Cada año, el Día Internacional de la Mujer es un momento para celebrar las contribuciones y los logros de las mujeres, y hacer un balance del gran progreso que han alcanzado en la lucha hacia la igualdad de género y la inclusión en América Latina y el Caribe, y en todo el mundo.
Este momento también nos recuerda cuánto trabajo nos queda por hacer para crear las condiciones para que las mujeres puedan recuperarse del impacto del COVID-19, mantener el progreso y continuar avanzando.
Las mujeres siguen enfrentándose a decisiones difíciles: la familia o el desarrollo profesional, sus responsabilidades como cuidadoras o ganar un sueldo… Y también al preguntarse si tendrán lo suficiente para pagar el cuidado de los niños y así poder salir a trabajar y asegurar la supervivencia de su familia.
En el 2021, las mujeres no deberían tener que elegir entre seguir trabajando para contribuir al bienestar de su familia o dejar de hacerlo. Todos debemos trabajar para crear las condiciones necesarias para que las mujeres prosperen y se desarrollen. Cuando las mujeres tienen éxito, nuestras sociedades tienen éxito.
Este año, esta ocasión especial también llega cerca de la fecha cuando se cumple un año desde que la pandemia comenzó a reconfigurar nuestras vidas, y sabemos que las mujeres han sufrido la peor parte de las consecuencias económicas y sociales.
Al ser cuidadoras principales o simplemente debido al alto costo de los servicios de cuidado, las mujeres están optando por dejar de trabajar para ocuparse de los niños que ahora estudian desde casa o de sus familiares enfermos. Por esta razón, uno de los pilares de nuestro trabajo en el Grupo BID es apoyar a los países de América Latina y el Caribe no solo a recuperar los empleos perdidos por las trabajadoras, sino también a transformar los mercados laborales para que más mujeres accedan a mejores trabajos en los sectores económicos emergentes.
Además, la mayoría mundial del personal sanitario y de primeros auxilios son mujeres, y el confinamiento también ha agravado la epidemia de violencia de género en nuestra región.
De esta manera, la recuperación total y el crecimiento renovado de nuestra región —y, de hecho, de todo el mundo— dependerán del empoderamiento de las mujeres y de los imperativos de igualdad de género e inclusión.
Me enorgullece que casi el 40% de las operaciones de préstamo del Grupo BID ante el COVID-19 haya incluido un enfoque en los impactos diferenciales de la pandemia sobre las mujeres y las niñas.
La mayoría de las operaciones proporcionaron transferencias monetarias o mejoraron el acceso a los servicios sociales para las mujeres, así como préstamos para pequeñas empresas de propiedad femenina.
Los proyectos han financiado unidades hospitalarias especializadas para mujeres en El Salvador y han apoyado el esfuerzo de Paraguay por reinsertar a las mujeres en la fuerza laboral.
Mi mensaje para ustedes hoy es que esto recién comienza.
Mi administración ha identificado la igualdad de género como una de las áreas centrales para el trabajo del Banco en los próximos años.
Centrarnos en esto no solo es lo correcto, sino lo más inteligente.
Cerrar la brecha de género en la participación laboral, por ejemplo, aumentaría hasta un 20% el PIB de nuestros países.
Estoy ansioso por ver los resultados de nuevas iniciativas, como GD Lab, que financiará una investigación rigurosa para ayudar a diseñar soluciones para subsanar las brechas.
También, tenemos un programa de nuestra incubadora de innovación, BID Lab, que beneficiará de manera directa a casi 5.000 pequeñas y medianas empresas de propiedad femenina en siete países, y de manera indirecta a más de 200.000 empresas adicionales.
De hecho, nuestro creciente enfoque en las pequeñas empresas de la región implica un enfoque de género por definición: entre las empresas dirigidas por mujeres, el 70% que solicita crédito no lo obtiene, y desde el BID queremos impulsar mejoras significativas.
Nuestra sólida participación con socios del sector privado también generará proyectos para el empoderamiento económico y social de las mujeres.
Por último, quiero expresar que me enorgullece que en el Grupo BID no es cuestión de “hablar por hablar”.
Nuestra rama del sector privado, BID Invest, fue reconocida el año pasado entre las 16 instituciones financieras de desarrollo más importantes, posicionándose en el primer puesto gracias a sus labores de inversión con una perspectiva de género.
En general, tenemos cada vez más mujeres líderes en puestos directivos del Banco —incluida nuestra nueva vicepresidenta ejecutiva—.
También, me gustaría reconocer a nuestras colegas, a las mujeres de nuestra región y a las mujeres de todo el mundo.
Espero que para esta fecha el año que viene podamos contar con mayores resultados y más avances hacia un continente americano más justo e inclusivo.
Cordial saludo
Mi nombre es Maria Paz García Maestre, Representante Legal de la Fundación Senderos de Ayuda Social; apalancada de este medio y en consideración al compromiso que emprende el BID, a través de una loable labor, que busca empoderar a las mujeres del Caribe y de America Latina, quisiera, exponer, el proyecto de nuestra Fundación, liderada por tres jóvenes Profesionales con vocación de servir a quienes más lo necesitan y hacer de nuestra región un lugar más digno y habitable para las niñas y mujeres de nuestro país.
Queremos impulsar proyectos de emprendimiento y de empoderamiento, dirigidos a todas las mujeres de nuestro departamento del Magdalena, de donde somos oriundas, un departamento golpeado por la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.
En espera de su pronta respuesta, reciban un cordial y fraterno saludo.
Cordial saludo
Mi nombre es Maria Paz García Maestre, Representante Legal de la Fundación Senderos de Ayuda Social; apalancada de este medio y en consideración al compromiso que emprende el BID, a través de una loable labor, que busca empoderar a las mujeres del Caribe y de America Latina, quisiera, exponer, el proyecto de nuestra Fundación, liderada por tres jóvenes Profesionales con vocación de servir a quienes más lo necesitan y hacer de nuestra región un lugar más digno y habitable para las niñas y mujeres de nuestro país.
Queremos impulsar proyectos de emprendimiento y de empoderamiento, dirigidos a todas las mujeres de nuestro departamento del Magdalena, de donde somos oriundas, un departamento golpeado por la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.
En espera de su pronta respuesta, reciban un cordial y fraterno saludo.