gobierno actual, siendo consientes de que no ha habido solución a largo plazo para dicha problemática y en todos estos años.
Laura Maria Victoria Vera de Martinez dice
Realmente es una gran tarea pendiente, la que tenemos todos, PENSAR en la vejez.
Y el Estado debería crear programas para la calidad de vida, al llegar a esa etapa.
Ingreso básico para solventar sana alimentación, higiene, recreación, Salud física, mental y espiritual…
Tienda Naturista dice
Muchas gracias por este articulo interesante con números, estadisticas y hechos.
jeanru dice
lamentablemente es una realidad que tenemos que afrontar, nuestros adultos mayores cada día son mas dependientes ya que con el paso del tiempo este nos deja huellas físicas y un deterioro mental,y tenemos que tener presente que nuestro paso por la vida tiene fronteras, son esas fronteras que nos limitan a defendernos por si solos que le van poniendo un alto a nuestras actividades del diario vivir y que en muchas ocaciones nos llevan a estar solos, por no querer ser un estorbo para un familiar y es ahí donde el gobierno debe intervenir por el bienestar de cada uno de estos seres que de alguna manera forjaron el funcionamiento del país
Liliana Beatrìz Longueira dice
Creo que para ello, primero deberìan importarles las personas mayores a los Gobiernos, pero esto no es asì, debido a que no son productivas y encima deben cobrar jubilaciòn, cosa que es un problema para los gobiernos, cuando cada vez hay màs gente desempleada, a quien cobrarle impuestos para abastecer esa jubilaciòn, entre otras cosas.
Victoria Oviedo Huapaya dice
Es cierto, cada vez hay más personas longevas. Muchas gracias por la información y reflexiones que nos permiten estar atentos a lo que nos toca vivir.
Debo enfatizar que lo vital en esa etapa de la vida es seguir sintiéndose util para si mismo, para su familia, para su comunidad. Y ello implica un gran cambio conceptual y de acción en cada familia y comunidad.
Cecilia dice
Hola Marco, me gustó tu artículo.