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Enfoque Educación

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¿Qué necesitan los estudiantes con discapacidad para acceder y completar su educación en igualdad de condiciones?

October 16, 2025 por Tamara Vinacur - Paula Kantor - Andrea Saldarriaga Deja un comentario


Aún son muchos los estudiantes con discapacidad que enfrentan barreras para aprender. La inclusión exige transformar no solo las aulas, sino también los sistemas educativos.

  • La inclusión exige transformar aulas y sistemas, no acciones aisladas.
  • Es clave fortalecer sistemas de información que permitan anticipar riesgos, orientar apoyos y evaluar efectividad.
  • La inclusión bien implementada mejora el aprendizaje del conjunto

muchos estudiantes con discapacidad aún enfrentan barreras; la inclusión exige transformar aulas y sistemas, no acciones aisladas; 2)  desafio 1: saber quienes son. fortalecer sistemas nominales de información permite anticipar riesgos, orientar apoyos y evaluar efectividad. 3) desafío 2: Entender qué necesitan:  identificar apoyos requeridos, barreras, accesibilidad y modos de comunicación/participación.; 4) desafío 3:  Proporcionar apoyos sostenidos: políticas y estructuras de apoyo con: formación docente continua, equipos interdisciplinarios, recursos accesibles y tecnologías de apoyo, tiempo institucional y sistemas de monitoreo para garantizar que los apoyos lleguen a tiempo y funcionen de manera adecuada.; 5) la inclusión bien implementada mejora el aprendizaje del conjunto

Los niños con discapacidad y dificultades de aprendizaje representan aproximadamente entre el 10% y el 15% de la población en edad escolar (entre los 6 y los 17 años) en América Latina y el Caribe. En Argentina se han logrado avances importantes para la inclusión educativa: desde 2011 a 2022, la proporción de estudiantes con discapacidad que asisten a escuelas especiales descendió del 73% al 48%, lo que indica que un número creciente de ellos está siendo escolarizado en escuelas comunes.  Sin embargo, este número es bastante mayor que para otros países de la región (Brasil 10,1%, Chile 10,7%, Costa Rica 23%). Asimismo, los avances han sido principalmente en el nivel primario, persistiendo desafíos de inclusión significativos en la secundaria y en la educación superior. La inclusión educativa requiere transformar no solo prácticas pedagógicas, sino también las estructuras del sistema educativo que dificultan la participación plena de todos.

Este fue el eje central del Conversatorio sobre Educación Inclusiva para Personas con Discapacidad, realizado el pasado 29 de abril en Buenos Aires, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Secretaría de Educación Nacional, con el apoyo de Tramared. El evento reunió a especialistas, funcionarios, docentes y organizaciones de la sociedad civil para compartir experiencias, discutir obstáculos persistentes y construir propuestas viables.

Uno de los momentos más inspiradores fue la conferencia central del profesor Mel Ainscow, referente internacional en educación inclusiva, quien propuso pensar la inclusión como un proceso continuo, impulsado por la colaboración entre docentes y el uso de la diversidad como motor para mejorar las escuelas y los sistemas. “Las mejores ideas para avanzar no están en la teoría, sino en las prácticas que ya existen en nuestras comunidades escolares”, afirmó.

Basado en los principales aportes del conversatorio y de publicaciones recientes del BID, La inclusión educativa de las personas con discapacidad en Argentina y Sembrar inclusión, este blog identifica tres desafíos clave para fortalecer la inclusión educativa.

1. Saber quiénes son: fortalecer los sistemas nominales de información

Argentina ha avanzado en la implementación de sistemas nominales de información educativa. Varios desarrollos en marcha permiten registrar individualmente a los estudiantes y seguir sus trayectorias. Sin embargo, la información sobre estudiantes con discapacidad aún es incompleta, poco articulada entre niveles y no siempre integrada entre sectores.

Contar con registros nominales, actualizados y desagregados, permite diseñar políticas más equitativas, anticipar situaciones de riesgo (como el abandono en secundaria), y evaluar si los apoyos llegan a donde se necesitan. Este es un paso clave para pasar de políticas “basadas en supuestos” a políticas basadas en evidencia. En este sentido, el BID ha contribuido a la discusión regional sobre el fortalecimiento de los sistemas de protección de trayectorias educativas, promoviendo herramientas y espacios de intercambio entre países. Parte de esta agenda —incluyendo indicadores, experiencias y materiales— y para el caso específico de Argentina, puede consultarse en el repositorio de mesas técnicas del SIGED organizadas conjuntamente por BID, OEI y SAIE.

Avanzar en este camino permitirá garantizar no sólo el acceso, sino la permanencia y el egreso de las y los estudiantes, especialmente de aquellos en situación de mayor vulnerabilidad.

2. Entender qué necesitan: una mirada pedagógica y contextual

Superar un enfoque centrado exclusivamente en lo clínico requiere avanzar hacia una perspectiva funcional, social y educativa, alineada con la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la OMS y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD).

Esto implica que los registros no deben limitarse a diagnósticos médicos, sino incluir información sobre los apoyos requeridos, barreras que enfrentan los estudiantes, necesidades de accesibilidad, modos de comunicación y participación efectiva. Así se pueden construir respuestas educativas pertinentes, sin etiquetar, pero sí garantizando condiciones reales de aprendizaje y bienestar.

Por ende, además de la información nominal, es preciso avanzar en mecanismos de medición y seguimiento del desempeño y aprendizaje de estudiantes con y sin discapacidad a raíz de la escolarización inclusiva. Los estudios en países de ingresos altos indican que la educación inclusiva mejora el aprendizaje de todo el alumnado, lo cual es preciso también estudiar dentro de nuestros sistemas educativos.

3. Proporcionar los apoyos necesarios: condiciones estructurales para una inclusión real

Un sistema educativo inclusivo no se construye con acciones aisladas. Requiere políticas públicas sostenidas, estructuras de apoyo y recursos concretos. La evidencia internacional demuestra que, a nivel educación, la inclusión es la práctica más prometedora junto con la dotación de tecnologías de asistencia y materiales adaptados. Entre los apoyos más relevantes, identificados tanto en las exposiciones como en las experiencias compartidas, se destacan:

  • Formación docente continua en estrategias inclusivas y trabajo en equipo.
  • Equipos interdisciplinarios con presencia en el territorio.
  • Recursos pedagógicos accesibles y tecnologías de apoyo.
  • Tiempo institucional para la planificación, adaptación y seguimiento.
  • Sistemas de información que permitan monitorear si los apoyos llegan y si son efectivos.

Estas condiciones deben entenderse como parte integral del funcionamiento del sistema, no como excepciones.

Un desafío prioritario: inclusión en secundaria y educación superior

Mientras que el nivel primario ha mostrado avances importantes, la secundaria sigue siendo el tramo más frágil de las trayectorias educativas de estudiantes con discapacidad. Las estructuras escolares, la falta de apoyos sostenidos y la rigidez curricular generan mayores tasas de abandono.

Según datos del BID, la tasa de escolarización en secundaria de adolescentes con discapacidad es 5 puntos menor que la del resto (López & Vinacur, 2024, p.46). Y en el nivel superior, las barreras se multiplican: desde el ingreso hasta la accesibilidad física y pedagógica.

La educación de calidad no es sólo un derecho, sino un factor de desarrollo económico fundamental. Invertir en la educación de niños y niñas con discapacidad eleva su potencial laboral y de autonomía económica, disminuyendo la probabilidad de que deban vivir en la pobreza o ser dependientes de sistemas de protección social en la edad adulta. La permanencia y egreso de la escuela secundaria de estudiantes con discapacidad es un desafío pendiente, al igual que la inclusión en programas de educación técnico-vocacional para una eventual inclusión laboral exitosa.  

Para seguir aprendiendo: experiencias y materiales disponibles

El conversatorio también fue una oportunidad para conocer experiencias concretas, tanto a nivel nacional como regional. Las presentaciones de referentes de provincias, investigadores, organizaciones y jóvenes con discapacidad mostraron que ya existen prácticas valiosas que pueden escalarse y replicarse.

Todos los materiales presentados están disponibles en el siguiente repositorio abierto.

Reflexión final: avanzar con lo que ya sabemos

El conversatorio dejó una certeza compartida: la inclusión es un proceso que se construye desde las condiciones del sistema, no desde la excepción.

En Argentina, como en muchos otros países de América Latina y el Caribe, ya existen políticas, desarrollos tecnológicos y experiencias pedagógicas valiosas que pueden escalarse. El desafío es visibilizar esos esfuerzos, coordinarlos entre sectores, y sostenerlos en el tiempo.

Incluir es una política sostenida. Y un sistema educativo que incluye es un sistema que mejora para todos.

Nota: agradecemos la colaboración de Mariana Schenone, editora de Tramared en la elaboración de este blog.


Archivado bajoSin categorizar Etiquetado con:#Education, america latina, Inclusión escolar, Latin America, trayectorias educativas