*por Jennelle Thompson
— Guau, guau. Les presento a Rocky. Él es muy agradable y le gusta jugar con los niños.
— Guau, guau. Como Rocky tiene hambre, vamos a darle algo de comer. ¿Puedes poner 5 croquetas en su plato, contando en voz alta una por una? Mmmm. ¡Qué rico! ¡Parece que le gustan!
— Guau, guau. Rocky quiere más comida. Esta vez, ¿puedes darle 10 croquetas y contarlas en voz alta mientras las pones en su plato? ¡Rocky está feliz! ¡Ahora su estómago está lleno! Vamos a ponerlo por acá para que tome una siesta.
Es probable que para este momento te estés preguntando de qué estamos hablando. Pues, Rocky es un perro de peluche que utilizamos para acercarnos a los niños más pequeños de América Latina y hacerles preguntas relacionadas con elementos reales de la escala de PRIDI. Casi inmediatamente, la interrogante que sigue es: ¿Y qué es PRIDI?
PRIDI es el acrónimo del Programa Regional de Indicadores de Desarrollo Infantil. Se trata de un paquete de herramientas, datos y análisis creado por la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo con el propósito de disponer de información comparable sobre el desarrollo infantil. Por supuesto, PRIDI reconoce que este es un proceso holístico e integrado que abarca varias dimensiones interrelacionadas, por lo cual selecciona las siguientes cuatro: la cognición, el lenguaje, la comunicación, motora y socio-emocional. PRIDI también captura los factores asociados con el desarrollo temprano infantil, tales como las características del hogar y de la comunidad, así como el acceso a los servicios de desarrollo de la primera infancia.
¿Cuál fue la razón para desarrollar PRIDI? Probablemente, la razón principal que motivó nuestros esfuerzos fue el hecho de que existen pocos datos de desarrollo infantil en América Latina y el Caribe que sean comparables a nivel internacional y representativos a nivel nacional para informar y orientar las políticas públicas.
Regional Project on Child Development Indicators – PRIDI from el BID – the IDB on Vimeo.
Evento de Lanzamiento de PRIDI en Washington DC
Dos principios guiaron nuestras actividades: (i) los datos utilizados para evaluar el desarrollo infantil deben capturar el hecho de que los niños se desarrollan de una manera integral; (ii) el segundo principio es que los niños deben ser capaces de completar etapas y alcanzar competencias básicas de desarrollo antes de ingresar a la escuela independientemente de su raza, sexo, nivel socioeconómico, origen e idioma. Por ejemplo, los niños que pueden clasificar los objetos por su forma y color, los que saben lo que es un triángulo o cuadrado y aquellos que pueden secuenciar una serie de dibujos sencillos son niños que, probablemente, puedan iniciarse bien en la escuela.
PRIDI evalúa niños y niñas entre los 24 y 59 meses (básicamente, entre 2 y 5 años de edad) en sus casas. Dado que muchos niños en este rango son tímidos o aprehensivos a extraños, Rocky (el perro de peluche) ayuda a romper el hielo.
Entonces, ¿cómo evaluamos al desarrollo infantil en PRIDI?
Aplicamos dos enfoques para evaluar al desarrollo infantil. Por un lado, la cognición, el lenguaje, la comunicación y el desarrollo motor, se evalúan a través de la observación directa del niño y de la aplicación de escalas. Por otro, el desarrollo socio-emocional se determina por medio de un cuestionario sobre el niño o niña aplicado a la madre o cuidador principal. Aquí, algunas de las cosas que les preguntamos es si el niño puede jugar solo por lo menos por 15 minutos, si le gusta jugar con otros niños y si ayuda a hacer tareas básicas del hogar cuando se le pide.
Con relativamente pocos elementos, PRIDI permite realizar una medición integral del desarrollo del niño. Por otra parte, los datos que generamos son regionalmente comparables y nos permiten identificar las brechas de desarrollo existentes entre diferentes grupos de niños. Los materiales necesarios para la aplicación de la escala son de uso común en la región, de bajo costo, duraderos y fáciles de transportar en una mochila. Entre ellos, cabe destacar: pequeños bloques de madera lápices de colores, una pelota, figuras de plástico, tarjetas y, por supuesto, nuestro amigo Rocky.
— Guau,guau ¡Este es Rocky! Se debe haber despertado de su siesta al escuchar su nombre. Creo que probablemente ya está listo para dar otro paseo por América Latina, así que… ¡Nos vemos más tarde!
* Jennelle Thompson es Especialista en Educación asignada a la Representación del Banco Interamericano de Desarrollo en la República Dominicana.
gracias por esto me enseño muchas cosas
Muy buen artículo, los estímulos para la educación siempre son positivos, pero también ayudar con las cosas básicas par la educación es indispensable… todos los programas de ayuda, como este http://www.uniradioinforma.com/noticias/tijuana/293098/entregaran-mas-de-600-zapatos-a-escuela-genaro-vazquez.html, son fantásticos.
estoy completamente de acuerdo con lo que dice, pero al respecto qué pasa con la gente con menos oportunidades debido a su economía, es por ello que me permito compartirle esta nota: http://www.criticapolitica.mx/98870
Buenas noches, me parece que es importante el buscar mejorar las condiciones educativas de las escuelas mexicanas, sin embargo creo que hay otras necesidades que deben ser cubiertas antes de esas, tal es el ejemplo de la fundación Jaff la cuál lleva a cabo acciones de este tipo http://www.uniradioinforma.com/noticias/tijuana/293098/entregaran-mas-de-600-zapatos-a-escuela-genaro-vazquez.html para crear condiciones propicias para el estudio. Ojalá que existan más iniciativas como la citada y foros como este para que la educación en México mejore.