En la víspera de su cumpleaños número 50, Lucía se despertó con una extraña sensación. Sentía que su presencia comenzaba a disolverse pues sus opiniones parecían volverse invisibles en el trabajo, en la casa y hasta en las redes sociales. Al investigar sobre las experiencias de otras mujeres que pasaban por lo mismo, se encontraba desafortunados memes con la leyenda: “ya siéntese, señora”.
Era la primera vez que vivía en carne propia la narrativa que refuerza ciertos estereotipos sobre las mujeres, en donde se disminuye su potencial en los espacios públicos y roles de liderazgo. Al comentarlo con su amiga Julia, se dio cuenta que no estaba sola. Ambas decidieron que había llegado el momento de resignificar su espacio y el de su generación en una sociedad que, a menudo, reduce a las mujeres a sus atributos físicos, a su rol como cuidadoras y a perseguir la inalcanzable juventud eterna.
Edadismo: un sesgo que minimiza el potencial femenino
Cuando se trata del ámbito laboral, ser mujer mayor de cincuenta años te impacta con un sesgo doble. Esto se transforma en una preocupación creciente para las profesionales. Es tan real, que tiene un término en inglés: gender ageism o edadismo de género. Esto afecta más a las mujeres que a los hombres. Hoy, somos muchas las mujeres que, desde nuestros ámbitos de actividad, nos rebelamos ante el “edadismo”, el “lookismo” y cualquier otro “ismo” que intente imponer la noción de madurez o mediana edad como sinónimo de derrota.
¿Cuál es el panorama del envejecimiento en nuestra región?
Actualmente en América Latina y el Caribe, a diferencia de otras regiones, aún prevalecen las sociedades jóvenes. Los mayores de 60 años representan solamente alrededor de un 11% de la población total. Sin embargo, se prevé que en las próximas décadas la región presente el mayor ritmo de envejecimiento poblacional del mundo.
Para 2085, América Latina y el Caribe será la primera región en la que una de cada tres personas tendrá más de 65 años. De ahí la importancia de no perder terreno y continuar, como mujeres, participando activamente en todos los ámbitos de nuestro interés y de ver esta nueva etapa como una oportunidad para la innovación, el emprendimiento y la inclusión.
¿Cuáles son las implicaciones para las mujeres?
Según nuestra publicación “Envejecer en América Latina y el Caribe”, y en concordancia con la tendencia mundial, en América Latina y el Caribe las mujeres viven más que los hombres. De hecho, según un estudio del PNUD, la esperanza de vida al nacer es de 78,5 años para las mujeres y de 72 años para los hombres. Una diferencia de más de seis años que se traduce en la necesidad de permanecer activas, no solo desde el punto de vista de la independencia financiera, sino también para evitar o postergar el declive cognitivo y físico. Gracias a los avances en medicina, vivir una vida plena y activa, ya no depende directamente de la edad.
Además, a medida que la población envejece, la fuerza de trabajo potencial pronto empezará a disminuir. Por ello, será importante que también respondamos al llamado demográfico y continuemos aportando a la economía. De hecho, y según datos de 2019, cerca del 23,8% de las mujeres de entre 65 y 79 años trabajaban.
Más allá de la Economía Plateada
Adentro y fuera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cada vez abundan más los recursos y colectivos en apoyo de esta contranarrativa: la experiencia femenina se traduce en mayor sabiduría y no en deterioro de capacidades. El “kilometraje acumulado” nos dota de más conocimiento propio y de la naturaleza humana para navegar por los desafíos de la vida con mayor inteligencia.
Como asegura nuestra asesora de Diversidad e Inclusión en el Departamento de Recursos Humanos, Elyse Ruest-Archambault, en el Grupo BID continuamos apoyando el fortalecimiento de una cultura organizacional más diversa e inclusiva a través de múltiples recursos para apoyar el bienestar integral y el crecimiento laboral femenino. Estas tácticas son interseccionales, ya que consideran, además del género y la edad, otros factores como el origen étnico, la orientación sexual o condición de discapacidad.
El potencial de las mujeres mayores de 50 años va más allá de la llamada “Economía Plateada”. El espacio laboral, público, privado, político, científico, económico, artístico o cualquier ámbito que elijamos, también nos pertenece. A pesar de los avances que existen en nuestra región, todavía podemos transformar nuestros espacios para consolidar una sociedad más avanzada, próspera e igualitaria.
Como Lucía y Julia, muchas mujeres se han enfrentado a estos estereotipos de género y han decidido no resignarse. En mi caso personal, encuentro inspiración en mi madre Elsa, quien participó en el movimiento feminista y de derechos civiles de los sesenta en Estados Unidos.
Se trata de un esfuerzo intencional y colectivo para deconstruir los estereotipos de género hacia esta nueva generación de mujeres. Una generación que, por cierto, se encuentra en mejor forma física que nunca gracias a los avances en medicina y ciencia. Si eres mujer, mayor de cincuenta años y me has leído hasta aquí, ¡te animo a que no jubiles tus sueños!
tal como lo dices Valeria! que no se jubilen los sueños!
Muy buen artículo! Te diría que en mi caso siento que el.potencual laboral empezó a presentar piedras en el camino cuando a mis.37 años decidí ser mamá. En ese entonces (año 2000) logré (como consecuencia de una inmadurez de mi hija) un Flex time a cambio del 35% de mi sueldo, ese fue el precio de mantenerme trabajando con seguridad social. 5 años después me indicaron que mi esquema laboral no funcionaba más y desde entonces estoy como freelance. Ya con más de 40 años ha sido complicado integrarme a una empresa (solo pude hacerlo en una ONG pero castigando nuevamente sueldo), así que mi camino ha sido de Consultoría como freelance. Desde hace años siento que mi contribución hubiera sido mucho mayor si la empresa me hubiera permitido mantenerme con un horario flex time trabajando por objetivos. Si creo que las empresas pierden mucho talento en el camino y el no contratar a mayores de 50 años les resta aprovechar expertise.
Hola, que interesante este artículo! Leyendo los comentarios, al igual me siento identificada cuento con 53 años ingeniero y ahora Abogada..la suerte de trabajo fue poco valorada, le dedique al hogar y al auto aprendizaje y madurar los conocimientos previos. Sin embargo, no se logra contrato por la edad. Las organizaciones no enfocan trabajos por objetivos o proyectos donde se pueda aprovechar a profesionales de 50 años.
Felicidades, excelente artículo. Tenemos que comadrearlo en privado!