Ya no es un secreto para nadie que los gobiernos se ven enfrentados a enormes desafíos cuando tienen que decidir qué nuevas tecnologías utilizar de las muchas que aparecen en el mercado. Los retos asociados con estos procesos se han vuelto aún más agudos a la luz de las recientes innovaciones terapéuticas, algunas de las cuales traen consigo beneficios muy importantes para la salud y, en ocasiones, para un gran número de pacientes.
En esta labor de decidir qué financiar con recursos públicos, la Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS) es una herramienta cada vez más usada. A través de una revisión sistemática y un análisis de la evidencia, permite analizar todas las consecuencias, positivas y negativas, que una innovación médica puede implicar para los pacientes y el sistema de salud. Según la Organización Mundial de la Salud, la ETS proporciona “evidencia de calidad para apoyar la toma de decisiones y, por lo tanto, mejorar la incorporación de nuevas tecnologías que sean costo-efectivas, evitando de este modo las que sean de dudoso valor para el sistema de salud”.
La diseminación y la comunicación son aliados indispensables para que las recomendaciones de las agencias de ETS guíen de una manera efectiva las decisiones de asignación de recursos de salud a niveles macro (ej. sistema de salud), meso (ej. entidades subnacionales) y micro (ej. prestadores de salud, entre otros). Pero, ¿cómo fortalecer los esfuerzos de comunicación y diseminación en la práctica? Esta pregunta surgió en el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (IETS) de Colombia por lo que la Red Criteria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su labor de facilitar el intercambio de conocimientos en materia de prioritización explícita de la salud, facilitó un diálogo entre esta entidad y el programa tailandés Health Intervention and Technology Assessment Program (HiTAP), una de las agencias de ETS más avanzadas e influyentes de los países de ingresos medios y bajos.
De las conclusiones de este encuentro se pueden extraer una serie de ideas fundamentales que otras agencias de ETS pueden aprovechar para fortalecer la comunicación y la difusión de sus recomendaciones, con el fin de hacer su labor para los sistemas de salud:
- Hay que pensar en estrategias diferentes según si se disemina para tener impacto o si se disemina para conseguir apoyo, y ambas son importantes. Tener impacto implica que las decisiones de asignación de recursos realmente cambien en función de la información que proporciona la ETS. En cambio, conseguir apoyo se refiere a que las recomendaciones y labores de la agencia de ETS sean vistas como importantes, creíbles y sólidas por los principales actores de un sistema de salud.
- Para tener impacto la diseminación requiere que los procesos de ETS involucren desde el principio tanto a los usuarios como a los que aplicarán las tecnologías. El impacto no se logra si simplemente se diseminan los resultados de las ETS una vez finalizadas.
- Para conseguir el apoyo de los actores clave y del público en general se requiere explicar el trabajo y las razones que sustentan las recomendaciones basadas en la ETS de una manera sencilla e intuitiva. Además, la forma de comunicar debe adaptarse a las características de los diferentes actores; no es lo mismo comunicar una ETS a los ciudadanos, pacientes o el personal de la salud.
- Para comunicar y diseminar, el trabajo comienza en casa. La diseminación para conseguir apoyo requiere que el propio staff de las agencias de ETS esté convencido de la necesidad y conveniencia de las labores de comunicación. En muchas ocasiones el personal de un instituto de ETS está formado por científicos y técnicos que no siempre son conscientes de la importancia de la diseminación como un medio para obtener apoyo a su labor y, en muchas ocasiones, no saben cómo hacerlo. Es precisa, entonces, una labor previa de diseminación para gestionar apoyo en la propia “casa”.
- Hay que saber comunicar. Es estratégico invertir en un departamento de comunicación que transmita los mensajes adecuadamente y garantizar que tenga la autonomía para hablar libremente, especialmente en países donde la ETS es realizada por entidades públicas.
- Para comunicar los resultados de una ETS se deben utilizar cuantos mecanismos estén al alcance. No es suficiente emitir un informe. Por el contrario, por ejemplo, entrevistar a los tomadores de decisiones sobre los resultados de la ETS y conseguir declaraciones sobre qué es lo más costo-efectivo permite dar a conocer al público la importancia de las labores de un instituto de ETS.
- Verificar si el trabajo de una agencia de ETS está resultando efectivo. Se trata de determinar el impacto considerando si las recomendaciones son seguidas por los tomadores de decisiones y por los actores clave, aunque esta responsabilidad no corresponda únicamente a la agencia de ETS. Para conseguir el apoyo a las labores de la agencia lo más importante es definir un marco que permita identificar y medir los resultados.
En un contexto de avances científicos como el actual, evaluar las tecnologías sanitarias se hace cada vez más necesario y las decisiones en temas tan sensibles como la salud de los ciudadanos han de tomarse fundamentándose en datos basados en la evidencia. Informar y comunicar es imprescindible para que una agencia de ETS consiga el apoyo y el impacto necesarios en su labor, y esta es una labor que no se improvisa.
¿Conoces otros ejemplos de uso de evaluaciones de tecnologías sanitarias? Déjanos un comentario.
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