Honduras ha avanzado en su esfuerzo por cerrar la brecha de acceso a la energía, un factor clave para el desarrollo sostenible. En 2005, solo 52% de la población tenía acceso a energía eléctrica, mientras que para 2013 alcanzó al 81%. Hoy, gracias a recursos nacionales y la cooperación internacional con organizaciones como el BID, el país ha logrado que 87% de sus habitantes cuenten con acceso pleno a energía, según el informe estadístico anual del subsector eléctrico.
Estos avances forman parte de la estrategia nacional para combatir la pobreza y elevar la calidad de vida en zonas rurales, alineada con la Política de Acceso Universal a la Electricidad para Honduras y la Ley especial para garantizar el servicio de la energía eléctrica como un bien público de seguridad nacional y un derecho humano, así como la Visión de País 2010–2038.
Sin embargo, lograr la electrificación no es la única meta, sino hacerlo a través de fuentes renovables. Dentro de estos planes, el objetivo es que 80% de la matriz energética provenga de fuentes renovables para 2038, resaltando la importancia de que el abastecimiento energético se realice con tecnologías modernas y resilientes.
Energía de Cambio: Proyecto fotovoltaico en Brus Laguna
La electrificación de lugares aislados es esencial para alcanzar estos objetivos, especialmente en regiones vulnerables al cambio climático. Un ejemplo de estas regiones es la Moskitia hondureña, un área crucial del Corredor Biológico Mesoamericano, localizada en el Departamento de Gracias a Dios, al noreste del país.
Este vasto bosque, hogar de comunidades indígenas como miskitos, mayangna, garífunas, pech y tawakha, enfrenta retos significativos de acceso a servicios básicos como la electricidad. Específicamente, para 2022, el informe de cobertura y acceso a electricidad de la Secretaría de Energía reportaba que el departamento de Gracias a Dios presenta un índice de acceso a electricidad del 28.8%.
Con la finalidad de incrementar el acceso de energía en zonas aisladas del país a través de soluciones tecnológicas, el gobierno de Honduras, con la colaboración del BID, lanzó en 2018 el Programa de Electrificación Rural de Lugares Aislados (PERLA). Este proyecto abarca el desarrollo de soluciones técnicas como microredes y sistemas solares fotovoltaicos domiciliarios. Asimismo, incluye el desarrollo de una micred fotovoltaica en Brus Laguna, en el municipio Gracias a Dios, diseñada para extender el acceso a energía renovable y con medidas de resiliencia para soportar el paso de fenómenos tropicales como huracanes en un Municipio que tenía limitado o nulo acceso a la electricidad.

Foto aérea de la microred
Esta microred consiste en:
- Una planta fotovoltaica con capacidad de hasta 550 kW.
- Un sistema de almacenamiento de energía mediante baterías.
- La ampliación de la subestación eléctrica e interconexión con la red de distribución.
Impacto social y ambiental del proyecto
La microrred entró en operación en julio 2023 beneficiando directamente a 1,099 hogares, generando impactos transformadores como:
- Desarrollo socioeconómico: Apoya el desarrollo económico del lugar al fomentar la ejecución de proyectos productivos que utilizan energía como por ejemplo comercios, centros de procesamiento de alimentos y refrigeración de pesca. Tal es el caso de personas que ahora pueden tener comercios como heladerías y venta de bienes que requieren refrigeración.

Persona dueña de un comercio local que vende helados y productos refrigerados
- Conservación ambiental: Sustituye fuentes de energía no renovables por solar, reduciendo emisiones y fortaleciendo la resiliencia al cambio climático.

Planta solar de Brus Laguna
- Equidad de género: Integra una estrategia de participación femenina, capacitando a mujeres en temas de género y empleándolas en la construcción de la planta.

Trabajadora de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica
Además, el acceso a electricidad ha apoyado áreas sociales claves como la educación salud y seguridad. Como lo relata Francis Cruz, supervisora del hospital materno y de niños de Brus laguna “el proyecto ha beneficiado bastante. Porque nosotros somos 24/7, cuando viene una mujer embarazada a cualquier hora se le atiende, se pueden hacer exámenes de laboratorio, ultrasonido. Tenemos una red de frío donde guardamos las vacunas”
La electrificación de la Moskitia hondureña demuestra cómo la energía es más que un servicio esencial; es un catalizador para el desarrollo sostenible, inclusivo y equitativo. Este proyecto no solo mejora la calidad de vida, sino que fortalece las bases para un futuro más resiliente y próspero.
Para conocer más sobre este proyecto transformador, te invitamos a ver este video:
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