La pandemia trajo consigo desafíos para la niñez más allá de las implicancias para la salud. Hace unos meses, en este mismo blog se describió la vida de una familia estadounidense, que nos presentaba los retos a largo plazo que viven las familias con niños pequeños. Hoy queremos hacer un aporte desde la visión de América Latina, concretamente desde México y Guatemala, donde se implementaron los siguientes programas de emergencia:
- En Guatemala: asistencia alimentaria o transferencias bancarias, radioteatro de promoción del juego y prevención de COVID-19, libros de cuentos y mensajes de texto, en español y en idiomas locales.
- En México: asistencia alimentaria o transferencias bancarias; y mensajes de apoyo a cuidadores.
En ambos países, se implementó una evaluación de resultados, que incluyó un módulo sobre el estrés de cuidadores de niñas y niños en la primera infancia, y su relación con las interacciones de juego. Esta evaluación se realizó en familias identificadas a través de criterios de vulnerabilidad. En el caso de Guatemala, se hizo con familias que viven en comunidades indígenas remotas en el altiplano, para quienes se incluyeron elementos adicionales relacionados con la ansiedad del cuidador y con las prácticas de juego de madres y padres con sus hijas e hijos.
Para la implementación de la encuesta se realizaron llamadas telefónicas breves. Los instrumentos de referencia para medir el estrés de los cuidadores fueron el Patient Health Questionnaire-2 y el Generalized Anxiety Disorder Screener, ambos validados en español.
Hallazgos sobre estrés, ansiedad y depresión
Todas las familias indicaron enfrentar algún tipo de estrés o ansiedad. Aproximadamente 30% dijo sufrir ansiedad moderada o severa.
Gráfica 1: Nivel de ansiedad de cuidadores de México y Guatemala
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La encuesta también evaluó el riesgo de depresión: alrededor del 12% y 3% de los cuidadores de Guatemala y México, respectivamente, están en riesgo de vivirla. El 22% de los cuidadores reportaron dificultad extrema para realizar actividades cotidianas en Guatemala y un 8% en México.
Gráfica 2: Riesgo de depresión de cuidadores de México y Guatemala
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Una de las explicaciones para los resultados alcanzados en México tiene que ver con las acciones y programas implementados por el Gobierno que lograron contener el riesgo de ansiedad y estrés de madres, padres y cuidadores, a través de contenidos informativos sobre cuidado y prevención del contagio de COVID-19. Asimismo, el programa Aprende en Casa se consolidó como una estrategia educativa de formación a distancia ayudando a mitigar la ansiedad en el confinamiento.
Por su parte, el Gobierno de Guatemala y organizaciones de la sociedad civil impulsaron estrategias de mitigación del impacto negativo de la pandemia, que principalmente estuvieron orientadas a brindar asistencia alimentaria y transferencias en efectivo a familias con alta vulnerabilidad.
Sin duda estas intervenciones son muy relevantes para cubrir necesidades desatendidas y para aliviar los choques producidos por eventos externos sobre los hogares de menores recursos. Pero estas estrategias que buscan atender aspectos tan esenciales como la salud mental de personas que tienen a su cargo a niños pequeños están mostrando que pueden resultar críticas para mejorar la calidad de las interacciones entre estos y sus personas cuidadoras.
En una siguiente publicación ampliaremos estas reflexiones sobre la importancia de los vínculos para estimular a niños. Y hablaremos del valor del juego como alternativa para aprovechar constructivamente esas oportunidades de interacción.
Te invitamos a dejar tus comentarios y compartir experiencias de trabajo con personas cuidadoras para dar apoyo a prácticas de cuidado y crianza en contextos de crisis.
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