Se nos recuerda constantemente la urgente necesidad de abordar los desafíos medioambientales mediante acciones concretas. El clima extremo, la degradación ambiental y las condiciones económicas cambiantes ponen de manifiesto la importancia de incorporar las perspectivas femeninas en el desarrollo. El Plan de Acción del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce que el acceso desigual a los recursos agrava la vulnerabilidad ante los problemas medioambientales y el liderazgo femenino fortalece los resultados sobre el terreno.
Aunque las mujeres enfrentan desventajas debido a las condiciones socioeconómicas, el acceso desigual a los recursos y los roles tradicionales, siguen siendo contribuyentes clave a los esfuerzos a nivel comunitario que refuerzan la resiliencia medioambiental. En las últimas décadas, el BID ha trabajado con mujeres de toda América Latina y el Caribe, demostrando cómo sus contribuciones potencian el desarrollo y marcan una diferencia significativa en el desarrollo.
¿Por qué los choques ambientales afectan de forma diferente a las mujeres?
Una pregunta tan compleja no puede tener una respuesta sencilla. Varios factores interconectados influyen en cómo se ven afectadas las mujeres:
Pobreza y dependencia económica: Las mujeres representan una gran parte de la población que vive en la pobreza y se ven profundamente afectadas cuando la tierra, el agua y la agricultura se ven afectados.
Participación limitada en la toma de decisiones: Las mujeres a menudo carecen de acceso a espacios de toma de decisiones que moldean los servicios y la planificación locales. Cuando las políticas pasan por alto estas carencias, se reduce la capacidad de las comunidades para prepararse y recuperarse de los shocks.
Aumento de la carga de trabajo y el riesgo: Cuando ocurren los shocks, las mujeres suelen asumir mayores responsabilidades del hogar y de la comunidad —desde el cuidado hasta el apoyo comunitario— además de asumir el riesgo de un aumento del abuso sexual, la violencia física y el trauma.
Mujeres: las protagonistas del cambio
A pesar de estos desafíos, las mujeres están a la vanguardia de la construcción de un futuro sostenible. Su liderazgo y participación son esenciales para diseñar soluciones que aborden desafíos medioambientales y fomenten el desarrollo inclusivo. En todos los sectores—desde infraestructura y energía hasta agricultura y biodiversidad—las mujeres están transformando comunidades, fomentando la resiliencia y asegurando que la acción se traduzca en oportunidades económicas y sociales para todos. Aquí tienes algunos ejemplos de nuestro trabajo en el BID:
1. Infraestructura inclusiva e inversión local
El BID apoya inversiones que mejoran la vida diaria y amplían las oportunidades para las mujeres. Estos proyectos vinculan el diseño inclusivo con mejores servicios, comunidades más seguras y participación económica.
- Los pilotos de cocinas limpias para 80 familias han reducido el tiempo de cocina de las mujeres en 71 horas al mes, permitiendo que el 35% de ese tiempo se reinvierta en actividades generadoras de ingresos.
- Un proyecto energético promueve la participación de las mujeres en el sector mediante la selección inclusiva, la formación y el empleo.
- El Programa de Movilidad Urbana está sustituyendo los autobuses tradicionales por autobuses eléctricos e híbridos, al tiempo que ofrece incentivos para que las empresas contraten conductoras.
- El programa ProMorar fortalece la infraestructura en zonas propensas a inundaciones y forma a mujeres agentes comunitarias en gestión de riesgo de desastres.
- Una nueva iniciativa integra la equidad en los esfuerzos de resiliencia, incluyendo protocolos para prevenir la violencia contra las mujeres y educación ambiental para mujeres y comunidades tradicionales.
2. Medios de vida resilientes en la agricultura
En los sectores productivos, especialmente la agricultura, el BID trabaja con mujeres y comunidades marginadas para fortalecer la resiliencia y promover medios de vida sostenibles:
- Un programa de desarrollo rural prioriza las cooperativas de mujeres, asignando al menos el 30% de los recursos de asistencia técnica a las áreas más afectadas por el cambio medioambiental.
- Otro proyecto apoya planes de negocio liderados por mujeres y otros grupos, asegurando que el 50% de la financiación beneficie a asociaciones y cooperativas de mujeres.
3. Amazonia por siempre: mujeres liderando la bioeconomía
En el marco de la iniciativa Amazonia Forever, el BID apoya a empresas lideradas por mujeres que promueven la conservación de la biodiversidad, una estrategia vital para la resiliencia.
- Las mujeres emprendedoras reciben formación en habilidades financieras, emprendedoras y de nivel blando, junto con orientación sobre el uso sostenible de recursos y la restauración de ecosistemas.
- Varios proyectos se centran en la producción y comercialización de productos forestales locales no madereros, como ají charapita, castaña y camu camu, que son vitales para pueblos indígenas como los urarina, bora, ticuna y kichwa.
- El BID colabora con 12 empresas de turismo comunitario lideradas por mujeres indígenas, ofreciendo formación y asistencia técnica para apoyar su crecimiento sostenible.
- Se están fortaleciendo las cadenas de valor de los productos forestales no maderables, mientras que las mujeres indígenas asumen papeles destacados en la conservación, restauración y lucha contra la deforestación.
Cuando las mujeres lideran, las comunidades son más fuertes
Estas iniciativas demuestran que los resultados de desarrollo son más sólidos cuando las mujeres y las comunidades están plenamente incluidas. Cuando las mujeres y los grupos marginados forman parte del proceso de toma de decisiones, las comunidades ganan resiliencia, la innovación florece y el crecimiento sostenible se vuelve posible.


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