El catálogo Mentes en Verde 2025 reúne 26 iniciativas educativas que promueven la ciudadanía verde y fortalecen la resiliencia en América Latina y el Caribe, a través de enfoques curriculares, extracurriculares e infraestructura escolar. Encontrarás ejemplos de:
- Programas curriculares que integran la ciudadanía verde en el aula, como Café Lab en Colombia y HaciendoECO en Guatemala, empoderando a miles de estudiantes como líderes ambientales.
- Iniciativas extracurriculares como SHOUT en Guyana y Me Sumo en Chile, que fomentan el compromiso ambiental fuera del aula mediante metodologías activas y participación local.
- Ejemplos de espacios educativos sostenibles, como la renovación de la escuela Moisés Rebata en Perú , o Paisajes de Aprendizaje en Chile.
¿Cómo podemos educar a las nuevas generaciones para fortalecer su resiliencia y construir sociedades sostenibles? Una respuesta clara es formando personas con los conocimientos, y competencias para comprender los retos ambientales, y fomentar la resiliencia en pro de un futuro sostenible.
Con el propósito de identificar las iniciativas educativas más innovadoras que promueven la ciudadanía verde en la región, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Socialab lanzaron en 2024 el concurso Mentes en Verde, que recibió más de 270 propuestas de 18 países. Tras un proceso de evaluación riguroso —basado en criterios de innovación, impacto, sostenibilidad y potencial de escalamiento— se seleccionaron las iniciativas inspiradoras, hoy reunidas en el catálogo Mentes en Verde. Fomentando la ciudadanía verde desde la educación.
El catálogo reúne un mosaico de soluciones: las tres iniciativas ganadoras, reconocidas por su solidez, creatividad y potencial de transformación; siete finalistas, que destacan por su innovación educativa; y dieciséis experiencias destacadas, que desde distintos contextos muestran cómo la educación puede sembrar resiliencia y sostenibilidad en comunidades y escuelas de toda la región.
Todas estas experiencias se organizan en las tres categorías definidas desde la convocatoria de Mentes en Verde, pensadas para reflejar distintas formas de promover ciudadanía verde: programas curriculares, integrados en el plan de estudios; programas extracurriculares, actividades complementarias fuera de horario regular; e infraestructura escolar, intervenciones en los espacios educativos para el aprendizaje práctico. A continuación, compartimos algunos ejemplos.

Programas curriculares: ciudadanía verde en el aula
Aportan un valor esencial porque al integrar el aprendizaje ambiental en los planes de estudio escolar aseguran la enseñanza formal de habilidades y llegan a una amplia base de estudiantes. Entre los ejemplos, está Café Lab, de Colombia, que transforma los residuos del café en soluciones sostenibles mediante un modelo educativo basado en proyectos, empoderando a los estudiantes como líderes ambientales y promoviendo la economía circular en comunidades cafetaleras. También está HaciendoECO, de Guatemala, un programa educativo que promueve la formación ambiental, la gestión responsable de residuos y la acción comunitaria en escuelas, municipios y hogares, empoderando a más de 44.000 estudiantes para transformar su relación con el ambiente.

Programas extracurriculares: educación que trasciende el aula



Aportan un valor único al complementar el aprendizaje en aula y potenciar el liderazgo juvenil en contextos locales, invitando a niñas, niños y jóvenes a convertirse en agentes de cambio en sus comunidades. Entre las experiencias se encuentra SHOUT, de Guyana, una competencia nacional de oratoria ambiental que empodera a estudiantes de secundaria como líderes juveniles, promoviendo propuestas sostenibles para transformar sus escuelas y comunidades. También destaca Me Sumo, de Chile, que impulsa la educación ambiental y la gestión de residuos en escuelas, combinando prácticas sostenibles, metodologías activas y participación comunitaria

Infraestructura escolar e instalaciones edilicias: espacios que educan
Los espacios educativos también son herramientas clave para el aprendizaje, convirtiéndose en verdaderos laboratorios vivos de sostenibilidad, donde los estudiantes aprenden de manera práctica a gestionar recursos y enfrentar desafíos climáticos.
Un ejemplo es el Proyecto de Renovación de la Institución Educativa Moisés Rebata, en Perú, escuela ubicada en zona desértica, que fue transformada en un modelo de infraestructura sostenible y eficiente, con mejoras significativas en confort térmico, calidad del aire y el uso de energías renovables para crear espacios educativos resilientes y replicables. También destaca Paisajes de Aprendizaje, en Chile, que transforma patios escolares en espacios verdes y educativos que fomentan el juego libre, la exploración y el contacto con la naturaleza, promoviendo el aprendizaje de ciudadanía verde de manera activa y comprometida.


Más que un catálogo de experiencias, esta publicación es una invitación a multiplicar soluciones y abrir camino a nuevas iniciativas educativas que promuevan la sostenibilidad, la resiliencia y la ciudadanía activa. Cada propuesta demuestra que enseñar habilidades para la resiliencia no es un añadido, sino una necesidad: formar estudiantes capaces de comprender los retos ambientales, valorar la naturaleza y actuar en sus comunidades. El objetivo es claro: inspirar a docentes, escuelas, gobiernos y organizaciones a tomar estas experiencias como punto de partida para diseñar y escalar sus propias soluciones.
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Andrea Bergamaschi, especialista senior de educación del BID, y Soledad Bos, asesora del sector social del BID, contribuyeron con la organización del concurso y el desarrollo del catálogo; Jesus Vela, consultor en infraestructura social del BID, contribuyó a la redacción de esta publicación.