Rodrigo Kon es el Director Ejecutivo de la Fundación Forge y Francisco Ruiz es Director de Forge para Chile. Forge es una organización sin fines de lucro que implementa programas de formación y trabajo para jóvenes. Actualmente, implementan proyectos con el BID Lab para reducir la brecha que existe entre los jóvenes socioeconómicamente vulnerables y el mercado de los trabajos del futuro en Latinoamérica y son también miembros de la Coalición para habilidades del siglo 21 que busca promover el desarrollo de habilidades transversales en América Latina y el Caribe.
Para la gran mayoría el virus llegó de improviso y se está quedando más tiempo del que quisiéramos. En estos meses, la pandemia se ha encargado de cambiar muchos aspectos de nuestra vida y no tenemos certeza aun sobre cuáles serán permanentes y cuáles pasajeros. Nos preocupa la salud de la población, pero además y especialmente el modo en que está afectando la situación laboral de la juventud, que, sin mediar pandemia, ya era un problema complejo en la región.
El pasado mes de mayo, Forge realizó una encuesta entre más de 10.000 jóvenes y adultos en 5 países latinoamericanos. La cantidad de despidos de jóvenes durante la pandemia casi duplica la de adultos. Si bien enfrentamos un problema conocido, todo indica que se está profundizando. No podemos perder de vista la situación en la que se encontraba Latinoamérica antes del brote del virus en Wuhan. Según CEPAL, el COVID-19 impactó en América Latina y el Caribe en un momento de debilidad económica. El período 2014-2019 fue el de menor crecimiento desde la década de 1950.
El año 2019 estuvo marcado por manifestaciones sociales en varios países de la región. Expresiones diferentes, pero con un malestar común hacia algunos gobiernos y las condiciones sociales y económicas. Una parte de este malestar corresponde a la situación que viven las juventudes, en especial de sectores vulnerables y particularmente las mujeres. Y entre ellos, uno de los temas clave: el acceso a trabajos de calidad.
Mientras superamos esta pandemia ¿seremos capaces de generar acciones significativas para que el desempleo juvenil no se profundice y, por el contrario, avancemos en disminuir la brecha de oportunidades para la juventud? Resulta difícil responder a esta pregunta con certeza. Sin embargo, exponemos algunas consideraciones que pueden ser útiles para acercarnos a una respuesta.
Colaboración Flexible: Esta crisis nos ha hecho recordar lo que dice Harari (2016)[1]: la colaboración flexible es una de las claves del éxito de la especie humana. Pues bien, la colaboración, el conjunto de acciones individuales coordinadas por un fin colectivo, ha sido esencial para la contención de la pandemia. Al mismo tiempo, hemos tenido que responder con flexibilidad, transformando nuestra vida en muchos aspectos, cambiando patrones de comportamiento en favor del bien común. Necesitaremos una buena cuota de colaboración flexible guiada por la priorización del bien común para salir de esta pandemia y hacer frente a los enormes desafíos derivados de la recesión económica y su impacto en el empleo juvenil.
Acceso a Tecnología, Conectividad y Formación en línea: Esta especie de “experimento social” nos ha permitido evidenciar las enormes posibilidades que abren el acceso a la tecnología y la conectividad. Al mismo tiempo, ha quedado en evidencia la brecha de acceso, especialmente para la población más vulnerable, y los graves efectos que pueden tener en profundizar la desigualdad. A fines de 2019, Forge realizó una encuesta en la que participaron más de 2000 jóvenes de sectores urbanos en la región. Entonces, declaraban disponer de un elevado acceso a conectividad y medios tecnológicos. Sin embargo, hoy hemos constatado que en muchos casos ese acceso no tiene la calidad suficiente para hacer frente a procesos de formación intensiva o búsqueda de empleo. Por otro lado, hemos verificado la desigual capacidad de reacción de los sistemas educativos, forzados a reinventarse en versión en línea.
Hoy más que nunca resulta claro que la revolución tecnológica puede ser una oportunidad para la formación de jóvenes. Sin embargo, para que esa oportunidad se concrete, es necesario tomar medidas que permitan acompañar la actualización y formación docente, así como facilitarle a la juventud el acceso a medios tecnológicos adecuados. Una tarea inmediata para los Estados será la de avanzar en la “democratización” del acceso a la conectividad y asegurar un piso tecnológico básico, disminuyendo la brecha al ampliar las oportunidades para jóvenes más vulnerables.
Colaboración Pública – Privada para el trabajo del futuro: Desde hace un tiempo venimos debatiendo sobre los cambios que se aproximan en el mundo del trabajo con el surgimiento de la revolución digital. La experiencia de estos meses en crisis será un catalizador de este proceso de cambio. Así como se precipitará el proceso de digitalización, tendremos que acelerar también la formación de jóvenes para que puedan enfrentar los desafíos del trabajo futuro. Esta tarea sólo será posible con la participación conjunta del sector público y privado. La política pública deberá promover programas eficaces que faciliten el desarrollo de habilidades socioemocionales y digitales que son una de las claves para enfrentar estos desafíos. El sector privado deberá articularse con estos esfuerzos formativos, apoyando su pertinencia y facilitando la inserción temprana de jóvenes a empleos de calidad, adaptando sus procesos de reclutamiento, garantizando la diversidad y habilitando modalidades de contratación que permitan compatibilizar el estudio y el trabajo. Hemos visto con entusiasmo en estas semanas algunos ejemplos concretos de acciones del sector privado en favor del bien común. Será importante seguir ampliando estos ejemplos como parte de la mirada de negocio que incluya la sustentabilidad de mediano y largo plazo.
La pandemia nos ha mostrado que la articulación público-privada es clave cuando enfrentamos desafíos de gran escala. Problemas estructurales como el desempleo juvenil requieren del involucramiento profundo, genuino y articulado del sector privado y público.
Hoy somos protagonistas de un momento histórico. Esperamos que esta experiencia renueve nuestras convicciones para hacernos cargo con responsabilidad de la deuda que tiene nuestra región con los más excluidos: la desigualdad en el acceso a las oportunidades. Para esto tendremos que avanzar con decisión por la integración de la juventud, especialmente de sectores vulnerables, al mundo productivo. En ese camino podremos aprovechar lo aprendido este tiempo: colaborar con flexibilidad, facilitando el acceso a la tecnología, promoviendo espacios de formación para los empleos del futuro, y articulando el esfuerzo público y privado. Si avanzamos, podremos potenciar y aprovechar el talento de millones de jóvenes, construiremos con ellos una región más justa y próspera, donde la juventud tenga derecho a vivir, proyectarse y crecer.
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Bibliografía
Bosch, M., Pagés, C., & Ripani, L. (2018). El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿Una gran oportunidad para la región? Obtenido de https://publications.iadb.org/: https://publications.iadb.org/es/el-futuro-del-trabajo-en-america-latina-y-el-caribe-una-gran-oportunidad-para-la-region-version
CEPAL. (2020). Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivacion. Obtenido de repositorio.cepal.org: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45445/4/S2000286_es.pdf
Fundación Forge. (2018). Análisis del Retorno de la inversión para las empresas que contratan jóvenes Forge en Argentina, Chile y Uruguay. Obtenido de www.fondationforge.org: https://fondationforge.org/contenidos
Fundación Forge. (2020). ¿Qué piensan los jóvenes sobre su futuro? Obtenido de www.fondationforge.org.
Fundación Forge. (2020). Encuesta en época de pandemia. Obtenido de www.fondationforge.org: https://fondationforge.org/contenidos Harari, Y. (2016). Homo Deus. Breve Historia del Mañana. Santiago de Chile. Debate.
[1] Harari, YN. 2016. “Homo Deus. Breve Historia del Mañana”. Santiago de Chile. Debate.
María Santos Pasamontes dice
Para contribuir a mejorar las oportunidades laborales de jóvenes a lo largo del territorio del país, la plataforma HIPATIA que atiende las capacidades de Costa Rica en temas de Ciencia, Tecnología e Innovación, desarrolló una aplicación para contactar graduados de la educación técnica para ofrecerles ya sea oportunidades de re-skilling o de empleo. La nueva aplicación Talento técnico está disponible en esta liga: https://hipatia.cr/dashboard/talento-tecnico y las instrucciones para utilizarla se describen en este breve video: https://youtu.be/iU2MocO79Vw
HIPATIA es un producto del Programa Estado de la Nación de Costa Rica, y cuenta con el apoyo del BID.