Por Carolina Freire
Casi nadie recuerda con cariño ir al médico de pequeños pero si a esto le sumamos un consultorio de atención oscuro, estrecho y sin equipamiento adecuado la visita se puede convertir en una pesadilla para cualquier niño.
Panamá cuenta con 152 centros de salud que brindan servicios de estimulación temprana para elevar el desarrollo cognitivo, físico y social de niños y niñas en sus primeros años de vida. No obstante, una evaluación realizada en 2010, determinó que la mayoría de esas instalaciones no contaban con el espacio físico adecuado y que más de la mitad de ellas requería equipamiento.
A partir de la conformación de una Red de Salas de Estimulación Temprana, un programa que forma parte de la Política Pública de Atención Integral de la Primera Infancia (PAIPI) del Gobierno de Panamá y cuenta con el apoyo del BID, se ha iniciado poco a poco una transformación a los antiguos cubículos por espacios con iluminación, color, amplitud y equipamiento adecuado a las necesidades de los niños. La PAIPI busca garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a estimulación temprana, educación, salud integral preventiva y salud nutricional entre los 0 y 5 años.
De acuerdo con estándares elaborados por el Ministerio de Salud y el Instituto Panameño de Habilitación Especial, 47 salas de estimulación temprana están en proceso de remodelación o construcción en las nueve provincias del país y en al menos dos comarcas indígenas. Las salas son el espacio donde se llevan a cabo las actividades de estimulación y se están equipando con material apropiado para trabajar en tres áreas del desarrollo infantil: el lenguaje, la psicomotricidad y la socialización.
Las sesiones que se llevan a cabo en estas salas fortalecen los servicios de consejería en estimulación temprana que reciben los padres de familia y cuidadores de los niños y que buscan generar capacidades para un mejor cuidado en el ámbito del hogar. Los profesionales que trabajan en las salas contribuyen, además, a la detección temprana de rezagos en el desarrollo derivando en servicios de estimulación o terapia para proveer a los niños de la atención particular que requieren.
Según Roberto Montecer, Jefe de Promoción de la Salud de la Región Comarca Ngäbe Buglé, el proyecto representa una innovación. “Por primera vez se destina un espacio físico al desarrollo de esta actividad [la estimulación temprana] … en un área geográfica donde al menos un tercio de los hogares son integrados por niños menores de cinco años, casi todos en situación de pobreza”, recalca.
Mejorar estas instalaciones es un paso importante para garantizar la calidad de los servicios de estimulación temprana que se brindan en los centros de salud panameños. No obstante, la experiencia internacional y la literatura especializada nos dicen que la infraestructura es necesaria pero no suficiente para producir servicios de desarrollo infantil de calidad. En otras palabras, para que esta inversión se traduzca en resultados en el desarrollo de los niños, lo más importante (¡y lo más complejo de lograr en cualquier lugar del mundo!) es que las personas encargadas de realizar las actividades de estimulación temprana tengan los conocimientos, las competencias e incentivos necesarios para garantizar interacciones de calidad con los niños y sus familias.
Carolina Freire es una de las fundadoras de Ponteenalgo.com, el primer centro de voluntarios en línea an Panamá. Además, ella creó Voluntarios de Panamá, una ONG que moviliza y conecta voluntarios con causas y organizaciones nacionales. Trabaja como consultora para el Banco Interamericano de Desarrollo y para otras organizaciones que trabajan en temas de política social.
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