La transformación energética que está ocurriendo hoy globalmente depende en gran medida de los minerales de América Latina y el Caribe. Esto convierte al sector minero en un pilar clave para el desarrollo de la región en las próximas décadas. La región posee un enorme potencial para proveer los minerales críticos necesarios para el desarrollo de tecnologías limpias como paneles solares, turbinas eólicas y baterías de litio para vehículos eléctricos.
Para que este potencial se traduzca en desarrollo sostenible, es indispensable contar con un sector minero transparente y responsable, que genere confianza, atraiga inversiones de largo plazo y promueva un crecimiento más justo y equitativo. Esto no solo garantiza la licencia social para operar, sino que también maximiza el impacto positivo de los recursos minerales en el desarrollo económico y social de la región, una estrategia que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha apoyado a lo largo de décadas en la región.
El valor de la transparencia para la industria de minería
La transparencia y la rendición de cuentas son pilares fundamentales para cualquier industria que aspire a tener un impacto positivo y duradero en la sociedad. Como destaca el Barómetro de confianza 2024 de Edelman, la confianza en las empresas está fuertemente vinculada a estos dos valores y las organizaciones que los promueven logran no solo fortalecer su marca, sino también fomentar colaboraciones más robustas que benefician a todas las partes involucradas.
De hecho, las empresas que operan con transparencia tienen 20% más de probabilidades de mantener la confianza pública (Consejo Internacional de Minería y Metales).
No obstante, la confianza es un recurso frágil que requiere de cuidado constante. De hecho, las percepciones sobre las industrias extractivas están profundamente ligadas al compromiso constante con el diálogo.
El estudio del BID “La licencia no escrita: licencia social para operar en el sector extractivo de América Latina”, destaca cómo las percepciones ciudadanas y la legitimidad de los proyectos extractivos en países andinos están directamente vinculadas al equilibrio entre expectativas sociales, beneficios percibidos y prácticas responsables de las empresas.
La transparencia es, por tanto, un componente clave para la licencia social, al permitir que inversores, autoridades, comunidades locales y organizaciones de la sociedad civil accedan a información más clara y precisa sobre el desempeño y las prácticas empresariales.
Lecciones de la experiencia chilena
La minería no solo es un motor esencial para la economía chilena, sino también un impulsor clave del desarrollo sostenible y la generación de valor social en el país, una estrategia que BID ha respaldado por varias décadas.
En la última década, el sector minero ha contribuido en promedio con un 10% del empleo y un 10,5% del Producto Interno Bruto (PIB), con un crecimiento anual sostenido de cerca del 3% entre 2019 y 2021 (“Chile’s mining and metals investment guide“,EY, 2025). Además, la minería continúa siendo el principal pilar de las exportaciones de Chile, representando en promedio 58% de los ingresos por exportaciones del país.
A este se suma una percepción social ampliamente favorable del sector. Actualmente, 83% de los chilenos (Encuesta de Brújula Minera, 2024) tienen una percepción positiva de la minería, superando ampliamente el promedio global. Esta combinación de aporte económico y legitimidad social no solo fortalece al sector a nivel nacional, sino que también posiciona a Chile como un caso relevante para otros países de América Latina y el Caribe.
La experiencia chilena ofrece lecciones valiosas para una región con fuerte presencia de industrias extractivas y una creciente presión por asegurar su sostenibilidad social y ambiental. Una de ellas es la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas de las empresas que integran el sector, que no solo contribuyen a fortalecer su legitimidad ante comunidades y gobiernos, sino que también permiten atraer más y mejores inversiones.
Creación de un mecanismo de diálogo para una mayor transparencia
En Chile, el Foro Nacional de Sostenibilidad y Cuenta Pública es un buen ejemplo de enfoque colaborativo para fortalecer la transparencia del sector. Creado en 2022, reúne de forma permanente a Anglo American y más de 30 actores —incluyendo comunidades, sociedad civil y academia— para compartir información, rendir cuentas y promover el aprendizaje mutuo.
El BID acompaña este espacio a través de su grupo especial de minería, aportando conocimiento técnico especializado y sugiriendo lineamientos para una participación más inclusiva y equitativa. Más que evaluar a la empresa, el Foro busca impulsar mejoras a nivel sectorial mediante el intercambio de buenas prácticas y la construcción de una visión compartida sobre una minería más responsable.
Este esfuerzo forma parte de una agenda más amplia de apoyo a políticas para el desarrollo sostenible del sector minero chileno, con la que buscamos contribuir, con impacto y escala, con iniciativas que permitan al país gestionar mejor sus recursos minerales y potenciar un crecimiento económico inclusivo y resiliente.
Medidas adicionales para fortalecer la transparencia
Para los países mineros de América Latina, fortalecer sus estándares de transparencia puede ser decisivo para influir sobre la percepción pública de la minería: de una actividad asociada al conflicto, a una vista como un motor legítimo de desarrollo.
En contextos donde la confianza institucional es baja, adoptar prácticas abiertas, garantizar el acceso a la información y establecer mecanismos efectivos de participación —como mesas público-comunitarias durante todo el ciclo de vida de los proyectos— puede mejorar de manera sustantiva la gobernanza del sector y su impacto. Asimismo, es clave fortalecer los procesos de consulta indígena, asegurando que las preocupaciones locales sean recogidas oportunamente e incorporadas de manera efectiva en la toma de decisiones.
El trabajo del BID en el sector de minería
Desde el BID, colaboramos estrechamente con los gobiernos de América Latina y el Caribe para fortalecer la gobernanza del sector minero y promover su transparencia. Nuestro enfoque combina el desarrollo de políticas estratégicas a largo plazo —como la Política Nacional Minera 2050 en Chile; el Plan Estratégico para el desarrollo minero en Argentina; y la Visión Minera 2030 en el Perú— con marcos normativos modernos y herramientas digitales que mejoran la gestión pública, reducen tiempos administrativos y fortalecen los estándares sociales y ambientales.
Además, impulsamos iniciativas de desarrollo territorial, formación de capacidades y encadenamientos productivos que permiten canalizar los beneficios de la actividad minera hacia inversión social, empleo y diversificación económica local. Esta labor se ve reforzada por alianzas estratégicas con actores privados comprometidos con una minería más responsable, innovadora y alineada con buenas prácticas internacionales. Todo esto demuestra que la transparencia en la minería tiene un impacto que va más allá de la extracción, promoviendo un desarrollo sostenible para beneficiar a las diversas comunidades de América Latina y el Caribe.
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