En este fin de año quería compartir con ustedes algunas ideas sobre el rol de la Planificación en la Innovación de la Gestión pública e invitarles a intercambiar sus puntos de vista al respecto. La base para este blog es la presentación que ofrecí en el Seminario Internacional de la Red de América Latina y el Caribe de Planificación para el Desarrollo (REDEPLAN), llevado a cabo hace un par de semanas en Costa Rica y las conversaciones sostenidas en esa ocasión con los representantes de los países que participaron en ese encuentro.
La Revolución Innovativa
Un buen punto de partida a estas reflexiones es formularnos, desde la perspectiva del desarrollo, una de las clásicas preguntas básicas de la planificación: ¿dónde estamos…? Desde una visión netamente histórica nos situamos en la cuarta gran etapa histórica de la humanidad que sucede a la Antigüedad, Edad Media y Tiempos Modernos y Contemporáneos, que comúnmente denominamos “Postmodernismo”.
Desde una visión de desarrollo estamos en la Edad o Era de la Información, o también denominada Era informática o Era Digital. Sin embargo, el término “era” no reproduce con la suficiente fuerza el momento que estamos viviendo: hoy estamos inmersos en una REVOLUCIÓN… la Revolución Digital. En ese sentido los tiempos actuales son sólo equiparables, como fenómeno de transformación, a la Revolución de la Agricultura (del 10 al 3 milenio A.C.) y a la Revolución Industrial (fines del siglo XVIII a primera parte del siglo XX), pero a diferencia de las dos grandes revoluciones anteriores que se desarrollaron gradualmente durante decenas de siglos o al menos de décadas respectivamente, la Revolución Digital, que nace en los últimos años precedida por la introducción de los computadores personales en los ‘80s y la aparición de Internet en los ‘90s, está generando transformaciones enormes en menos de una generación.
Estamos en la edad de la comunicación por medio de teléfonos inteligentes, que nos permiten acceder y utilizar a numerosas y crecientemente nuevas aplicaciones, conectándonos con múltiples sitios web, haciendo uso de los servicios de la nube, interactuando en las redes sociales, dándonos la oportunidad de ser leídos por miles de personas en todo el mundo, y recientemente ser partícipes del “Internet de las cosas”, ¡la interconexión digital total y global!
Nunca en la historia una “revolución mundial” fue tan vertiginosa ni involucró a tantas personas: durante los años de la Revolución de la Agricultura la población del planeta promedió más/menos los 10 millones; durante la Revolución Industrial la población mundial fue de 1 a 2 miles de millones. Hoy, durante los años de la Revolución Digital, la población se acerca a los 8 mil millones (de los cuales alrededor de la mitad usa Internet) y no hay rincón del planeta en que la Revolución Digital no haya llegado.
La Planificación, bajo su dimensión prospectiva, de largo plazo, tiene un rol clave en alertar a la sociedad en general y a los tomadores de decisiones en particular de la dirección que está tomado la Revolución Digital; dilucidando acerca de los desafíos y oportunidades que este proceso evolutivo trae consigo.
La Innovación de la Gestión Pública en las Agendas de Desarrollo
En este contexto cambiante, también conceptos como la propia innovación han sido transformados: innovación no se limita al invento de productos o nuevas tecnologías. Innovación es cada vez más la creación de procesos, el desarrollo de servicios y la puesta en práctica de nuevas ideas en marketing. De la misma forma, la innovación pública comprende siete grandes y amplias categorías, donde se incluyen las innovaciones organizacionales y de gestión, las innovaciones de gobernabilidad y las innovaciones institucionales.
La gestión pública es un área donde también florece la innovación y hay muchísimos ejemplos recientes que pueden citarse, pero su exposición va más allá de los propósitos de este blog. En esta oportunidad quisiera resaltar un aspecto en particular: el papel cada vez más protagónico que está adquiriendo la temática de Gestión Pública en la Planificación para el Desarrollo de los países de la región, ya sea en sus Visiones de País, Planes Nacionales de Desarrollo (PND), programas de gobierno o la forma que revista en cada país en particular sus Agendas de Desarrollo.
Un primer antecedente que contribuye a conformar estas agendas es dado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de aquí al 2030. La amplitud de los campos que los ODS abarcan es vastísima: 17 objetivos, 169 metas, más de 300 indicadores. Sin instituciones públicas eficaces, responsables y transparentes esta agenda mundial de largo plazo no tiene oportunidad alguna de concretarse.
Un antecedente más enfocado a la transformación de la gestión del Estado es la interesante y desafiante lista temática que nos presentaron los países que durante 2017 dieron a conocer sus PND (por ejemplo, Ecuador) o donde se discutieron Agendas de Desarrollo alternativas mediante Programas de Gobierno de los candidatos presidenciales (por ejemplo, Chile). Por lo general, la Gestión Pública e Institucional es una de los 4 o 5 áreas que conforman las “cartas de navegación” de los países y comprenden temas globales tales como: robustecimiento de la justicia, aumento de la seguridad de la ciudadanía y mejora de la calidad de los servicios públicos; y tópicos más específicos como gestión orientada a resultados, establecimiento de convenios de desempeño, fortalecimiento de la capacidad institucional del servicio civil, planificación y priorización de la inversión pública, implementación del gobierno digital y la simplificación de trámites, transparencia y lucha contra la corrupción, políticas públicas basadas en evidencia y una adecuada evaluación de las mismas, y profesionalización de la gestión de las empresas públicas.
Una buena gestión pública es vital para que los gobiernos cumplan efectivamente con el mandato recibido de la ciudadanía y entreguen los resultados que se prometieron durante los procesos electorales, sin defraudar a los mandantes y legitimando así las bases de nuestro sistema democrático. De esta manera, un rol crítico de la Planificación es incorporar en las Agendas de Desarrollo un componente de Gestión Pública integral, sólido, inclusivo y especialmente innovativo, bajo el cual el Estado lidere la transformación económica e institucional del país.
La Innovación de la Planificación para una mejor Gestión Pública
Por último, quisiera – junto a hacer un reconocimiento a directivos, profesionales y técnicos gubernamentales que han rescatado al vital sistema de planificación pública del deprimido estado que se encontraba hace un par de décadas – advertir de la necesidad que tiene la planificación por resultados, de ser innovativa y jamás olvidar que es un componente esencial del sistema de gestión pública. Restablecer la importancia de la planificación estratégica en la estructura de Estado no implica – por cierto – como todos coincidentemente entendemos, reproducir lo que se hacía en esta materia hace 3, 4 o 5 décadas; pero dado el proceso de transformación vertiginoso de la Revolución Digital probablemente tampoco significa seguir haciendo de igual forma lo que hacíamos hace 10, 5 o menos años. Así, se debe plantear a su vez innovar en nuestras técnicas, procesos y herramientas de Planificación.
Dentro del sistema de gestión pública es importante la consistencia de la planificación a través de los distintos niveles de gobierno, y la alineación de la planificación y del presupuesto, ya sea programática y/o instrumental, pero también es importante preguntarse ¿qué tan oportunas son nuestras agendas y procesos de planificación?, ¿cuál es el equilibrio entre completitud e inclusividad?, ¿se están aprovechando las herramientas de la Revolución Digital para hacer una planificación más participativa?, etc.
Hay áreas de desarrollo recientes en gestión estratégica, coordinación y gestión gubernamental de las políticas públicas, como los centros de gobierno; y en planificación, gestión de prioridades y monitoreo y evaluación de las mismas, como las unidades de entrega, que son respuestas innovativas e interrelacionadas para la provisión de servicios y entrega de resultados a la ciudadanía, que bien vale la pena explorar.
Así, un rol emergente y urgente hoy para la Planificación radica en la innovación del cómo planificamos, es decir, gestionar la agenda pública en forma innovativa, acorde a nuestros nuevos tiempos de la Era Digital.
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