Escrito por Arlene Sabaris, ganadora del concurso #Quítateloslentes*
Cuando escucho a una madre decirle a su hijo que una tarea del hogar es “de niña” y que “le toca a tu hermana”, pienso en cómo las madres y padres somos los primeros forjadores del carácter y comportamiento de nuestros hijos. Culpamos a escuelas y maestros por responsabilidades que nos corresponden y luego nos quejamos del sistema. La realidad es que cada uno debe asumir su parte en este proceso de mejora de los indicadores de igualdad de género en nuestros países. Si bien los gobiernos tiene un rol importante, todo comienza en casa, en las cosas que les decimos a nuestros hijos que son capaces de hacer, en los límites que ponemos a sus sueños, en las historias que les leemos antes de dormir.
Las niñas son princesas y los niños superhéroes. Esa es la historia que nos han contado desde siempre. Algunos muy osados se han atrevido a romper los esquemas y enfrentan desde obstáculos familiares porque la niña quiere estudiar ingeniería, hasta frustración personal porque el chico que quería ser maestro es quien termina inscribiendo esta carrera científica. Al final de la historia, la chica termina siendo una pésima princesa, porque su vocación era ser superhéroe.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su reciente “Informe regional sobre el examen y la evaluación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing”, en República Dominicana, la tasa de pobreza femenina es 28% más alta que la masculina. Y, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), la población económicamente activa es 57,3%, siendo 60,8% hombres y 39,2% mujeres.
Los superhéroes salen a trabajar y las princesas se quedan en casa realizando trabajos domésticos no remunerados. Aquellas que componen el 39,2% porque se atrevieron a más, llenan las universidades hasta alcanzar 62% de la matrícula, de acuerdo al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Pero a pesar de tener más años de estudios que los hombres, su tasa de desempleo es mayor (23% vs 8,7%) y ganan menos.
Un documento publicado por el Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) “Mujeres, Participación y Ciudadanía en la República Dominicana, Logros, Desafíos y Apuestas” indica que 57,1% de las mujeres están fuera de la fuerza laboral a causa de responsabilidades relacionadas con tareas domésticas y cuidado familiar, frente a 1,2% de los hombres.
¿Qué hemos hecho como país para cambiar estas cifras? El Gobierno actual trabaja con el establecimiento de 250 estancias infantiles para ingresar unos 30 mil niños al cuidado durante día completo, permitiendo a sus padres y madres salir a trabajar. El proyecto de alfabetización masivo contribuye también con mejorar el acceso laboral de ambos géneros. Mi programa favorito es uno impulsado por el Despacho de la Primera Dama, Ángeles de la Cultura, cuya misión es capacitar a niños, niñas y adolescentes a través de talleres de música, literatura, pintura, danza, títeres y teatro. Abajo vemos un ejemplo de cómo la tambora, que como instrumento musical ha sido estereotipado para los hombres, es usado indistintamente por ambos géneros.
Foto tomada de http://primeradama.gob.do/angeles-de-la-cultura/
Lo cierto es que las medidas gubernamentales no significarán nada si la educación en el hogar no se transforma. El trabajo más importante es la formación de los niños y para eso no hay universidad o salario, solo creación de conciencia en los hombres y mujeres que los criamos. Como padres somos su primera fuente de conocimiento, por ende impulsemos la igualdad desde el hogar, fomentando la distribución de responsabilidades sin distinción de género, dando alas a nuestros hijos para estudiar aquello en lo que destaquen y disfruten, mostrándoles que las princesas pueden ser empresarias y los superhéroes pueden ser administradores del hogar. Formemos niños y niñas que crean en la igualdad. Ellos dirigirán las empresas y los gobiernos en unos años. Permitamos que se conviertan en la mejor versión de sí mismos y ellos harán de la igualdad de género una realidad.
El futuro es para que las Princesas y Superhéroes sigan sus sueños y ayuden a otros a perseguir los suyos. Si ya te quitaste los lentes, comienza la educación en tu hogar.
¡Quítate los lentes! from el BID – the IDB on Vimeo.
“>*Arlene Sabaris es consultora empresarial en planificación estratégica y proyectos. Actual Consultora Internacional del BID para microseguros con énfasis en la mujer en El Salvador. Pasado miembro Instructor del programa de liderazgo mundial de Washington DC Presidential Classroom, pasado miembro de la Sección Latinoamericana de la OEA en Jóvenes por la Democracia.
Hola Arlene.
Estoy completamente de acuerdo contigo en que los “forjadores del carácter y comportamiento de nuestros hijos, somos nosotros sus padres”,en que la educación y crianza en los temas de equidad de genero, tolerancia, deseo de cooperación son nuestra responsabilidad y se construyen en el seno del hogar, inculcarlos y modelarlos debe ser nuestra tarea más importante porque de ello depende que existan adultos considerados que no hagan distinción en ningún área y que estos valores permeen nuestra sociedad.
Pero en mi opinión sólo será posible si nosotros como padres somos un ejemplo inspirador.
También considero que un hombre y una mujer tienen diferentes roles en una familia y que debe ser responsabilidad de cada uno fincarlos y respetarlos observando sus prioridades en la vida.
Gracias por tu artículo.
Es importante y maravilloso lo que dice el texto,todas lo sentimos cuando nos promedian como no aptas para alguna labor , situación o deseo como ser humano sin tomar en cuenta siempre y obligatoriamente el género ,nuestro género femenino que varias veces personalmente hubiera querido que fuera masculino por las trabas y comentarios que estimula a un cambio que encontré en lo leído y con una cultura convencida de que mi hijo Alejandro y mi hija Claudia lavan los platos,limpian el baño ,sale ella con sus amigas y si él no desea hacerlo se queda haciendo lo que desea.