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Por Emily Gustafsson-Wright e Izzy Boggild-Jones.
Invertir en el desarrollo infantil temprano (DIT) es indispensable. Lo que sabemos acerca del desarrollo del cerebro durante los primeros 1.000 días de vida deja en evidencia que existe una necesidad urgente de garantizar servicios de desarrollo infantil de calidad al alcance de todos los niños y niñas. No se trata solo de invertir en los primeros años con el fin de proporcionar equidad y una mejor infancia, sino también de un imperativo económico. Si los gobiernos invirtieran temprano en servicios de desarrollo infantil de buena calidad, la economía también se vería favorecida, con beneficios que abarcan desde una reducción de gastos en servicios sociales hasta una mayor productividad económica en la población. A pesar de que hay un amplio consenso respecto de la importancia de invertir en los primeros años de vida, uno de los principales obstáculos que dificultan avanzar en esta área es la falta de información sobre el costo real de estos servicios de calidad.
Un instrumento estandarizado para la medición de costos del DIT (SECT)
Aquí es donde entra en juego la herramienta estandarizada para la medición de costos del DIT (SECT, por sus siglas en inglés). Luego de haber realizado un análisis sobre la información de los costos e instrumentos de medición ya disponibles, recurrimos al conocimiento y experiencia de un grupo de trabajo conformado por varios organismos y a un grupo de trabajo de expertos en la estimación de costos del DIT. Sobre la base de las observaciones realizadas por estos grupos de interés, Brookings desarrolló el SECT para llenar el vacío que existe entre saber lo que funciona y cuánto costará realmente. Lo hizo en colaboración con el Fondo Estratégico para la Evaluación de Impacto del Banco Mundial (SIEF, por sus siglas en inglés) y el grupo de trabajo de estimación de costos, en el que las expertas del Banco Interamericano de Desarrollo en primera infancia, Florencia López Boo y Caridad Araujo, han realizado numerosos aportes.
Este instrumento representa un gran avance en la medición de costos de los programas destinados para el DIT. Es una herramienta lo suficientemente flexible para estimar el valor de todo tipo de intervenciones en la primera infancia, capaz de aportar la solidez y el rigor necesarios a un campo que abarca una amplia gama de sectores interesados. Puede utilizarse para justificar una inversión a través de un análisis de costo-beneficio o para respaldar inversiones más informadas; por ejemplo, planes de implementación a escala con presupuesto o costo definido. El SECT está dirigido a un público amplio ya que puede ser utilizado por funcionarios gubernamentales, proveedores e inversionistas privados y otros agentes interesados.
De la teoría a la práctica
- Primer caso: Análisis costo-eficacia
El estado de Pernambuco, en Brasil, quiere saber cuál de los dos programas de crianza debería ser financiado. En este caso se podría utilizar la herramienta para llevar a cabo un análisis de costo-eficacia de cada programa y así evaluar cuál de los dos alcanza los resultados deseados al menor costo.
- Segundo caso: Análisis costo-beneficio
El Ministerio de Educación de Perú quiere presentar más pruebas para respaldar su propuesta de incrementar los fondos dirigidos a programas preescolares. Para esto, se debería realizar una comparación entre los datos de los costos y los beneficios económicos en la educación preescolar, beneficios tales como índices de criminalidad más bajos, menor dependencia de asistencia social y tasas de empleo más elevadas.
- Tercer caso: Ampliación del programa y elaboración del presupuesto
Existe interés en expandir un programa de suplementación nutricional a través de una asociación público-privada en Colombia. En este caso, se puede emplear el SECT para estimar los costos de cada unidad y de la ampliación, siempre garantizando que el programa asista al gobierno, a los posibles contribuyentes y a los proveedores de servicios en las instancias de presupuestación y planificación.
- Cuarto caso: Agregar componentes y mejorar la calidad de un programa
El Ministerio de Desarrollo Social de Santa Lucía busca mejorar la calidad de un programa de visitas domiciliarias ya existente aumentando las actividades de formación para los proveedores de servicios y para las visitas domiciliarias. A través del SECT se puede estimar el costo marginal de los componentes adicionales y representar la relación entre los componentes, el costo y los resultados.
Lo que aprendimos luego de poner a prueba el SECT
Probamos el SECT en cinco programas de desarrollo infantil muy diferentes entre sí en Bangladesh, Mali, Malaui, México y Mozambique, y en cada caso aprendimos lecciones importantes. La prueba piloto en México fue la única que se realizó en América Latina y la única intervención financiada y proporcionada por el sector público. Se llevó a cabo en dos de los 31 estados en los que se brindan programas de crianza comunitarios, y su implementación reveló la existencia de algunos desafíos relacionados con el sistema de recolección de datos centralizados y descentralizados, el acceso a información de costos de administración y del personal, y las capacidades dentro del gobierno de analizar los gastos. También puso en relieve la necesidad de examinar la distribución de gastos en el programa (por ejemplo, personal de prestación directa contra otros gastos de personal) dado que se halló que es sumamente significativo para el organismo ejecutor.
¿Por qué es importante?
Todo lo que hemos aprendido en la etapa de desarrollo y la fase piloto, incluyendo la tensión entre la capacidad de modificar la herramienta y la obtención de un cierto nivel de automatización para garantizar uniformidad, determinará el modo en que el SECT podrá ayudar en el futuro a las partes involucradas en el desarrollo infantil temprano. Para aumentar la utilidad de este instrumento, asegurar un control de calidad y facilitar la centralización de los datos de los costos, las siguientes recomendaciones son esenciales:
1. Asistir en la recolección, manejo y transparencia de datos. A fin de aumentar la calidad de los datos, los contribuyentes deberán trabajar en conjunto con proveedores gubernamentales y no gubernamentales en el desarrollo de habilidades para la recolección de datos precisos y actualizados sobre los costos de las intervenciones.
2. Difundir el SECT. Si nos aseguramos de que esta herramienta se difunda ampliamente, podremos desarrollar una base de datos completa acerca de los costos en distintas regiones, diferentes tipos de programas y modelos de implementación.
3. Crear un centro de conocimiento para la estimación de costos del desarrollo infantil temprano. Esta plataforma en línea administraría la herramienta, proporcionaría asesoramiento para los nuevos usuarios y conformaría un punto de recolección de datos centralizados para analizar la información.
4. Desarrollar un módulo de capacitación para el SECT. Esto brindaría a los usuarios la confianza necesaria para utilizar esta herramienta de forma eficaz y con precisión, además de promover una coherencia y comprensión metodológica acerca de las capacidades de este instrumento.
Para obtener mayor información sobre el SECT, comunícate con ECDcosting@brookings.edu.
¿Cómo crees que se podría aplicar el SECT en tu programa de desarrollo infantil temprano? ¿Consideras que los distintos sectores interesados en el desarrollo infantil temprano podrían beneficiarse utilizando esta herramienta en tu país? ¡Cuéntanos tu opinión!
Dr. Emily Gustafsson-Wright es becaria en el Centro para la Educación Universal en el Instituto Brookings.
Izzy Boggild-Jones es analista en el Centro para la Educación Universal en el Instituto Brookings.
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