El uso de los servicios de salud por parte de las poblaciones más desfavorecidas en la región, así como sus condiciones de salud, han mejorado en los últimos años. Esto se debe, en parte, a que alrededor de 30 millones de familias en América Latina y el Caribe participan en algún tipo de programa de transferencias monetarias condicionadas (PTMC), en el que reciben periódicamente apoyos monetarios del gobierno. Muchas veces, lo primero que la gente piensa es que se trata de una dádiva y que no hay cambios estructurales en las familias. Sin embargo, la realidad es diferente.
¿Qué buscan los programas de transferencias condicionadas?
Los programas de transferencias condicionadas consisten en un pacto social entre el gobierno y las familias que viven en condición de pobreza. Por un lado, el gobierno se compromete a brindar servicios de salud y educación para las familias. Por otro lado, las familias se comprometen a cumplir con una serie de compromisos, como asegurarse de que los niños vayan a la escuela y a controles médicos.
La idea es que, al cumplir con estos compromisos, los niños de hoy sean mañana adultos con mayor salud y educación. Además, las familias al cumplir con los compromisos reciben apoyos monetarios de manera regular. Por ello, el dinero que el gobierno destina a estos programas es una inversión a largo plazo que puede traducirse en mejoras a la productividad en el futuro.
Los PTMC incentivan la demanda por servicios de salud, pues inciden sobre algunos de los determinantes sociales de la salud. Sabemos que para algunas familias es difícil cubrir los costos directos e indirectos de asistir al centro de salud, incluso si los servicios son gratuitos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud y otros estudios han reconocido la importancia de impulsar la demanda por servicios de salud, que es justamente lo que pretenden los PTMC. Mediante los apoyos monetarios, estos programas buscan romper las barreras económicas, además, de brindar información a las familias sobre la importancia y los métodos de cuidado y promoción de la salud.
En salud, ¿funcionan los PTMC?
El objetivo de corto plazo de los PTMC es aumentar el uso de servicios preventivos de salud, principalmente en niños, niñas y mujeres embarazadas. Existe amplia evidencia que los PTMC cumplen con este propósito. En prácticamente todos los países se ha reportado aumentos significativos en el uso de servicios de salud. De acuerdo con evidencia, en el caso de los niños, el uso de los servicios de salud en pequeños de 0-3 años pasó del 44% al 64% en Honduras. En Jamaica, el número de visitas en los últimos 6 meses se duplicó para niños de 0-6 años (el rango de impactos va de 6,3 puntos porcentuales (p.p.) en Nicaragua a 33 p.p. en Colombia). Existen estudios que describen los casos de Colombia, Brasil, y una revisión general.
Otro indicador de interés es la atención del parto por personal calificado, que aumentó en 11 p.p. en México y en 12 p.p. en El Salvador (el mismo estudio reporta aumentos de 36 p.p. en India). Finalmente, hay evidencia que en Brasil los controles de salud aumentaron también para los hermanos mayores: los niños y jóvenes de 7 a 17 años, que no tenían que ir al médico como condición, también tuvieron un incremento en asistencia. Esto muestra que los programas lograron cambiar comportamientos más allá de las acciones especificadas como condicionalidades.
Si bien el objetivo inmediato de los PTMC es acercar a la gente a los servicios de salud, lo importante es mejorar la salud de la población. Es importante aclarar que, aunque esto ya no depende de los programas, sino de la calidad de los servicios de salud, se debe analizar si los PTMC han impactado las condiciones de salud de la población beneficiaria
Aquí también hay buenas noticias. En México se documentó una disminución de 4,6 p.p. en el porcentaje de niños con bajo peso al nacer y del 56% en las hospitalizaciones de niños de 0 a 2 años, lo que evidencia la efectividad de los controles preventivos de salud. En Brasil, la probabilidad de ocurrencia de mortalidad en niños y niñas menores de 5 años bajó entre 6% y 17% entre los beneficiarios de Bosa Familia respecto a grupos similares que no participaron, en particular por causas asociadas a la pobreza como la desnutrición y la diarrea. También en México, donde el programa promueve que todos los miembros del hogar usen los servicios de salud, un estudio para zonas rurales en 2007 mostró que la tasa de vacunación entre adultos mayores para influenza, neumococos y tétanos aumentó entre 5 y 8 puntos porcentuales.
¿Cómo funcionan los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas?
Por sencillo que suene, es muy complejo operar programas de transferencias a gran escala. Es necesario definir la población objetivo y una manera de identificarla; las condicionalidades y mecanismos para verificarlas; así como la estructura de las transferencias y esquemas para realizar los pagos de manera eficiente. Desde hace veinte años, varios países de América Latina y el Caribe han trabajado en este sentido, con resultados alentadores. Una nueva publicación del Banco Interamericano de Desarrollo explica cómo funcionan estos programas, identifica mejores prácticas, discute los retos que tienen en su operación y cómo pueden mejorar para lograr mayores impactos, tanto en salud como en otras dimensiones.
¿Qué otras experiencias conoces para impactar en los determinantes sociales de la salud? ¿Cómo crees que podría mejorar la efectividad de las transferencias para impulsar estilos de vida más saludables?
Para aprender más sobre cómo los programas de transferencias monetarias condicionadas están mejorando vidas:
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