La apuesta por la sostenibilidad en los países de América Latina y el Caribe trae aparejada una transformación productiva sin precedentes, con nuevas tecnologías, sectores emergentes y modelos de desarrollo más sostenibles que están cambiando la forma de producir, consumir y generar empleo. Esta transformación presenta numerosas oportunidades. Sin embargo, para aprovecharlas, la región necesita algo esencial: una fuerza laboral con las habilidades adecuadas.
La transición hacia economías más sostenibles: oportunidad y desafío para la región
América Latina y el Caribe se enfrenta a un doble desafío. Por un lado, es una de las regiones más vulnerables al a los desastres naturales y a las altas temperaturas. Por otro, cuenta con ventajas comparativas para avanzar hacia un modelo económico más sostenible: abundancia de recursos naturales, reservas clave como el litio y una vasta biodiversidad.
En ese contexto, la transformación hacia economías más sostenibles y bajas en carbono ofrece una oportunidad histórica para impulsar el crecimiento, generar empleo y reducir desigualdades. De hecho, se estima que, si se implementan las políticas adecuadas, la región podría crear hasta 15 millones de empleos netos al 2030, especialmente en sectores como energías renovables, agricultura sostenible y electromovilidad.
Las habilidades: un eslabón fundamental para el cambio
Ahora bien, para que estos empleos se materialicen y sean de calidad, se necesita algo más que recursos naturales o inversiones tecnológicas: se requiere una fuerza laboral mejor equipada, esto es, trabajadores con las habilidades adecuadas para desempeñarse con éxito en esta economía más sostenible.
En la actualidad, existe una brecha significativa entre las habilidades que demanda la transición a economías más sostenibles y las que ofrece la fuerza laboral. En Panamá, por ejemplo, casi la mitad de las empresas del sector solar reportan dificultades para encontrar personal calificado (Prada y Rucci, 2025). En Ecuador, la oferta formativa en movilidad sostenible es insuficiente y poco articulada (TRNTARYET, 2022).
Este desajuste no es exclusivo de la región. De acuerdo con un informe de LinkedIn, entre 2022 y 2023 las ofertas laborales vinculadas a empleos verdes a nivel global crecieron un 23%, mientras que las habilidades disponibles en el mercado solo lo hicieron en un 12% (2023) En América Latina y el Caribe, esta brecha amenaza con convertirse en un cuello de botella para el desarrollo sostenible.
Cuatro pasos para una estrategia de formación de capital humano
Frente a este escenario, el BID propone una guía práctica para el diseño de estrategias de formación de capital humano, con base en experiencias concretas de la región. La guía presenta una hoja de ruta compuesta por cuatro pasos fundamentales:
- Seleccionar los sectores estratégicos. Priorizar sectores clave según su potencial para reducir emisiones, generar empleo y alinearse con los objetivos nacionales. La selección debe basarse en datos y criterios claros, como la vulnerabilidad a desastres naturales y altas temperaturas o la inversión tecnológica.
- Diseñar trayectorias formativas. Una vez definidos los sectores, es necesario construir rutas de formación que respondan a las brechas de habilidades detectadas. Estas trayectorias deben ser articuladas, flexibles y adaptadas al contexto de cada país.
- Implementar soluciones formativas. Los programas deben ejecutarse con modalidades innovadoras (presenciales, virtuales o híbridas), incluir certificaciones modulares, y asegurar su integración en los sistemas de educación técnica y formación profesional
- Asegurar la calidad y la mejora continua. La estrategia debe incluir mecanismos para garantizar la calidad de los insumos y de los procesos involucrados en la estrategia, mecanismos de evaluación y monitoreo, y debe alinearse con otras iniciativas para garantizar su pertinencia y sostenibilidad en el tiempo (como, por ejemplo, marcos de cualificaciones existentes, los protocolos de evaluación y los estándares de acreditación).
Ocho experiencias de la región que muestran el camino
Más allá de la teoría, varios países de la región ya están desarrollando iniciativas concretas para formar a sus trabajadores presentes y futuros para garantizar que tienen las habilidades necesarias para la transformación. El informe destaca ocho experiencias que reflejan enfoques diversos, entre ellas:
- En Belice, se lanzó el primer programa nacional de certificación en energía renovable, con más de 30 cursos centrados en la economía verde y azul.
- En Uruguay, se definieron 9 perfiles profesionales y 47 competencias en electromovilidad, en coordinación con actores del sector público y privado.
- En Panamá, un programa técnico con aulas móviles busca reconvertir a trabajadores del sector energético para que puedan adaptarse a las nuevas tecnologías.
- En Chile, la plataforma RELINK utiliza inteligencia artificial para orientar a trabajadores y empresas sobre las habilidades más demandadas en sectores sostenibles.
Estas iniciativas demuestran que esta transición ya está en marcha en la región. Pero, para escalar su impacto, es necesario que más países adopten estrategias integrales de formación de capital humano.
Un llamado a la acción
La transición hacia economías sostenibles no será posible sin una fuerza laboral capaz de hacerla realidad. Las habilidades no solo determinan la empleabilidad de las personas, sino que son también un motor para la innovación, la productividad y la equidad. América Latina y el Caribe tiene la oportunidad (y la responsabilidad) de anticiparse. Porque formar hoy el talento es garantizar un futuro más sostenible, justo y resiliente.

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