¿Sabías que en Ecuador un niño que vive en un hogar de bajos ingresos conoce un cuarto de las palabras que las que conoce un niño de un hogar de altos ingresos? En América Latina y el Caribe, a pesar de que ha habido avances significativos en la mortalidad, morbilidad, y acceso a servicios de desarrollo infantil temprano (DIT), el mayor desafío para lograr un mayor impacto y romper el círculo de pobreza sigue siendo el mismo: escalar los servicios con calidad. Desde el Fondo de Innovación de DIT, celebramos nuestro 5to aniversario con una conversación clave sobre cómo abordar este gran reto de cara al presente y al futuro.
En este webinar aniversario, Ferdinando Regalía y Florencia López Boo ofrecieron un panorama regional sobre las políticas en torno a este tema y el importante rol que ha tenido el BID en apoyar a los países de la región para garantizar que las nuevas generaciones sean más sanas, más felices, mejor educadas y más productivas.
Esto es urgente. Especialmente, luego del impacto negativo que tuvo el COVID-19 en la infancia: aumentó la pobreza infantil, se generó una crisis nutricional y del cuidado infantil y se observan pérdidas enormes en el desarrollo y los aprendizajes. Entre las cifras más preocupantes, vemos que casi medio millón de niños perdieron a su cuidador principal en Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú; y las mujeres tuvieron un 44% más de probabilidad que los hombres de perder sus trabajos al comienzo de la crisis.
Pero no todas las noticias son negativas. Hemos identificado cinco acciones esenciales para recuperar las pérdidas en el desarrollo y asegurar el bienestar infantil:
- Priorizar la mejora de la calidad en todas las prestaciones de primera infancia.
- Articular los programas de infancia (programas de trabajo con familias y atención en centros) con los programas de protección social (transferencias), salud, nutrición y protección.
- Medir el desarrollo infantil de manera frecuente (esto será vital para monitorear pérdidas y recuperaciones, y para ajustar las intervenciones remediales).
- Enfocar los currículos en las habilidades que se han perdido (el lenguaje y las habilidades socioemocionales, por ejemplo).
- Aprovechar las modalidades híbridas de las que tanto aprendimos durante la pandemia para llegar a las familias cuyo acceso a los servicios presenciales podría ser más complejo.
Adicionalmente, existen iniciativas que han sido exitosas en proveer servicios, y que generan lecciones que pueden orientar a hacedores de políticas públicas e innovadores en toda la región. Escuchamos sobre algunas de ellas en el panel moderado por Luciana Vázquez, columnista de La Nación que contó con las intervenciones de María Inés Castillo, Ministra de Desarrollo Social de Panamá; Paula Valenzuela Delpiano, Jefa de la División de Promoción y Prevención en la Subsecretaría de la Niñez de Chile; y Paul Gertler, Profesor de Economía de la UC Berkeley.
Jamaica: evidencia contundente para la región
Uno de los casos más emblemáticos a la hora de hablar sobre DIT es, sin duda, el del programa Reach Up de Jamaica. Paul Gertler, destacó los estudios longitudinales realizados con este programa, los cuales demostraron que, treinta y un años después de recibir visitas domiciliares entre los 9 y 24 meses de edad, los niños y niñas en su adultez tienen salarios un 43% mayor que el grupo control y un 26% más de probabilidades de tener un título universitario. Entre los aspectos clave de este programa figura la alta capacitación y acompañamiento a los profesionales que realizaban las visitas.
Panamá: atención integral para la primera infancia
La ministra Ma. Inés Castillo describió cómo Panamá provee servicios integrales para la primera infancia en todo el país, aprovechando además nuevas modalidades surgidas a raíz de la pandemia. La ministra destacó que estos esfuerzos fueron posibles gracias a la promulgación en 2020 de la Ley 171 de Protección Integral a la Primera Infancia con sus seis ejes: perspectiva familiar, atención integral a la primera infancia, prestación de servicios —universales y focalizados—, protección y priorización del presupuesto destinado a primera infancia, transparencia y territorialización de las acciones.
Chile: altos estándares mientras se evalúa la calidad
Paula Valenzuela ofreció detalles programáticos y del financiamiento del reconocido subsistema Chile Crece Contigo, el cual se creó en base a la evidencia de varios programas que habían demostrado impacto y que fueron incorporados a los servicios regulares para la niñez. A la par, se desarrollaron estándares de calidad y mecanismos de evaluación en una modalidad de política pública de gran escala. Es decir, mientras se apostó por una cobertura a nivel nacional con altos estándares base, se aseguró la calidad por mediode la evaluación de cada uno de los programas que conforman el subsistema.
Estas tres experiencias muestran algunas claves para mejorar la vida de los niños y niñas, garantizando un mejor futuro para la región: medición rigurosa del impacto de los programas, leyes acordes a la necesidad programática, trabajo intersectorial, generación de conocimiento para inspirar la implementación de programas comprobados y gran voluntad política.
¿Quieres saber más? Puedes escuchar toda la conversación en el video de abajo y continuar celebrando con nosotros el 5to aniversario del Fondo de Innovación publicando tus impresiones a través de la etiqueta #HubDesarrolloInfantil
El Fondo de Innovación para el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) es una alianza para financiar, diseñar, implementar y evaluar soluciones innovadoras y escalables para mejorar la vida de los niños en América Latina y el Caribe. El Fondo está coordinado y administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en alianza con la Fundación Bernard Van Leer, La Fundación FEMSA, la Fundación María Cecilia Souto Vidigal, Open Society Foundations y Porticus. Actualmente, se cuenta con una cartera creciente de 20 proyectos en ejecución y 6 en preparación, ubicados en 10 países y un Hub de Conocimiento en Desarrollo Infantil Temprano.
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