Durante el 2020, la demanda de electricidad se ha visto seriamente afectada por las medidas de confinamiento implementada por los gobiernos para enfrentar la pandemia del COVID-19 y por los consecuentes efectos en el aparato productivo a nivel mundial. El efecto de esta reducción en la demanda se tradujo en disminuciones en el precio de la electricidad en la mayoría de los países de América Latina. Sin embargo, Argentina ha sido una de las excepciones.
Tendencias e impacto de la pandemia en la demanda eléctrica
La demanda de electricidad en Argentina durante los trimestres dos y tres del presente año cayó en promedio 5.5 % y 2.2 %, respectivamente, con relación a los valores observados en los mismos trimestres de 2019. Estos a su vez muestran una caída en comparación con registrado en 2018. Lo anterior indica que con una mirada de mediano plazo se evidencia una tendencia decreciente anterior a la pandemia del COVID-19.
Demanda trimestral de energía eléctrica de los sectores residencial, comercial pequeño e industrial/comercial grande – 2018 a 2020.
En el segundo trimestre, la caída de la demanda total fue marcada principalmente por los usuarios comerciales e industriales cuya demanda conjunta se redujo en los meses de abril, mayo y junio en 21%, -18 % y 11 %, respectivamente. El impacto del trimestre fue amortiguado en parte por un incremento promedio del 9% durante el mismo trimestre del consumo residencial, con las personas pasando mas tiempo en sus hogares.
En el tercer trimestre, con la llegada del invierno, el consumo de energía total presentó una pequeña recuperación, pero continuaba con tasas de crecimiento negativas con relación al mismo trimestre del año anterior. Si bien la demanda eléctrica de la industria y del sector de servicios argentinos comenzaban a presentar signos de recuperación en el cuarto trimestre de 2019 y primeros meses de 2020, la pandemia intensificó la desaceleración que venía ocurriendo desde 2018.
Efectos sobre los precios de la electricidad
El precio de la electricidad en Argentina es llamado precio monómico. Este contiene los costos involucrados en el proceso de generación de la energía, y se diferencia del precio pagado por los usuarios, el cual es subsidiado y fijado por el gobierno periódicamente. El enfoque a continuación será en el primero, es decir, en el precio monómico.
A pesar de la tendencia decreciente de la demanda, en el primer semestre de 2020 el precio monómico, visto en pesos argentinos corrientes, registró valores en promedio 38 % más altos que los precios de los meses equivalentes en 2019. Lo anterior parece contra intuitivo pues generalmente se espera que durante los periodos de baja demanda las plantas de mayor costo variable funcionen con menor frecuencia, por lo que el precio de la electricidad debería ser menor.
Si bien son varios los factores que intervienen a la hora de explicar el comportamiento del precio de la energía en Argentina, una parte importante para explicar su tendencia creciente está en la fuerte depreciación del tipo de cambio que ha venido experimentando el país en los últimos años. En esta línea, el valor de la tasa de cambio afecta el precio de la electricidad principalmente porque parte de los contratos de suministro de energía, así como el costo de los combustibles, están referenciados al valor del dólar.
Dado lo anterior, al visualizar la misma serie de precios promedio mensuales pero esta vez en dólares, surge evidente una tendencia decreciente desde mediados de 2018, que es más congruente con el decrecimiento de la demanda.
Precios Monómicos de Electricidad y Tasa de Cambio en Argentina.
Precios Monomicos de la Electricidad en pesos argentinos corrientes y en dólares.
Además del choque de negativo de demanda que genera menor frecuencia de despacho de las plantas de generación de mayor costo variable, otros factores que han ayudado a reducir el precio monómico (visto en dólares) son: i) la tendencia a la baja en la cotización del petróleo durante los últimos meses, que reduce el valor de los combustibles fuel oil y gas oil; ii) la tendencia decreciente en el consumo de estos combustibles para la generación eléctrica durante los inviernos en los últimos años (Ilustración 4). Esta tendencia ha sido resultado de la expansión de la producción de gas nacional proveniente de yacimientos no convencionales, principalmente, en el campo de Vaca Muerta, y cuya tendencia que fue interrumpida en junio y julio del presente año en la que el país tuvo que volver a aumentar el consumo de fuel oil y gas oil.
En conclusión, el comportamiento de los precios monómicos de la electricidad, vistos en pesos argentinos, sí está relacionado con la demanda interna de energía eléctrica. Este comportamiento también está relacionado con el nivel de consumo y precios de los combustibles fósiles en mercado internacional, y mas aún con la evolución de la tasa de cambio. Esto permite entender las razones por las cuales el precio de la electricidad, en moneda argentina, ha crecido a pesar de la reducción de la demanda de electricidad del sector industrial y comercial causada por el COVID-19.
EPEC says
Mientras sigan los monopolios en la energía, los precios seguirán altos, porque no hay nadie que les compita y ofrezcan mejor servicio. Esperamos algún día esto cambia en Argentina.
Gracias por el artículo, excelente información.
Saludos,
Micaela