por Katherina Hruskovec*
“Trabajar en Haití es muy difícil porque el cambio no puede ocurrir tan rápido como queremos, sobre todo después del terremoto. Sin embargo, la verdadera satisfacción surge cuando alcanzamos pequeñas victorias “, admitió la especialista en educación, Anouk Ewald. A pesar de que utiliza la palabra “pequeña”, su trabajo como parte de la delegación del Banco Interamericano de Desarrollo en Haití ha beneficiado a miles de niños y jóvenes en los últimos cuatro años.
Un claro ejemplo de estas actividades es la construcción de escuelas. Como consecuencia de la catástrofe de 2010, 4268 escuelas fueron completamente destruidas. Para enfrentar inmediatamente esta realidad, el BID apoyó al gobierno, durante la etapa de emergencia, en la construcción de las estructuras educativas provisionales para cubrir las necesidades urgentes. En la fase consecutiva de reconstrucción, el Banco también planea construir al menos 80 escuelas resistentes a los sismos.
Anouk destaca otros cuatro proyectos como elementos clave de la labor del BID desde el terremoto: los censos escolares, el establecimiento de centros de formación técnica y profesional, la formación continua de los docentes y la entrega de kits escolares. Para Anouk, estos proyectos demuestran el compromiso del Banco con la calidad de la educación en Haití.
“Los censos escolares han sido extremadamente importantes porque permiten que el gobierno conozca cuántos estudiantes se encuentran actualmente en el sistema y proporciona información y datos que luego pueden ser utilizados en los procesos de toma de decisiones “, explica Anouk. Luego añade que, a partir de 2011, el gobierno ejecutó tres censos anuales, uno en cada año escolar.
De acuerdo con Anouk, el establecimiento de centros de formación técnica y profesional es otra de las prioridades del gobierno que el BID apoya. Actualmente, existen 5 centros que se han construido y equipado para beneficiar entre 400 y 600 jóvenes anualmente, con más por venir en los próximos 2 años. Adicionalmente, casi 10.000 jóvenes han sido entrenados y más de 200 formadores, directores de centro y personal del ministerio han sido capacitados. Estas actividades han demostrado ser muy valiosas, especialmente en una economía que es fundamentalmente informal y que carece, en gran medida, de capacidades técnicas sólidas. El BID también colabora con el Ministerio de Educación en el entrenamiento en servicio de 495 maestros para mejorar la calidad de la educación.
Por último, la distribución de kits escolares fue un hito importante en el apoyo del BID a Haití entre 2012 y 2013. “Fue muy gratificante ver las sonrisas de los niños cuando recibieron los kits escolares “, recuerda Anouk. Los paquetes entregados incluían dos uniformes, cuatro libros, una mochila, cuadernos y lápices. “Aunque se trata de kits muy básicos, hicieron una gran diferencia para los niños porque les ayudan a mejorar su experiencia en el aula “, continúa Anouk. Los kits escolares benefician, actualmente, a unos 103.000 estudiantes, desde preescolar hasta sexto grado.
“Son esos momentos, esas pequeñas victorias las que me motivan a seguir adelante y me hacen dar cuenta de que estoy haciendo lo correcto con mi vida”, agrega Anouk.
Después de especializarse en la educación preescolar, Anouk realizó una maestría en Educación Internacional para el Desarrollo, lo que finalmente le permitió unirse al BID en Haití, su país natal, como especialista en educación. “Regresé a Haití después de haber vivido en los Estados Unidos de América durante 13 años. Mi padre siempre me había dicho que todo lo que había logrado en mi vida, se lo debía a Haití. Por esa razón, yo sabía que tendría que retornarle a mi país lo que él me había dado a mí. Así, cuando el BID me dio la oportunidad de ayudar, la tomé “, dice Anouk al tiempo que una sonrisa se dibuja en su rostro.
* Katherina Hruskovec es consultora de comunicación en la división de educación del Banco Interamericano de Desarrollo.
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