Varios estudios y líneas de financiamiento del BID se enfocan en la necesidad de sustituir las fuentes de energía fósil por una matriz renovable. El Programa BRIDGE va aún más allá: busca crear lazos entre las energías del futuro, las tecnologías de la información y la comunicación, y la generación de empleos.
En marcha desde 2014, este programa del BID abarca Jamaica, Barbados y Trinidad y Tobago, y se centra en el desarrollo del capital humano, atendiendo a los conceptos de igualdad de género y determinando la demanda futura de técnicos, profesionales y empresarios en relación con las fuentes de energía renovables y las tecnologías de la información y la comunicación.
Una publicación del BID que saldrá próximamente, ofrecerá el resumen de las actividades, los logros y las necesidades de este programa.
Una hipótesis, un punto de partida
La tecnología se multiplica como un punto de referencia en la industria para la creación de empleo en todo lo relacionado con su instalación, operación y mantenimiento. Al mismo ritmo se espera que crezca el desarrollo de las tecnologías relacionadas con las energías sostenibles. Concretamente, en todo lo que tiene que ver con la gestión de datos, ya que en un futuro próximo se incrementará la interacción entre productores y consumidores de energía, lo que redundará en la necesidad de mejorar la interfaz de servicios al cliente y la generación de aplicaciones móviles. Si bien se estima que la mayoría de las necesidades de mano de obra provendrán del sector privado, el sector público requerirá al mismo tiempo profesionales para el desarrollo de políticas, permisos e inspección de instalaciones.
Profesionales: un puente entre la oferta y la demanda
En los países donde se desarrolla, el Programa realizó un estudio acerca de las necesidades de la industria en relación a los profesionales requeridos para el sector de las energías sostenibles. En general, los empleadores destacaron que buscan entre la mano de obra habilidades más bien prácticas. Concretamente necesitan formación específica en seguridad y eficiencia energética, en todo lo relacionado con la energía solar –instalación y auditoría– y en lo referido a la rehabilitación de edificios, a fin de mejorar las instalaciones existentes.
Para el cincuenta por ciento de los encuestados, las instituciones educativas no satisfacen sus necesidades, y en todos los casos manifiestan cubrir esa brecha con capacitación interna para su fuerza de trabajo.
Lejos de representar un obstáculo, esta realidad fue valorada como una verdadera oportunidad para que las casas de estudio se aprestaran a brindar una respuesta a esta demanda insatisfecha del mercado, otorgando las capacitaciones y certificaciones requeridas por el sector que será fuente de trabajo seguro para sus graduados.
Una de las consecuencias indeseadas de la falta de mano de obra capacitada y certificada es que las empresas se vean tentadas de traer del exterior a los equipos técnicos, lo que significaría costos más elevados y una pérdida de oportunidad económica local.
En lo que a la perspectiva de género se refiere, en los programas de tecnologías evaluados, las mujeres representan el 38 por ciento de los estudiantes, y las tasas de graduación muestran una incidencia similar. Sin embargo, la experiencia revela que ellas abandonan con más frecuencia la fuerza de trabajo a lo largo del tiempo, razón por la cual se tuvo en cuenta la necesidad de un programa orientado a la retención de mujeres en el campo laboral para capitalizar la inversión que representó su formación y maximizar la eficiencia de los recursos disponibles.
Diseño del programa
El Programa BRIDGE se diseñó sobre la base de las conclusiones anteriores. Estas fueron las prioridades detectadas:
- Formación aplicada al sector de la energía solar (diseño e instalación de sistemas).
- Auditoría, eficiencia energética y presentación de informes.
- Servicios al cliente y espíritu empresarial (incluida la gestión de proyectos y la presentación de informes).
- Desarrollo de una infraestructura práctica de laboratorio y un programa de pasantías.
Para satisfacer esas prioridades, el programa se estructuró sobre los siguientes componentes:
- Capacitación de los educadores para responder a las necesidades del plan de estudios.
- Formación de estudiantes y profesionales.
- Fortalecimiento de los lazos entre la industria y el ámbito académico mediante excursiones y programas de pasantías.
- Creación de un sitio virtual de encuentro entre estudiantes, educadores e industria: blipportal.com
Las lecciones aprendidas durante su implementación, y la evaluación sobre casos concretos, es tema otra nota, como también la lista de lo que aún queda por hacer. Solo diremos que la iniciativa tuvo un impacto positivo entre todos los actores involucrados. Lo que siempre sucede cuando se trazan puentes que unen e integran para llegar cada día más lejos.
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