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Mi colega Gerry Johnson llamaba nuestra atención hace unos días sobre esta presentación de Owen Barder. Leedla: está muy bien argumentada, es provocadora y llena de ideas para pensar. Se habla muy bien con la presentación de Esther Duflo que presentaba Francisco Mejía. Conecta bien los problemas prácticos a los que nos enfrentamos en el día a día de la evaluación de resultados. También cuestiona, al menos implícitamente, alguna de las pautas de con las que trabajamos habitualmente. Me limito a indicar dos de las ideas en las que me hace pensar.
La primera es la importancia de descomponer los problemas complejos (pobreza, inseguridad, inequidad) en problemas más acotados, que puedan ser enfrentados con la tecnología disponible de intervención (lo que nosotros llamamos hacer los problemas “bancables”).
Frente a esto, a menudo caemos en lo que el profesor Karl Weick, denomina “comprehensivitis”, básicamente, querer agotar el tratamiento de un tema complejo, abarcando todas sus raíces e interrelaciones, lo que nos lleva a diseñar proyectos inmanejables (les llamamos “árboles de navidad”).
Es deseable, actuar sobre problemas más específicos y acotados, fijando la atención en un resultado concreto y valioso que queramos alcanzar y cuyo logro podemos controlar y evaluar empíricamente. Aquí la evaluación de impacto puede aportar mucho. La comparación del costo efectividad de diferentes intervenciones introduce información específica y accionable para mejorar la asignación de recursos. Lo que Weick llama “pequeñas victorias”.
La segunda es la necesidad de acotar y multiplicar nuestros procesos de evaluación y retroalimentación, si queremos, siguiendo a Barder, acelerar nuestro aprendizaje.
Para esto, no solo hay que incrementar el número de evaluaciones, sino que estas deben ser más específicas, y su elaboración y difusión debe hacerse en mayor proximidad al diseño y ejecución de los proyectos, evitando grandes y costosos ejercicios ¨comprensivos¨.
Además, la ubiquidad de las nuevas tecnologías como la web, las redes sociales o el celular, deben permitirnos acelerar ese proceso. Como recientemente escribió el historiador colombiano Jorge Orlando Melo: ¨lo que falta son muchas respuestas parciales.¨
Realmente en nuestro paises los problemas son tan complejos y profundos que nuestros proyectos no parecen brindar resultados, puesto que pretendemos abordar la solucion en forma global.
Cuando desagreagamos el problema hacemos mas viales las pequeñas soluciones o pequeñas victorias, solo que las duplicamos y hacemos doble esfuerzo por lo mismo, y perdemos recursos valiosos. El tema entonces no solo es descomponer sino de sinergizar esfuerzos coordinadamente para la efectividad. Y el segundo punto de seguimiento y evaluacion es de suma importancia y no la venimos aun tomando en cuenta con la importancia que se merece